Capítulo 15

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Renny:

La ovación de la gente resonaba en mis oídos, gritos y aplausos celebrando la primera categoría. Rees estaba con su traje negro con gris, saltando como si estuviera calentando antes de una carrera de atletismo. Su entrenador personal le hablaba llamándolo a la calma, su equipo de carreras revisaba la motocicleta y su representante hablaba con todos los medios de comunicación que se acercaban para tener una entrevista.

En qué momento se les ocurre a los imbéciles querer una entrevista ¡¿No ven que tiene que concentrarse?! ¡Carajo con los medios! 

Cruce las piernas en la silla metálica que me fue asignada debajo de la carpa blanca con distintos logos. Podía ver entre la multitud varios carteles con el nombre de Race Hamilton. Realmente era aclamado, uno de los favoritos. Me sentí como toda una celebridad cuando entramos al domo. Los periodistas, las cámaras, los autógrafos, las fotografías.

¡Una locura!

— ¿Bebe? —Levanté la vista para ver a Race con el casco en la mano — ya tengo que ir al otro lado, quería mi beso de la suerte antes de tener que ir a patear un par de culos. 

Le sonreí poniéndome de pie, le tomé la cara envolviendo mis brazos en su cuello, acercándolo hasta quedar a centímetros de él. Su aliento era fresco, su respiración entre cortada y estaba segura que si pegaba mi mano a su corazón estaría latiendo a mil por hora. Mi niño estaba nervioso y sabía cómo calmarlo.

—Te espero en la línea de meta, entre más rápido seas más rápido me tendrás en tus brazos de nuevo. Piénsalo.

Besando sus labios, profundice en darle énfasis a la lengua, tal y como a él le gustaba. Chupe su labio bajo ocasionando un revuelco en mi estómago delicioso. Este se separó para verme con esos ojos azul cielo que tanto me gustaban. 

—Te quiero Race.

—Yo también te quiero, nena.

— ¿Mucho? —sonaba como una gran niña pidiendo un poco más de cariño, pero vaya si no lo necesitaba.

—Las estrellas no son suficientes.

¡Santa mierda! Si sigue con esa actitud no seré capaz de detener a mi corazón de tanto amor. Mi vida se estaba volviendo en una locura gracias a él. Dándole un último beso, vi como mi corredor favorito de todos los tiempos salía a ganar esta carrera.

Desde la primera vez que lo vi subirse a una moto, supe que lo más complicado seria bajarlo de ella. Recuerdo que era impresionante verlo correr, practicaba todos los días. Se caía y volvía a pararse. Nunca se detenía hasta que lo lograba, lo que más me asustaba eran los trucos, sobretodo esas malditas vueltas que sacaban todo el miedo que tenía por dentro.

Volví a sentarme en mi silla metálica junto a Daniells. Este estaba al teléfono haciendo unas apuestas a favor de Race. Definitivamente tenía que ganar a toda costa, esas sumas eran grandísimos. Si ganaba, al final de la competencia nacional, se volverían multimillonarios los dos. No es como si Race no lo fuera ya gracias a sus padres, pero me gustaba como él siempre intentaba ganarse su dinero sin depender de ellos.

—Tu nombre es Rene Scott —me sorprendió la voz de Daniells.

—Y el tuyo David Daniells ¿No es así? — ¿A qué viene esto?

—Los medios quieren tu nombre completo, Rene. De seguro mañana estarán en cada periódico y revista ¡Hola! del lugar. Race es una celebridad y esta carrera es de las más importantes.

¡Carajo! Nunca pensé en eso. Sabía que era famoso y que los medios estarían encima de él pero no que me investigarían, no necesitaba eso, no ahora, mucho menos que Race se enterara de mí por medio de un maldito periódico. Debía decirle lo antes posible pero ¿Cómo? No estoy preparada para decirle.

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