Café y cigarrillos

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El colegio era un infierno y yo me convertí en uno también.Recuerdo una vez que mis padres me pillaron escapándome de casa de una amiga cuando nos íbamos de fiesta ( casi me muero).Mis padres siendo tan estrictos y perdiendo su confianza en mí, me castigaron un año sin ir a ninguna parte a dormir y así se cumplió.
En definitiva, a penas tenía vida social fuera de casa.Siempre me quedaban las redes sociales que me ayudaron mucho a matar el tiempo, no tenía otra cosa que hacer.
Empecé a tener miles de amigos en Facebook, Twitter e Instagram.No me daba cuenta de todo el tiempo que pasaba delante de la pantalla rota de mi móvil hasta cuando me lo quitaban mis padres por mis malas notas ( era una adicción).
Recibía miles de solicitudes y parecía no tener límite la vida falsa que llevaba en internet.Era una completa locura.Unos likes me daban más vida que salir a la calle y hacer algo productivo.
Estuve un año sin volver a estar con mi mejor amiga cómo antes, pasamos de ser inseparables a estar a tantos kilómetros y todo por mi culpa.Por no darme cuenta de nada.Por perderme y no encontrarme.Ya ni quería que me ayudaran y eso me hizo perder a muchas personas.
La relación con mis padres estaba peor que nunca y llegaron a castigarme meses y meses por mi conducta.No entendían que los problemas en mi colegio me habían vuelto fría, desconfiada y terca.Incluso podía ser agresiva a veces, pero a mis padres solo les hice daño verbalmente.Nunca me lo perdoné y nunca lo haré a pesar de que ellos sí lo hicieron.
Ellos pensaban que los problemas de los adolescentes los tienen todos, pero no es así.Unos tienen más que otros y era el caso de su hija.Algo que sí admiro de mí misma es que a pesar de todo nunca me hice la víctima en nada y ahora tampoco pienso que lo fuera porque casi todo fue por mí, a pesar de que otras personas también me cambiaran a mal.
El tiempo nos cambia a todos.Cada año cambiamos y en teoría tiene que ser a mejor para ser una persona de bien en un futuro.Y yo cambiaba, pero de mal a peor.

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