9044 km

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Nuestra amistad crecía y crecía.
Y un día así porque sí me dijo algo que en mi vida me lo habían dicho.
Me dijo algo que me quedé sin aire.
Me dijo "te amo".
Nunca nadie me había dicho eso y sin pensarlo le dije "yo también".
Aún no sabía lo fuerte que era esa palabra, pero él sí.
Él me amaba y no sabía como agradecerle su amor.
Cada día me demostraba a lo lejos los latidos de su corazón.
Escuchaba sus latidos a lo lejos.Su corazón era mío.Los dos mejores regalos que pueden darte alguien son el tiempo ( que ya nunca vuelve) y el corazón.El corazón de un hombre no es para todas y el de una mujer tampoco.
Se arriesgó y me lo dio.
Desde el primer momento le advertí que le iba a hacer daño y que no quería romperle el corazón, pero le dio igual.
Me dijo que el amor no tiene que ser perfecto y demasiada razón tenía.
Lo nuestro era imposible, no nos íbamos a conocer, el destino no nos iba a unir y lo nuestro no sería como las películas.
Los kilómetros no iban a desaparecer y cada día pasaba el tiempo.
Nos volvíamos mayores juntos, pero separados.Era increíble tenerlo en mi vida, era único para mí.
Nadie de mi alrededor me iba a hacer sentir ni la mitad de lo que me hacía sentir él.
Ni siquiera sabíamos lo que era mirarnos a los ojos, estábamos perdiendo entre pantallas el valor de las miradas.
Pero le amaba y si amas a alguien te da igual la distancia y todos los obstáculos.
Esos 9044 km era como si estuviéramos en la misma habitación, siempre estábamos juntos ( pero separados).

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