Capítulo XV

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Al salir del estudio, caminé sin apuro alguno y sin darme cuenta termine adentrándome en el bosque; instintivamente decidí caminar hacia adelante ya que me había perdido, a pocos metros de donde estaba, a mi derecha; estaba nuevamente esa cabaña en donde Emmett se encontraba, dudé por algunos minutos pero decidí tocar la puerta, además el que no arriesga no gana.

Toqué tres veces, pero no obtuve respuesta alguna; las luces de la cabaña se encontraban apagadas lo que me dio indicio a que no había nadie allí.

Traté de buscar un camino de vuelta, pero estaba perdida, no se parecía en nada a cuando vine la última vez. Estaría atrapada allí adentro por un largo tiempo, quizá si Emmett volviera, podría salir pero algo me decía que el ya no estaba allí.

Aunque era de tarde, los árboles cubrían gran parte del Sol y dejaba a penas una luz tenue en el ambiente; comenzaba a correr una suave brisa que hizo que empezara a tener frio. Poco a poco me deje caer debajo de un árbol; y decidí quedarme allí hasta que alguien viniera, si es que eso llegaba a pasar.

Era de noche, debían ser como las diez u once, mi celular no andaba y no ha habido ningún rastro de una persona desde que estaba allí. Estaba desesperada, y no sabía qué hacer. Me cubrí con mi saco, y cerré los ojos, me dolía la cabeza y nada ayudaba; estaba por dormirme cuando unos crujidos que provenían de mi derecha me sobresaltaron. Me puse de pie tan rápido como pude y me quedé atenta a que era.

Fue entonces cuando un chico se apareció de entre los árboles. Tenía una altura media, no llegaba al metro setenta; sus brazos bien formados y su pelo castaño oscuro resaltaban su persona, al acercarse aun mas a mi me di cuenta que sus ojos marrones como la nuez me miraban asustados, como si fuera un bicho raro; entonces comprendí que no me buscaba sino que me encontró de casualidad.

-¿Quién eres?- su voz masculina y seductora lleno el aire

-Soy Elizabeth, por favor ayúdame a salir; estoy perdida- lo mire suplicante, en busca de una respuesta o una salida...

-Soy Frank, ¿Cómo llegaste hasta aquí?- me tomo la mano con suavidad para que no tropezara y comenzó a guiarme

-No sé, estaba caminando y termine aquí. Tú no eres de la Universidad ¿no?-

-No lo soy, vivo enfrente al bosque y me pareció verte entrar... pero nunca salir y supe que algo andaba mal- sonrió dejando ver una curvatura en sus labios que cautivarían a cualquiera.

-Gracias, no sé que hubiera hecho sin ti- y cuando quise acercarme más a él tropecé con una rama y caí al suelo.

-¿Estás bien?- me ayudo a levantarme y paso su brazo por mi cintura para sostenerme mejor.

-Sí, gracias de nuevo- Le dedique una sonrisa-

-No es por nada, eres muy bonita para estar sola en el bosque- me miro con intriga y no pude evitar sonrojarme.

-Gracias por el cumplido- froté mis manos en mis brazos, debido al frio que comenzaba a tener.

-Toma, para que no pases frio- Frank colocó su chaqueta sobre mis hombros- puedes dármela cuando nos volvamos a ver...¿ nos volveremos a ver no?

-Claro que si, eres mi rescatista- me acomode la campera para que no cayera

-Qué tal si vamos a comer a algún lado, yo invito- me miro expectante como si no esperara un "no" como respuesta.

-Tendría que ir a bañarme y todo, no sé qué tan lejos de la Universidad estoy- estaba perdida, y había dejado en manos de un desconocido toda mi vida.

-Estamos a menos de una cuadra, puedo pasarte a buscar si tu quieres- puso sus manos en su bolsillo y posó su mirada en el suelo.

-Me parece bien, te espero a las nueve en la puerta- lo saludé y entre rápidamente al edificio.

Una vez en mi habitación comencé a buscar que ponerme, y sinceramente pensaba que todo era un asco. Hacía rato que no salía y creía que era tiempo de despejarme, y tratar de no pensar en Emmett como lo hacía, porque debía aceptar el hecho de que el ya no me amaba, que él me dejo.

Tomé un baño y luego de unos largos veinte minutos decidí que era tiempo de arreglarme, por lo que tome un vestido color coral, que me llegaba a las rodillas; me entallaba la cintura lo que me hacia una figura más bonita. Recogí mi cabello con pequeñas hebillas que le daban un toque más delicado. Por último coloque mis zapatos, unos de color beige con un taco fino.

Ya era la hora, baje las escaleras lentamente, tratando de no caerme por los zapatos. Allí estaba él, esperándome; vestía unos jeans negros, con una camisa a cuadros que encajaba a la perfección con su tono de piel; entre sus manos una delicada rosa color blanca.

-Estas hermosa, esto es para ti- me entregó la rosa, y con un leve sonrojo la tome entre mis manos para colocarla sobre una mesita.

-Tú te ves muy bien, gracias por la rosa; no debías molestarte- dije casi en un susurro, hacía mucho tiempo que no tenía una "cita" y aun no lograba superar que Emmett no estuviera mas conmigo.

Camine hacia la puerta de salida, y procuré mirar bien para no caer, un extraordinario BMW I8 negro se encontraba a las afueras, realmente debía de tener dinero; eso me incomodaba un poco, pero trate de no darle demasiada importancia. Esa noche debía desconectarme y disfrutar. Subí del lado del copiloto, y Frank colocó música, bastante tranquila; al cabo de cinco minutos de viaje, una hermosa canción llenaba el ambiente, era 'Fix You' de Coldplay. Realmente amaba esa canción y no pude evitar cantarla.

No me había dado cuenta que tanto cante hasta que la mirada de Frank estaba posada sobre mí.

-Disculpa, yo lo siento mucho- agaché la mirada sonrojada y avergonzada

-¿Disculparte? Dios, tienes una voz que todos quisieran tener- levanto mi cabeza para que lo viera- Cantas hermoso, ¿algo más que tenga que saber de ti?

Lo miré con una leve sonrisa y solté una risa leve. Bajé del auto y camine hacia la entrada del restaurante. Frank abrió la puerta para que pasara y le dijo unas cosas al mesero, que luego nos guió hacia una mesa cerca del escenario donde a mi parecer se realizaría algún show. Pude visualizar un hermoso piano negro de cola larga, era como si me llamara para tocarlo. Opte por apartar la mirada y prestarle atención a lo que el mozo nos ofrecía.

-¿Qué pedirás?- me miro expectante- Yo creo que pediré unos filetes con salsa blanca y una copa de vino tinto.

-Yo solo una ensalada con un vaso de agua- le entregué la carta y tanto Frank como yo nos dedicamos a escuchar a la pequeña banda que se presentaban, eran bastantes buenos en realidad me encantaba.

Al cabo de unos minutos, al terminar de cenar; el presentador propuso que los clientes pasen a cantar, tocar es decir que suban al escenario a hacer algo "musical". Y claro, el morocho no tuvo mejor idea que decirle al presentador que yo cantaba, así que como es de suponer termine arriba del escenario.

Aunque solo debía cantar, era mi oportunidad de tocar el hermoso piano que tanto me atraía así que no tenia mejor oportunidad que ahora. Recogí mi cabello con una coleta que siempre llevo en mi muñeca y comencé a tocar y cantar una canción bastante conocida 'The Scientist' de Coldplay. Al cabo de unos minutos, los aplausos inundaron aquel elegante lugar y Frank sonreía desde nuestra mesa, me sentí completa por un momento; pero recordé que no lo estaba, que necesitaba a Emmett conmigo y entonces el vacío en mi pecho volvió a aparecer. Me senté nuevamente, y la mirada del morocho se posó sobre mí, y se tornó algo... incomoda.

-¿Se puede saber que tanto me ves?- dije entre risas para que no sonara mal.

-Eli, eres un ángel- tomó mi mano con delicadeza y la acercó a su pecho- eres increíble.

-Gracias- me sonrojé y mire hacia el piso.

-Sé que hay otro chico, lo noto en tu mirada- levantó mi cabeza con delicadeza para verme a los ojos- es muy afortunado de tenerte, pero un idiota por hacerte sufrir.

-No hay nadie, quien estaba se fue; fue como si nunca hubiera existido- esas palabras me dolían pronunciarlas- es todo.

-Entonces, espero que puedas estar bien- acarició mi mano con suavidad- yo siempre estaré para ti.


Nota de la Autora:

Últimos capítulos!! Gracias por leer! No olviden dejar sus comentarios (:

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