~Wings Of Love~

Capítulo 15

(Narra Alexia)

Salí de la piscina tiritando, y Dylan me dio su camiseta para secarme.
No tenía más tiempo para quedarme aquí y dije:
-Dylan, han pasado casi dos horas, tengo que volver.
-Vale, vamos.
Me escurrí el pelo y me puse la blusa encima de la ropa interior aún mojada.
Llegamos a paso rápido y tardé, con ayuda de Dylan, unos diez minutos en trepar hasta mi ventana.
Antes de entrar, miré abajo sin intentar marearme, le lanzé un beso a Dylan. El me guiñó un ojo y se volvió a su casa.
Me cambié por tercera vez de ropa, y cuando estaba cepillándome el pelo, me acordé de algo.
-¡Mackenzie!
Cogí el teléfono y la llamé lo antes posible. Por suerte, en el segundo <bip> se oyó su voz.
-¿Alexia?-su voz de nuevo sonaba rara.
-¡Ay Mack! lo siento, es que me a pasado un locura.
-¿Algo como Dylan en tu habitación?
-Hem...puede ser.
Mack se rió, pero hasta su risa parecía rara.
-Mack...¿qué te pasa? Estás muy rara.
-De eso mismo quería hablarte...
-¿Quieres pasarte por mi casa y me lo cuentas?
-Vale, voy para allá -y colgó.
Lo cierto es que no era muy normal ver a Mackenzie así, pero yo la quería ayudar en todo lo que pudiese.
Después de quince minutos, ya estaba en mi habitación.
Iba a hablar, pero Mackenzie se adelantó a gritos:
-Mira Alexia, hasta yo estoy sorprendida por lo que hice, pero escúchame...
-Tranquila Mack -le quería tranquilizar, pero ni yo misma lo estaba.

(Narra Mackenzie)

-Vale, pues yo bailaba, y lo vi, con esa zorra, y me acerqué, y estaba tan guapo...y hablamos, y me caí, y me cogió, y luego nos besamos...y fue tan, tan... -no me salían las palabras y Alexia se quedó mirándome.
-Eh, Mack... una pequeña duda, ¿De quién estamos hablando?
Aparté la mirada y solté:
-Hugo, hablo de Hugo.
Ninguna de las dos sabía que decir y al cabo de unos segundos dijo:
-¿Hugo? ¿Nuestro Hugo? ¿El qué conocemos desde los seis años, y tu no parabas de meterte con él?
-Sí...lo siento, tendría que habértelo dicho antes.
Y entonces se lanzó a mis brazos.
-¿Pero qué dices? ¡Es genial! Mackenzie, sabía que había algo entre vosotros dos...
-Espera, espera -me daba gracia ver a Alexia tan loca, cuando era yo la que solía ponerme así -recuerda, que solo ha sido un beso.
-Sí, y seguro que os habéis quedado con ganas de más...
-No se, ahora me va a dar vergüenza mirarlo a los ojos.
-Con eso ya te ayudaré.

(Narra Alexia)

Domingo.
Estaba feliz por Mack. Realmente ella y Hugo hacían buena pareja, aún discutiendo a todas horas.
Lo que me preocupaba un poco era el tema con mi madre. Desde que se había enterado de lo de la fiesta, estaba muy seria conmigo, y esta noche en la cena, con Dylan, sería aún más incómodo.
Sin darme cuenta, ya era la hora de irnos al restaurante.
Llegamos de los últimos, como siempre, y Dylan estaba en una esquina esperándome.
-Hola preciosa -me besó, sin que los mayores se dieran cuenta.
Saboreé sus labios, que olían a menta fresca.
-Sabes -dije. -Hasta hace poco estas cenas me aburrían, pero gracias a Dios, apareciste tu.
Él me sonrió y me dio otro beso antes de volver con sus padres a la mesa.
Genial, había sopa otra vez, aunque ya me había acostumbrado mas o menos.
Dylan miraba su plato con asco, y no pude evitar reírme. La gente paró de hablar y se quedó mirándome con una expresión curiosa.
-Alexia, compórtate... -me susurró mi madre.
-Perdón -dije, aún con una sonrisa, recordando la cara de Dylan.
Bueno, ahora os lo resumo todo un poco: mi padre hablando de su nuevo proyecto, las señoras cuchicheando vete a saber que, yo saboreando mi asquerosa sopa, y mi madre mirando a Dylan fijamente.
Cuando acabó la cena, los padres se quedaron hablando, y Dylan y yo nos juntamos disimuladamente.
-¿Sabes que este jueves hay examen de matemáticas? -le dije.
-Sí, y tu me ayudarás ¿verdad? -dijo guiñándome un ojo.
-Obviamente. Si no ¿para qué han servido las clases?
-Hablando de clases... mañana toca en tu casa ¿no?
-Sí, haremos un repaso -le cogí de la mano -seguro que te sacas este examen.
-Te quiero, Alexia, ¿lo sabes?
-Te quiero, Dylan. Lo se.
Me dio un beso en la mejilla, para que no nos pillaran, y nos despedimos cariñosamente, hasta el día siguiente.