Capítulo IV

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Atendí el llamado:

-Hola, ¿Cómo estás?-dijo como si nada pasara.

-Bien, supongo, ¿A qué se debe tu llamado?- dije asombrada, el no me llamaba desde la boda.

-Solo quería saber que era de la vida de mi amiga-

-Ah, nada que firmaré con una disquera. El instituto me apoya en esto- dije alegremente.

-Bueno, te felicito, por fin serás conocida por el mundo-

-Gracias, espero que todo salga bien- Emmett hacia seña de que vaya con él- Sabes, debo colgar, estoy muy ocupada. Gracias por el llamado.

-De nada, luego te llamo, Adiós- y cortó.

Fui con Emmett, el estaba con los papeles y me señalo algo en la hoja, era una fecha de vencimiento del contrato. Tenía un día para mandarlo. Me apresuré a escribirlo y lo mande. Espere la respuesta muy ansiosamente y luego de dos largos días llegó, corrí como nunca a buscar el sobre. El director me citó para ver la carta junto con él. Abrí el sobre, pero me temblaban demasiado las manos así que le dije al director que lo leyera él. En resumen decía así:

"Viendo su talento y desempeño, la disquera requiere la presencia de Elizabeth Bell el próximo mes a las 11 a.m. Probaremos su talento frente a grandes artistas".

Comencé a llorar de felicidad y el director me felicito como nunca, jamás había sido tan feliz. Mis profesores de mis clases también me felicitaron y me ayudaron a practicar.

Todos los días estaba alrededor de cinco horas practicando para mi presentación con la disquera. Estaba nerviosa y asustada, no sabía lo que me esperaba. Mi futuro en la música dependía de lo que la disquera me dijera.

Fui a la mañana temprano, no había dormido mucho pero el maquillaje tapó mis ojeras, fui vestido informal pero formal a la vez, como ropa para salir, no era llamativo pero daba buena impresión. Me acompaño el director y Emmett, el siempre está ahí para mí. Llegamos y nos hicieron esperar media hora hasta que unos productores me llamaron. En el estudio había un piano, una guitara y como es obvio también un micrófono. Interprete en el piano una canción que a su vez también canté y luego otra en la guitarra.

Los productores hablaban entre ellos y lo único que me dijeron era que debía esperar afuera porque no tenían decidido si me representarían o no. En eso entra el famoso cantante Justin Bieber, no sé si lo conocen, pero es un cantante canadiense, mucho no escucho su música pero hay gente que lo ama. Escuché algunos temas de él pero no es que lo amé, hay canciones que me gustan y otras que no.

Justin se acercó a mí y pregunto quién era y si quería un autógrafo de él. Le dije que si ya que la mayoría de mis compañeras mueren por él y el autógrafo lo podía subastar y hacer plata. Él también saludó a Emmett y bueno yo hice de intérprete, Justin se me quedo mirando con cara de "esta loca que hace" fue muy cómica.

A la hora más o menos, salió uno de los productores y me dijo: "Bienvenida al mundo de la música" con una sonrisa de oreja a oreja. Emmett había entendido ya que leyó los labios, me miró y lo único que pude hacer fue abrazarlo y besarlo. Por fin mi sueño hecho realidad, era uno de los días más felices de mi vida, todo era perfecto, nada ni nadie podía arruinarlo. El director decidió becarme hasta terminar mis estudios, los profesores me felicitaron y me apoyaron en todo y bueno Emmett, él siempre estuvo ahí. Era feliz. No podía esperar a contárselo a mis padres, ellos siempre me apoyaron en esto y sé que los hará muy feliz oír esa noticia. También tenía que llamar a Lio, estaba muy feliz. Llame primero a mis padres, ellos me dijeron que estaba muy orgulloso y bueno lo que dicen los padres. Y después llame a mi amigo, pero no era la voz de él.

-Hola, Lio. ¿Todo bien?-dije con tono alegre.

-Hola, te dije que no le hablaras mas a mi esposo, acaso no has entendido-si, era Jennifer la esposa de mi amigo- sabes las consecuencias.

-Perdón que quiera hablar con mi amigo, además ya te dije que no te lo pienso sacar- sí, ella podía arruinarme el día- Pásame con él, gracias.

-Hola, Eli- por fin mi amigo- ¿necesitabas algo? Estoy en mi momento intimo con mi esposa- no debía haber llamado, me sentía mal por hacerlo.

-Oh, perdón, no quería interrumpir. Solo llamaba para decirte que la disquera me apoya como nuevo talento, ¡Seré famosa!- estaba entusiasmada.

-Eli, te felicito mucho amiga, tengo que colgar, adiós- corto al instante.

Fui a mi habitación y en mi cama había una nota:

"Amor, tenemos que celebrar tu oportunidad, te espero a las 9 p.m. en el hall del instituto bien vestida. Te amo mucho. Emmett"

Era un amor, cada día lo amaba más y más. No tenia ropa muy bonita así que mis amigas del  cuarto de al lado me prestaron un vestido re lindo, y sencillo, color salmón con unas sandalias con taco y plataforma. Me veía muy sensual y provocadora. Baje las escaleras y él me estaba esperando con una rosa roja en su mano, se me cayeron unas lagrimas. Siempre quise que alguien me regalara una rosa. Lo besé y nos fuimos, alquilo una limusina, me vendo los ojos y me subí al auto. No sabía dónde me llevaría.

En un momento, el auto se detuvo, Emmett me ayudó a bajar y caminamos unos pocos metros cuando él me desvendo, era una playa. Había un círculo hecho con velas y en el centro una mesa para dos, con pétalos de rosa y más velas. Era hermoso, estaba muy feliz y enamorada. Lo besé con pasión y nos sentamos, el me arrimo la silla, como un caballero. Me sentía una princesa en un cuento de hadas.

Antes de comer hablamos de todo un poco, no se podía hablar rápido ya que era todo con señas, había que aprovechar ya que mientras comía no podía hacer señas, pasamos la noche sentados junto al mar. El había traído una manta que tiramos en la arena. Coloque mi cabeza sobre su hombro y el poso su mano en mi cintura, nos quedamos así un buen rato, hasta que el sacó una cajita muy chiquita de su bolsillo, la abrió y era un hermoso añillo de plata con unos diamantes muy pequeños.

-TE AMO- dijo, con sus palabras, el había empezado a ir a un colegio oral­­. Para poder hablar, me emocione tanto, lloraba a más no poder.

-Yo te amo mucho más- lo besé.

-Quiero estar con vos toda mi vida, no digo que nos casemos ahora pero quiero saber que tú estarás siempre para mí como yo para ti- esto ya lo dijo con señas, ya que la terapia la había empezado hace muy poco.

-Siempre estaré contigo, pase lo que pase. Primero terminemos el instituto y luego haremos nuestras vidas juntas.- tenia lagrimas en los ojos y el puso el anillo en mi dedo. Definitivamente era el día más feliz de mi vida. Ahora y siempre estaría con él para toda la vida. Nunca pensé en enamorarme así de alguien, el era tan perfecto, por lo menos para mí, siempre estuvo conmigo para lo que necesitaba y yo estaría para el siempre. 


Nota de la Autora: Gracias por leer! No olviden dejar sus comentarios... Los adoro!

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