Capítulo 3

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(Narra Alexia)

Lunes, odio los lunes.
Me tenía que levantar a las 7 de la mañana, y eso de madrugar, no era lo mío.
Me puse unos vaqueros y una blusa azul, ya que por suerte, en mi instituto no íbamos con uniforme.
Había dormido bien, pero mi cara, como todas las mañanas, era un desastre.
Cuando bajé a desayunar, y mi madre me vio, dijo:

-Alexia, ¡pero que cara que llevas!
-Buenos días a ti también mamá.
-Perdón hija, es que estás hecha un desastre, bueno, desayuna rápido que Mackenzie estará a punto de llegar.

No tenía mucha hambre, así que me cogí una manzana y salí de casa.
Allí fuera me esperaba mi querida amiga Mackenzie.

-¡Alexia! Buenos días bella durmiente.
-Buenos días Mackenzie -mi voz no podía sonar más cansada.
-Bua, sí que te lo pasaste bien anoche...
-¿Anoche? Ah, la cena... -entonces me acordé.
-¿Qué pasó en la cena? -me preguntó.
-Hem, nada...
-Está bien... bueno, vamos que llegamos tarde.

Cuando nos dirigimos a la parada del autobús, noté que Mackenzie me miraba con cara extrañada.
-¿Qué pasa? -dije.
-Es que te noto rara hoy ¿Seguro que no pasó nada en la cena?
-¿Qué va a pasar? Lo de siempre: empresarios, gente rica, mi padre hablando de negocios, había un chico, sopa asquerosa...
-Espera, ¿qué? Has dicho, ¿un chico?
-Anda mira, ha llegado el autobús.
-No me cambies de tema Alexia.

Nos metimos en el autobús y Mackenzie no paraba de mirarme con cara de curiosidad (odiaba cuando hacía eso). Vale, ya no había vuelta atrás, se lo tenía que contar todo.
-Bueno, a ver... sí, había un chico enfrente mía... era guapo, bueno, normal...
-Uhhh! Con que guapo eh.
-Mack, para, se lo que piensas y no, no pasó nada -dije defendiéndome.
-Bueno bueno, y, ¿cuál era su nombre?
-Su... nombre, algo así como Daniel, creo.
Vi como a Mackenzie se le formaba una pequeña sonrisa y gritando decía:
-¡Alexia tiene novio! ¡Alexia tiene novio!
(Dios, esta chica está loca)

La gente del autobús nos miraba raro, y lo único que se me ocurría era apartar la mirada avergonzada.

-Mack, estás montando un numerito -pero mi amiga no me escuchaba, se limitaba a dar saltos de emoción, aunque, por suerte, ya habíamos llegado al instituto.
Era el primer día de colegio después de pascuas, lo que significaba que veía caras conocidas y otras no tanto. Saludaba a todos mis amigos y a otros simplemente les sonreía.

-Wow, sí que hay gente nueva -decía Mack.
-Eso veo, bueno, vamos a buscar a los chicos, tienen que estar en el salón de actos.

De repente, al final del pasillo se oyeron unas voces llamándonos.

-Creo que no hace falta que los busquemos, ellos nos han encontrado.

-¡Hey chicas! -gritaban desde lejos.

Os los presento, son Mark y Hugo. Marc es el genio de la informática, mientras que Hugo es un juerguista de primera. Dos polos opuestos, pero entre ellos, Mackenzie y yo formábamos una pequeña pandilla inseparable.

-Hola chicos, ¿qué tal las pascuas?
-Genial, -dijo Hugo, muchos ligues.
-Que raro... dijo Mack, viniendo de ti...
-No finjas Mackenzie, sé que estás loquita por mí -dijo Hugo.
-Sigue soñando idiota -le contestó Mack.

Mark y yo sabíamos que esa discusión iba para rato, así que nos pusimos a hablar el y yo.

-Bueno, ¿y tú que tal Mark?
-Bien, mis padres me han comprado un ordenador nuevo -dijo felizmente.

-Me alegro por ti, bueno, tengo que ir a la taquilla a por mis libros, me toca clase de matemáticas.

Me despedí de el con un abrazo y me dirigí a la taquilla 45.
Saqué mis libros y mis apuntes (bastantes, por cierto) miré la hora y... ¡mierda! llegaba tarde.
Cerré la taquilla de un portazo y al girarme, me choqué contra alguien, haciendo que todo lo que llevaba encima se cayera al suelo.
-¡Ay Dios! enseguida me agaché a recoger mis cosas, sin fijarme con quien había chocado. Cuando fui a recoger mi agenda, unas manos rozaron las mías.
-Lo siento, deja que te ayude -me decía una voz un poco familiar.
Alcé la vista y... no me lo podía creer.
Era él, el chico de la cena.

Fín del tercer capítulo.

~Wings Of Love~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora