Capítulo 18

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Desconocido

La encontré. Después de dos meses desaparecida, sin ninguna señal de ella, pero al menos mí búsqueda no fue en vano.

Quien diría que hoy seria mi día de suerte, al salir un rato y divisar su figura reconocible junto con un grupo de jóvenes de su edad. Tal vez pudiera sacar provecho de esta situacion.

Se le  veía tan feliz a diferencia de cuando la conocí, pero seguía igual de hermosa, como es habitual de ella.

Aunque, es imposible no ocultar este odio hacía ella. Tengo los puños blancos de tanto que me he abstenido de no matarla, pero ahora que la he encontrado, no la dejare ir. Ella tiene que ser mía, quiera o no y, quitaré a cualquiera que ponga en el camino.

Demetria

—¿Qué esta sucediendo?— pregunté alzando la cabeza por encima de la mesa.

Estábamos en la cafetería, sin embargo se empezó a crear un tumulto por la fila de la comida. Desde hace dos meses de mí llegada, la hora del almuerzo no ha sido mí momento favorito,  así que descarto la idea de estar peleando por la "maravillosa" comida que sirven.

—No lo sé —dijo Christian sin quitarle la mirada a su comida.

—Iré a ver—avisé.

Me levanté de mi asiento, para ir a observar lo que sucede. No es que sea entrómedita pero, la gente siempre se junta cuando no es algo bueno.

Me aproximé observando alrededor del círculo que habían formado: era una pela. Empujé a varias personas y, busqué espacio para pasar hasta que divisé a tres chicos; al que golpeaban, a un pobre chico que estaba en mí clase de literatura, no pudo haber hecho algo mal, es muy inofensivo. El otro era uno de las más tontos y "bravucones" de el instituto, lo que si me dejo sorprendida, fue la última persona que se reía de como golpeaban al pobre chico: Ryan Mckendry.

Mí sangre empezó a hervir al ver ese estúpido, me introduje adentró del círculo.

—¿Que te pasa, imbécil?—dije empujando a Ryan.

—¿Qué demonios haces?— logré identificar la voz de Christian, pero le ignoré.

Ryan parecía estupefacto de verme, aunque él no era el único. También yo lo estaba.

—¿Demetria Jones?— me preguntó con una risa ahogada.

Asentí con la cabeza y fui a levantar al chico, que éste inmediatamente salió corriendo.

—Vaya me sorprende verte aqui— dijo con una ensanchada sonrisa.

—¿Quien es él? — preguntó Christian, colocando una mano en mí cintura.

Ryan, abrió los ojos y dijo:

—No se me sorprende que sigas siendo una ramera— atisbó.

Me separé de Christian para acercarme a él, junto con mí puño.

Él, retrocedió unos cuantos pasos, mientras se tocaba la mejilla izquierda y entrecerraba los ojos y me sostenía la mirada

—Auch— me quejé por lo bajo mientras agitaba mí mano y sentía mis nudillos punzar de dolor

Él grandulon, me sujetó con sus brazos de la cintura, causando que me levantará un poco del suelo. Intentaba zafarme se su agarre, pero era imposible.

—Eres un estúpido —refunfuño Ryan—. Sueltala, mejor sujeta a su amigo o lo que sea.

No pasó ni un segundo de que Bob, me soltará.

El cantar de los muertos[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora