Capítulo XIV

25 1 0
                                    

Otra mañana me esperaba, ansiosa desperté para comenzar un nuevo día. Traté de olvidar lo ocurrido ayer y concentrarme en la exposición anual de fin de año y en la presentación con la banda. Con respecto a Emmett esperaría a que las cosas se aclaren, calmar las aguas. Por otro lado, decidí comenzar de cero, ya nada me detendría; dejaría el pasado atrás para hacer un borrón y cuenta nueva.

Caminé con rapidez hacia la sala de ensayos, los chicos me aguardaban en silencio y eso me preocupaba; John, el guitarrista, se levanto y extrañamente me abrazo. Nunca me lo hubiese esperado ya que no tengo ningún tipo de relación con él, así que me atreví a preguntar:

-Esto es demasiado raro, ¿Qué sucede?

-Emmett ya no está Eli, la banda ya no funciona- pausó un segundo para tomar aire y prosiguió en voz baja y triste- no conseguimos ningún baterista como él, su misteriosa desaparición da mucho que hablar y bueno- permaneció en un eterno silencio que para mí, no tenia fin.

-¿Y bueno qué?- ya estaba bastante molesta.

-Tu falta de interés y tu poca participación no es buena imagen, además ya ni te preocupas por tu proyecto con la disquera- deje a John con las palabras en la boca y salí de allí dando un gran portazo.

Mi vida, era un asco.

Tomé una aspirina para el dolor de cabeza, y corrí a la clase que seguía; mi profesor me esperaba con una sonrisa en el rostro como cada clase. Realmente lo admiro es como si nunca tuviera problemas y a todo le sonríe, dejando así en otros una muestra de afecto y alegría.

-Por fin llegas Eli, toma asiento- Liam, mi profesor de piano, era mi "representante" en palabras simples; él me ayudo con la disquera y me daba ideas para seguir. Ya casi ni hablábamos del tema, y yo solo me hundía en mis problemas.

-Discúlpeme profesor, últimamente ni yo me reconozco- agaché la cabeza y dejé salir un suspiro.

-Sé por lo que estas pasando, no es fácil para una joven; te entiendo, pero debes empezar a dejar tus problemas a un lado para lograr hacer algo. Cuando menos lo esperes la disquera comenzará a preguntar por ti nuevamente, y tú debes estar ahí para ellos. No es fácil superar la muerte de tus padres, ni la desaparición de Emmett pero ya todo mejorará- tocó mi hombro y tomó aire- tus padres, están muy orgullosos de vos y por eso no quieren que dejes de hacer lo que amas; y Emmett, el ya aparecerá; yo te aseguró que estará bien.

En ese momento no supe que hacer, necesitaba decirle a alguien que yo lo vi, que él está bien. No podía callarme, no podía guardarme esto, me destruía por dentro.

-Lo vi- Liam me miró con una extraña expresión- está en una cabaña, a las afueras del bosque. Se fue porque alguien lo amenazó, él sabe algo y corre riesgo su vida... y la mía.

-Debes de informarle a la policía y a los directivos, hay mucha gente buscándolo- se veía exasperado con una expresión que nunca antes he visto en el, angustia.

-No puedo, no podemos... él estaría en problemas y yo creo que también. Este es nuestro secreto, no puedes fallarme- lo miré suplicante, y el comprendió, asintió con la cabeza algo dudoso- ¡Gracias! Yo se que él estará bien si no decimos nada.

Finalizada nuestra conversación, empezamos nuevamente con mis melodías para luego terminar con una nueva canción; en mi clase de vocalización me detendría a obtener la letra. Pero de algo no hay duda, volví a ser yo; comencé a escribir, a componer y por sobre todo, tocar el piano.

Es absurdo pensar, que lo de Emmett no me afecta, pero es así; lo necesito conmigo, dándome sus palabras de aliento en cada momento. Necesito de él un abrazo y beso que me tranquilice, pero sé que eso no pasará, al menos me tranquiliza saber que él está con vida; y que volverá.

Al caer la noche, ya tenía lista la letra y melodía de mi nueva canción; me comunique con la disquera y me ofrecieron una entrevista para mañana a primera hora, sería una noche larga pero quería obtener al menos, mi primer disco. Ensayé, practiqué y modifiqué la canción cientos de veces, pero al final volvía a quedar como estaba inicialmente; los nervios me consumían por dentro y el sueño comenzaba a cobrar un papel importante en esos momentos; pocos minutos después de bañarme y ordenar los papeles para mañana, caí en un profundo sueño-

Me desperté con el sol que atravesaba las pequeñas aberturas de la persiana; a veces resulta bastante fastidioso levantarse con aquella luz; pero hoy estaba de humor, hoy era mi día. Me apresuré a arreglarme, no quería estar mal; tomé mi bolso y caminé hasta el estudio de grabación. Me esperaban tres hombre, entre ellos mi "representante" en términos técnicos y comerciales, y el director del estudio.

-Elizabeth, al fin apareces- rompió el silencio con su voz gruesa y escalofriante, el director; un hombre con bastante sobrepeso y a decir verdad una calvicie que denotaba su elevada edad.

-Lo lamento, he tenido demasiados problemas últimamente; problemas personales más que nada- estaba nerviosa, y eso era evidente; no podía parar de mover los pies y comenzaba a incomodarme.

-Estoy al tanto de la situación, en fin; ¿Traes algo nuevo?- se levantó con dificultad y se aproximo a mí, esperando a que le entregara algo...

-Sí, preparé una nueva canción- le entregué la letra y luego la melodía- es algo acústica, pero puedo modificarla dependiendo de lo que ustedes crean conveniente.

-Perfecto-

No mucho después, salí de aquel lugar; la verdad, ya no me causa la misma impresión que antes, ya no lo siento de la misma manera. Y eso no es para nada bueno...


Nota de la Autora:

Gracias por leer (: No olviden dejar sus comentarios!

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora