Lo primero que recuerdo es a Mack corriendo como una loca hacia mi, y lo último, yo en el suelo con mi amiga encima.
-Alexia, ¿me has oído? ¡Tengo novio! -no me lo podía creer.
-¿Qué? ¿Hugo te ha pedido salir?
-¡Sí! -dijo dando saltos de emoción.
-Oh Mack, ¡me alegro tanto! -dije abrazándola. -Sabía que acabaríais juntos, ¡lo sabía!
-Aun no me lo creo, ha sido tan directo.
En ese momento Hugo apareció por detrás de Mackenzie y le rodeó cariñosamente la cintura.
-Alexia, ¿puedo robarte un momento a tu amiga? -dijo pegado a ella.
-Claro, es toda tuya -y los dos se fueron a besarse.
La verdad es que hacían buena pareja.
Me fui a una esquina y apareció Dylan con cara de asombrado.
-¿Soy yo... o Mackenzie y Hugo se están besando?
-Sí, y son novios. Que cosas ¿verdad?
-Y que lo digas, es algo nuevo.
Las clases terminaron, y Dylan y yo nos fuimos a mi casa cogidos de la mano.
Una vez allí, subimos a mi habitación.
-¿No hay nadie en casa? -me preguntó Dylan.
-No, hoy estamos solos... -de repente se le iluminó la cara. -Pero vamos a dar matemáticas... -su rostro cambió.
Se sentó y abrió el libro por la página de las ecuaciones, pero yo se lo cerré.
-Hoy la clase va a ser diferente.
Me miró extrañado.
-Haremos un juego -dije.
-¿Un juego?
-Sí, yo te haré preguntas sobre matemáticas. Si fallas, la copiarás, si aciertas, te ganas un beso.
-Más vale que acierte...
-Bien, empezamos.
De las primeras falló una, pero con el resto le llené la cara de besos. La verdad es que era divertido
-Y ahora, la última pregunta. Se le veía nervioso.
Le escribí una ecuación de 2º grado, y después de casi cinco minutos, la acabó.
La revisé, y para suerte de el, la tenía bien.
Le besé, pero el se separó.
-Supongo que este premio tiene que ser mejor ¿no? -dijo guiñándome un ojo.
Yo lo le contesté, simplemente junté mis labios con los suyos.
El beso, de repente, subió de tono, y sentí mi cuerpo vibrar. Nuestras lenguas jugaban mutuamente y nuestras manos rozaban el cuerpo del otro. De un momento a otro, Dylan y yo ya estábamos tumbados en la cama, y a su vez, el estaba sin camiseta. Me encantaba estar con el; besarle, sonreírle, simplemente, me encantaba. El empezó a depositar besos por todo mi cuerpo: boca, mejilla, cuello, pecho ¿pecho...? Y entonces, me entró el miedo. No sabía lo que iba a pasar ahora, pero lo que sí sabía era que no estaba preparada.
Dylan pareció notar mi nerviosismo, y al instante, paró.
Agaché la cabeza, muerta de vergüenza.
-Alexia -dijo Dylan. -Mírame.
Alcé el rostro, y me encontré con esa sonrisa que tanto me gustaba.
-Dylan... -pero el me interrumpió.
-Tranquila, sabes que no te haría nada que no quisieses.
Adoraba a este chico.
-Gracias -le besé dulcemente en la boca.
Después del beso se formó un silencio entre nosotros. Ninguno de los dos sabía que decir, y por suerte, el móvil de Dylan sonó.
-¿Sí? -dijo el. Cielo, espérame en casa, que ya voy -y colgó.
No sabía lo que pasaba.
-Ah, perdón Alexia, mi hermana pequeña está sola en casa, y tengo que ir a echarle un ojo.
-Claro, vete -le sonreí.
-Espera, te podrías venir conmigo, me encantaría que la conocieras.
-¿Enserio? -pregunté.
-Claro -dijo Dylan dándome la mano.
-Está bien. De todos modos aun falta mucho para que vengan mis padres.
-Perfecto, vamos -dijo Dylan.
Al llegar, una niña de unos 9 años se lanzó a los brazos de Dylan.
-Hola pequeñaja -dijo Dylan alborotándole el pelo.
Los dos se reían. La verdad es que Dylan se veía muy guapo actuando de esa forma.
-Mira Maia, ella es Alexia -dijo refiriéndome a mi.
La pequeña me observó durante un momento y luego me sonrió, haciendo que yo le dedicase también una sonrisa.
-Vaya, es aun más guapa de lo que me habías dicho Dylan -dijo riéndose.
-Hem... bueno sí, ejem Maia, déjala ya -estaba nervioso.
Ella le sacó la lengua y se fue riéndose dentro de casa.
-Así que soy guapa ¿eh? -dije acercándome a el.
El seguía nervioso, así que lo único que se le ocurrió fue besarme.
Cuando nos separamos vi que Maia estaba mirándonos.
-¡Ah, Dylan, que asco!
Los dos nos reímos.
-Anda pequeñaja, no le digas nada a mamá y papá.
Ella le sonrió y volvió a entrar en casa.
-Me encanta tu hermana.
-Sí, bueno... aunque a veces es un trasto -dijo Dylan resoplando.
Estuvimos jugando con Maia unos quince minutos, cuando a Dylan y a mí nos sonó el teléfono a la vez.
-Dylan leyó el mensaje primero, y abrió los ojos como platos.
-¿Has leído el mensaje? -me preguntó.
Negué con la cabeza, y abrí el whatsapp.
-¿¡Qué?! -era un mensaje de Chloe desde un grupo, en el que nos invitaba a una fiesta de pijamas.
-Debe ser un error... -dijo Dylan.
-¿Desde cuándo Chloe, nos acoge a una fiesta?
-Algo tramará.
-Ésta no se rinde -dije, y entonces me fijé en una cosa.
-Mira Dylan; Mackenzie, Hugo y Mark también están en el grupo.
-Que raro -dijo.
-¿Piensas que deberíamos ir?
-Si tu quieres sí, no quiero que estés incómoda.
-Bueno, está bien, aunque espero que Chloe no trame nada.
-Tranquila, a mí no me hará nada -me dijo Dylan sonriendo.
Le besé. De verdad, este chico me volvía loca.
Después de un rato más de estar con Dylan y Maia, me volví a mi casa, ya que mis padres volverían pronto.
En la cena, vi que mi madre ya no estaba tan seria conmigo (buena señal) así que se podría decir que no fue una velada tan incómoda.
Luego, como siempre, mis padres se quedaron viendo una serie que les gustaba mucho, así que yo me subí a mi habitación. Me tiré a la cama y cerré los ojos.
Dylan y yo... casi damos el siguiente paso... -pensé.
Al momento me sonrojé y quité esa idea de mi cabeza. Yo aun no estaba preparada.
De repente llamaron a la puerta, y mi madre entró.
-Alexia, ¿podemos hablar?
(Preparada para el sermón).
-Dime -le dije un poco seria.
-Yo... he estado pensando, que te voy a levantar el castigo.
-¿Qué? -le dije un poco sorprendida.
-Mira hija, lo que hiciste estuvo mal, y no creas que no estoy decepcionada contigo, pero... algún día te tendría que levantar el castigo, y además, no me gusta estar enfadada contigo.
Yo aun seguía sorprendida.
-Vaya, gracias mamá.
-Sí bueno, da igual. Por cierto, ¿en tu clase hay una chica que se llama Chloe? -preguntó.
-Hem... sí ¿por qué lo preguntas?
-Es que su madre y yo somos muy amigas -dijo sonriendo. -Te llevas bien con Chloe ¿no?
Le dediqué una sonrisa un poco forzada.
-Sí... somos muy amigas (nótese el sarcasmo) .
-Genial, porque su madre me ha dicho que os ha invitado a una fiesta, y estoy pensando en dejarte ir.
Iba a hablar, pero ella me interrumpió.
-Pero no va a pasar nada eh. Su madre os va a vigilar.
-Mamá ¿a qué viene esta generosidad? -pregunté.
Ella me sonrió.
-No es nada Alexia -y se fue.
Una vez sola en la habitación, me quedé pensativa.
Era asombroso ver que haya pasado de esconderme para ir a fiestas a que mi madre me animara a ir a una. Aun así, no sabía si sería buena idea ir, por lo que llamé a Mackenzie para preguntarle sobre el tema.
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~Wings Of Love~
عاطفيةAlexia, sus padres, cuatro amigos, un amor... ¿Podrían cambiar las cosas en un 19 de abril? Hola, esta es nuestra primera historia en wattpad, esperamos que os guste, y si os parece que está bien y que promete nos encantaría que comentaseis. Bes<3