Rees:
Me sobe la cabeza con desesperación. Mi agente no dejaba de hablar con mis patrocinadores acerca de que era lo mejor de hacer, claro mi representante decía G8 y mis patrocinadores optaban por las nubes, ósea que me querían en la 88 IR. Por mi parte estaba recostado, con las piernas arriba de una silla, la chaqueta de cuero y una pluma en la boca, mordiéndola con sumo aburrimiento. Me estaba comportando como Race Hamilton en su máxima expresión cuando siempre, frente a ellos, fui Rees Hamilton, el chico de élite educado.
—Tenemos que pensar en lo que es mejor, la G8 ya la ha ganado varias veces, incluso es dos veces al año, la puede hacer en enero que la vuelan a realizar pero la 88 IR es hasta el otro año —Carmican de las industrias de llantas más grande decía con firmeza.
—Nosotros ponemos el dinero, Daniells, tenemos un poco más de voz aquí —Joshua Anderson le dijo a mi representante. Quería soltar una carcajada porque sabía cuánto odiaba ese idiota que le recordara el poder del dinero, además ganaba lo suficiente por ser mi representante, no creo que quisiera dejarlo con tanta facilidad.
— ¿Rees? —preguntó David Daniells.
—Nos vamos para España —tenía que demostrar mi fuerza, hacerme valer ante todos estos. Al final el que corría y ganaba era yo.
Revisamos las fechas, del 14 de julio al 25 de julio. Pensé en papá, vendría un día después de su cumpleaños y en sentí muy mal porque siempre lo pasábamos juntos pero este era un sueño, tenía que ganar esa carrera para hacerle honor. Así que este 25 de julio no la pasaría con mi padre.
Tres países, España, Italia y Francia. Once días, 6 carreras, una final. Respire hondo antes de asentir con la cabeza, íbamos a hacer esto, tenía que hacerlo.
—Una cosa más —dije tomando mi pluma —, necesito un boleto extra, esta vez llevo acompañante.
Todos fruncieron el ceño diciendo sí sin siquiera preguntar a quién llevaría.
—El boleto del señor Montgomery siempre está en el presupuesto —dijo otro de los muchos patrocinadores, esta vez era el idiota de las aerolíneas.
—No, el señor Montgomery esta en prácticas, dudo que su tiempo le permita viajar. El boleto es para Renny Scott, una... — ¿Cómo diablos presento a Renny? ¿Mi amiga? ¿Mi novia? —amiga, aspirante a novia si lo quieren ver de ese modo. El año pasado para la 88 IR quede como un marica por ir con Louis aunque eso me gano un par de hermosas mujeres para la noche, pero esta vez quiero dar una imagen más seria.
Los cinco estuvieron de acuerdo, imagino que han de acordarse de la carrera del año pasado. Las mujeres se aglomeraron en la carpa donde estaba mi equipo, hubo tanto problema con clamarlas que se arrepintieron de dejarme meterlas a todas. Sí, los mande a la mierda estaba allí para disfrutar, nada más que eso. No pensaba en ganar y ser grande.
Esa fue una de las razones por las que perdí, estaba demasiado distraído.
—Estamos de acuerdo si prometes concentrarte en la carrera, no queremos otro quinto lugar, un tercero es aceptable.
—Caballeros —me puse de pie tomando mi teléfono celular —, quiero ser el primero en ganar esa maldita carrera con solo diecinueve años. Apúntenlo porque en dos semanas hacemos historia.
Sin más que decir, me retire dejando a todos con la sonrisa de idiotas que decía dinero. Si bien les iba, les daría un par de millones a ellos y otros a mí. Esta carrera era de las más grandes de europa.
Solo tenía tres días para convencer a Renny que me acompañara. Eso sí que no iba a ser tarea fácil.
Llegue al bar sabiendo que hoy le tocaba turno, el olor a cigarro me llego inmediatamente. Nunca me molesto ese olor, al contrario estaba tan acostumbrado que la mitad de ingleses fumaran que ya era algo natural.
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SOLO TÚ
General FictionTERCERA PARTE DE LA SERIE "Los Hamilton" Un corazón roto no es la razón para una destrucción nuclear, mucho menos para cerrarse a las nuevas oportunidades que trae la vida. Rees Hamilton es un ejemplo de élite, con un futuro prometedor en el gobiern...