Relojes

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Cada día qué pasaba nos veíamos por videollamada.
Me acuerdo lo feliz que se ponía al ver mi cara, decía que lo mejor para él era ver mi "carita".Su cara sí que era lo mejor.Cualquier chica hubiera perdido el juicio por él.
Pero yo no era cualquier chica, era yo.Y nunca nadie me valoró tanto cómo él, me acostumbré a su amor.
Al tiempo que me dedicaba y cada una de sus palabras (me llegaron al corazón).
Nos escribíamos cartas incluso sabiendo que podíamos mandarnos mensajes, pero nos hacíamos cartas y punto.Amaba escribir sobre él, nunca tuve las suficientes palabras para poder describirlo, era inexplicable.
Y hoy sé que todo lo que es inexplicable es porque nos hace felices y él era inexplicable, joder.
Era la persona más especial que había conocido, tenía todo sin tener nada.

Nos dedicábamos canciones y no parábamos de lo increíble que iba a ser nuestro futuro juntos.Aunque en el fondo ninguno de los dos tenía nada seguro.Él tenía su vida allí y yo aquí.Era demasiado bonito para ser verdad, había llegado en una época tan difícil para mí.
Siempre fue mi pequeño infinito.Yo le llamaba así porque quería que él fuera eterno.No quería que un día dejara de respirar y dijera adiós.Una persona cómo él se merece ser para siempre, pero nada es para siempre.Nosotros hablábamos de que lo nuestro sería para siempre cómo si fuéramos inmortales.Pero no, yo no era ni seré inmortal y me sigue doliendo decir esto, pero él tampoco lo iba a ser.

Yo tenía claro que un día podía estar con alguien más, pero el siempre sería el amor de mi vida.

Recuerdo una noche que hacíamos videollamada y que me puse un vestido blanco.El mismo que me hubiera puesto si hubiera podido estar con él, pero no pude.Cenamos juntos, él en su habitación y yo en la mía.Nunca olvidaré su cara al verme con ese vestido y mucho menos cómo bajé la mirada cuando me dijo lo hermosa que me veía esa noche, aunque el cada noche me decía lo mismo aunque llevara el pijama.
Su amor por mí era tan real.
Nuestro amor era tan real.
Éramos nosotros contra todo el mundo.
Él y yo.
Nadie más.
Nos daba igual el mundo.
Yo era su mundo.
Y él era el mío.

KilómetrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora