Centímetros

61 1 0
                                    

Fue increíble levantarme y salir corriendo para besarle.
Dudo qué otra vez en mi vida vuelva a besar a alguien de una manera tan sincera y tan real.
Nunca más volvería a besar la pantalla de mi móvil.
Era incluso más guapo en persona.
Sus ojos fueron los más bonitos qué había visto en mi vida (y siempre lo serán).

Me había pintado los labios de rojo, así qué le manché.Lo mejor, es qué le dió exactamente igual.

Las personas de nuestro alrededor se quedaron mirando cómo si fuera una película de amor.
No era una película de amor y mucho menos lo había sido.
Nuestra historia era la más real.
Pocas personas en el mundo habrían sufrido lo que sufrimos él y yo.
Amar es sólo para valientes.
Y él lo era.
Y yo igual.

No queríamos volver a pasar lo mismo nunca más, pero el futuro no lo sabía ni él ni yo.
Yo sólo quería ser feliz.
Eso era lo más importante para mí.
Y cuándo me imaginaba feliz, él estaba a mi lado.

Tenerlo a centímetros fue el momento más bonito de mi vida.
Recuerdo cada una de mis lágrimas en ese momento.
Eran lágrimas de felicidad.
Las mismas que él me hizo llorar desde siempre.
Él me hizo llorar muchísimo.
Pero a diferencia de la mayoría de los hombres, él me hizo llorar de felicidad.
Y aprendí que si una persona te ama, no te hace daño.

Él se merecía una mujer mejor que yo.
Desde que lo conocí lo supe.
Yo me sentía "nada" a su lado.
Y él cambió eso.
Él hizo que me sintiera especial.
Él tenía claro que yo era la mujer perfecta para él.
Incluso le gustaban mis defectos.
A mi los suyos más, pero pocas veces se lo dije.

Ese reencuentro en el aeropuerto no lo voy a olvidar nunca.
La verdad, recomiendo un reencuentro así.Pero, sólo si antes has sufrido años de no tener a esa persona.Es el mejor regalo del mundo.

¿Cuántas veces hemos pedido mucho dinero o fama?.

¿Cuántas veces hemos pedido un millonario o cosas materiales?.

A él no lo iba a cambiar por nada del mundo.
Ni por ser millonaria.
Ni por ser famosa.
Ni por el nuevo iPhone.
Ni por un millonario.
Ni por una mansión.
Ni por ir a Nueva York ( un sueño).
Ni por nada.

Él lo era todo para mí.No había nada ni nadie que lo pudiera remplazar y nunca nadie lo hará.

KilómetrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora