Nona fue a sentarse en el sofá de la sala con el diario de Samuel en la mano. Se abrazó la cobija al cuerpo y encendió la pantalla delante de ella. No deseaba leer en medio del total silencio; no cometería el mismo error que cometiera al leer el de Holly.
Abrió la libreta y, enseguida, un dolor cáustico aguijoneó sus entrañas. En realidad, no deseaba leerlo, un pavor brutal se apretaba a su cuerpo haciéndola sentir un frío insoportable. No obstante, necesitaba comprender. Quería saberlo todo.
Sonrió para calmar sus nervios al recordar aquellas palabras que Samuel le dijera en el hospital; no se equivocaba cuando decía que la curiosidad era un poderoso aliciente para ella.
De modo que, suspiró hondo, y comenzó a leer...
No sé qué diablos hago perdiendo mi tiempo en este tipo de absurdos a mitad de la madrugada, pero, en fin. Todo sea en pos de lograr mi cometido.
Por el momento no puedo escribir demasiado acerca de mí, y la verdad es que dudo que algún día pueda hacerlo con una verdadera soltura y deseo. Tal vez soy un hipócrita de mierda, un miedoso, pero me aterra la idea de que alguien más llegue a leer estas líneas que me he visto en la necesidad de plasmar en la hoja.
En fin... mi nombre es Samuel. Solo Samuel.
Sería estúpido revelar más allá que eso, así que dejémoslo así. Tengo diecinueve años y estoy solo. Vale, tampoco es como si me importara, gracias a que mis padres han muerto yo he conseguido una libertad y fortuna incomparables. Sin embargo, no tengo interés alguno en hacer nada de mi vida, así que esto que he hecho me pinta bastante bien, después de todo, no tengo en absoluto nada que perder.
Hace un par de días me volvieron a detener, dicen que por exhibir mi polla en público, aunque la verdad es que no recuerdo nada; quizás solo me quieren joder esos hijos de puta, seguro ya les encantó verme ahí. Y no es que intente ocultar el hecho de que esa noche había bebido más whisky del que puedo recordar, pero para nadie es un secreto que soy la envidia de este asqueroso pueblo de quinta del que me marcharé en cuanto tenga la oportunidad; así que no me sorprendería.
Aquella noche llegó a sacarme una extraña mujer que decía conocerme muy bien; desde luego que desconfié de ella al instante. Al menos hasta que me contó sobre aquello: mi secreto que yo he intentado guardar durante dos años, pudriéndose dentro de mi cuerpo como un gusano asqueroso y rastrero que me avergüenza exhibir.
Su nombre es Holly, y sabe lo que soy. ¿Que cómo diablos se enteró? No tengo ni la menor idea, pero algo me dice que puedo confiar en su silencio, de hecho, aquí entre nos, me parece que ella es aún más grotesca de lo que puedo ser yo, no lo sé... quizás sea cierto ese rumor de que entre nosotros nos reconocemos, pero así sucedió todo.
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Holly - Diario de una mujer caníbal [Completa]
Mystery / ThrillerSi tuvieras en tus manos el diario personal de una caníbal, ¿lo leerías? ¿Y si viene acompañado de un ente demoníaco? *** Holly Saemann es una mujer agradable que, habiéndose ganado la simpatía del pueblo de Oyster bay gracias a su apariencia amabl...