William... Sí, leyeron bien...
William:
Es fácil decir que la vida es sencilla y que todo marcha como nos gustaría que marchara. Mucho más fácil es decir que no existe ninguna complicación, que vivimos en la maldita burbuja que siempre quise crear para mi familia, pero la realidad es muy diferente a la expectativa.
Tiempo atrás, cuando convencí a Abbi que fuera mi esposa, todo era como en un cuento de hadas. Le pinte un panorama perfecto, le prometí amor eterno y una familia. Recuerdo como si hubiera sido ayer el momento en que tomé su mano para llevarla al altar.
Era un día caluroso en Londres, las flores estaban en su mayor esplendor y el cantar de los pájaros llenaba el ambiente. Abbi lucia grandiosa con ese vestido sin mangas, el escote de corazón y todo el vestido pegado a su cuerpo. Su collar lucia perfecto en su cuello, se lo di la primera vez que se volvió mi agapi. Nunca se lo quitaba, era nuestra unión, una que nos mantenía conectados. Recuerdo como latía mi corazón, como se llenaba de una sensación estupenda. Mi pequeña era mi vida y siempre lo seria.
Aun éramos unos niños cuando la lleve frente a un sacerdote para decir el "sí, quiero pasar el resto de la vida contigo", éramos demasiaaaado jóvenes pero ¿A quién le importa? Cuando es amor es amor. No hay vuelta atrás ni para agarrar impulso.
Gire para ver a Abbi parada enfrente de mí con una mano en su abdomen y la otra en el collar, un gesto que hacía cuando estaba nerviosa. Ella decía que ese collar eran sus tres gemas, Holly, Rees y yo. Ni idea de ser una puta piedra pero amaba a esa mujer que podría ser quien ella quisiera.
—Tienes que calmarte Will —la voz de mi pequeña me llego como agua de mayo.
—¿Calmarme? Cariño, tengo que pedirle a mi hijo que se comprometa con una de la élite para calmar las aguas, él chico se acaba de hacer de novia de Rene Scott ¡Mierda! Esto esta tan jodido.
—La chica es buena, pero es por las elecciones, después que seas primer ministro podemos ver qué hacer con esa relación, por ahora necesitamos que Rees se comprometa para causar noticas y atención, vas debajo de McAdams, no podemos permitirnos pierdas las elecciones, has trabajado toda tu vida para esto.
¡Dios mío! Abbi tenía razón, pero era imposible que le pidiera a mi propio hijo que abandonara al verdadero amor por una elección. De todas las personas que hay en este mundo ¿Por qué Rene Scott? La prensa ya estaba con las averiguaciones acerca de cómo la hija de los grandes traicioneros de la nación estaba acostándose con el hijo del candidato a primer ministro. Salió en todos los medios la pedida de noviazgo de Rees ¿Pero en que estaba pensando? Sabía que eso iba a pasar.
Me tomé la cabeza con desesperación, pensando en cómo decirle. No lo llamaría, de eso nada. Se merece que gane lo que tanto le ha costado pero cuando regrese tendíamos una plática muy seria acerca de nuestro futuro.
Estaba a punto de destruir la vida de mi pequeño y no soportaba eso.
—¿Por qué no se reencontró con ella un año después? —pregunté pensando en ¿Por qué la vida era tan injusta?
—La chica cambio mucho, no quería ningún vínculo con la élite y lo sabes, William. Ella está intentando alejarse de todo. Llamaron a sus papás traicioneros de la corona, los tacharon de ser incorrectos y corruptos cuando tú sabes que eran unas personas honorables. Lo peor, nunca los defendimos.
La muerte de los Scott nos dejó mal a todos, todos aquellos que os conocíamos bien. Cuando ese avión cayó al agua, junto a una explosión, todos lo supimos. No había sido un accidente, los rusos habían tomado el control de la nave.
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SOLO TÚ
General FictionTERCERA PARTE DE LA SERIE "Los Hamilton" Un corazón roto no es la razón para una destrucción nuclear, mucho menos para cerrarse a las nuevas oportunidades que trae la vida. Rees Hamilton es un ejemplo de élite, con un futuro prometedor en el gobiern...