Capítulo 13

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Escuché unos ruidos, quería seguir dormida pero me era imposible, así que decidí salir de la cama para ir por un poco de agua —dicen que eso, a veces ayuda— salí de la habitación, el sonido parecía provenir de a bajo.

Mientras, más me acercaba a la primera planta, el sonido se escuchaba, más fuerte.

Cuando, por fin llegó a la primer planta, distingo el sonido —pero no era un sonido nada peculiar, eran: sollozos —caminé hasta la sala donde veo una sombra de espaldas; noto que está, se agitaba de arriba a bajo —debido a los sollozos—,me acerqué para ver quien era la persona, ya que no podía distinguir nada, por lo oscuro que estaba la habitación.

—...Mamá..., ¿qué ocurre?—pregunté.

Ella, se puso rígida al escucharme

—Mamá, ¿sucede algo?—volví a preguntar.

—No, hija, todo esta bien —dijo.

E inmediatamente se limpió las lágrimas. Cuando fijo su mirada en mi, aún tenia sus ojos llorosos.

Me dolía, verle así. Sentía, que todo esto era mi culpa por haberle hecho pasar un mal momento, en la mañana.

—¿Quieres hablar de esto?—pregunté.

Ella, vaciló un momento pero contestó:

—Perdoname, perdoname mi niña—dijo, mientras acariciaba mí mejilla.

—Perdonarte ¿por qué?— dije, tomándole su mano.

—Queria, mantenerte alejada de todo lo que tuviera que ver con el gen, para mí, era muy difícil, verte como seguías con tu vida, sin vivirla —dijo, sorbiendo su nariz.

—Si, es lo por de esta mañana, quiero pedirte perdón, no era mi intensión exaltarme de esa manera. Sólo me gustaría que me comprendieras; de pronto unos días no recuerdo nada, y de repente, una serie de cosas te llegan de sorpresas. No estaba preparada para saberlo.

—Lo sé, pero esto no se puede detener. He tomado decisiones muy malas y temo, que esas cosas recaigan en ti.

—Mamá, no sé, lo que hayas hecho pero todo estará bien—dije.

La abracé. Aún, no sé, si lo que esta pasando es por mí o por otra cosa que le haya pasado durante el viaje.

—Mamá—dije, llamando su atención.

—¿Dime?—dijo, sin romper el abrazo.

—Estos días, que no has estado...,he salido con Dylan...—decía, pero me fui interrumpida por mi madre.

—¿Quién es Dylan?—preguntó, rompiendo el abrazó para mirarme el rostro —¿Es tú novio?

Reí.

—No, mamá.

—¿Entonces?

—Ella es mi amiga, sólo que su nombre es una larga historia.

Y es cierto, por lo que me ha cotando; sus padres le habían nombrado como varón, debido a que les dijeron que serian gemelos varones, y al final resulto todo lo contrario, pero siguieron por el nombre de Dylan.

—Y, como te decía, hemos estado practicando mi "grandioso don"—dije

—¿Asi?—preguntó vacilando—. ¿Cómo qué?

—Pues...todavía lo estoy practicando pero...observa.

Observé, a mi alrededor, buscando algo que sea fácil de levantar, hasta que mis ojos encuentran un cojín del sillón. Con mí mano, la empiezo alzar al mismo tiempo que se alza el cojín.

El cantar de los muertos[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora