Rees.
Sí, esta sería la primera y última vez que me mudaba de casa ¡Qué horror! Estaba desesperado de mover cajas, de sacar cosas y acomodarlas. Estaba desesperado del desorden que había, de mamá y Holly poniendo todo en "orden". Ellas iban colocando las cosas donde les gustaban y yo iba atrás quitándolas. Este no era su apartamento, era mío, solo mío y quería ponerlo a mi modo.
Al final Louis y yo lo acomodamos a mi gusto. Paredes crema, cortinas negras con blanco, mesitas de vidrio, sillones blancos de cuero. La mayoría eran reclinables y bastante cómodos.
Me acosté en uno de los sillones, viendo lo bien que quedo todo, no hicimos un mal trabajo. Hoy tenía una fiesta en la fraternidad, un lugar que ni de loco iría de no ser porque Renny estaría allí. Antes, cuando me metí al mundo de carreras de motociclismo, jamás pensé que fuera a participar en una de esas fiestas las cuales eran una locura.
Había escuchado acerca de cómo todos se emborrachaban, de cómo todos se pasaban con todos. Las mujeres se quitaban las blusas y de cómo los hombres —sin ningún pudor— se aprovechaban de las damas ya ebrias. No había diferencia entre estas fiestas y las Americanas, universitarios y motociclistas, definitivamente no había diferencia.
De las pocas veces que había viajado a América, vi el nivel de carreras en ese lugar, no era como las españolas, pero eran una locura. La fiesta empezaba desde la pista, lo cual no me parecía correcto.
—Kyle ¿Crees que está bien ir? —pregunté a mi compañero de carreras, cada vez que teníamos una carrera de relevos, él era mi compañero de fórmula.
—Te la vas a pasar bien, princesa. Créeme que esta fiesta será más tranquila que las demás. No es una de esas con sombreros y vestidos de monja a los que estás acostumbrado, esto es una maldita fiesta de la fraternidad de Londres en motociclismo, te va a encantar.
No estaba seguro acerca de si iba a "encantarme" ir a ese tipo de fiesta. No me gustaba para nada que un hombre, si es así como se les pueden llamar a esos cobardes, aprovechándose de las damas con poco sentido común. No quería ni pensar en qué pasaría si alguna quedaba embarazada o con alguna enfermedad de transmisión sexual ¿Acaso se acordarían quien era el padre del bebe o la enfermedad? ¡Claro que no!
—En un mes regreso —aclare. Hace mucho que estaba deseando volver a una carrera, dos veces al mes había competencias de entreno y cada tres meses empezábamos torne. Si no estaba en carrera de velocidad, estaba en motocross o en freestyle, ese era mi mierda.
—Ya era hora Race, la tribuna te extraña. Estos cinco meses fueron la cagada más grande.
Le di una sonrisa a este idiota.
— ¡Aww, corazón! —dije haciendo voz de buena dama — ¿me extrañaste?
—Dije la tribuna imbécil, pero sí, también yo te extrañe. Ver al idiota de Brat ganar las carreras y lucir su culo en toda la pista no es lo mejor del mundo.
Brat Minch, mi peor enemigo en la pista de motocross y freestyle. Era una mierda de uno noventa de estupidez, ganaba todas las carreras hasta que yo entre al juego. Mi vida eran las carreras de velocidad. Después de competir dos veces consecutivas en la legendaria carrera de TT Isla de Man, decidí probar suerte en el motocross y poco a poco fui subiendo a FreeStyle. Practicaba desde los diez años a nivel profesional. Amaba la velocidad desde pequeño y mi primera motocicleta la monte a los 8.
Ese día me caí y mi hermana quería que prometiera que nunca más me subiría a ninguna otra. Lo siento Holly, pero desde esa caída, me enamore de la adrenalina que da este deporte.
— ¿Vas a competir en la competencia de resistencia y velocidad en Madrid? —preguntó Kyle.
—No, no puedo aun por la rodilla, solo motocross y moderado. Caída más mierda, de verdad que destrozo mi existencia, hermano.
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SOLO TÚ
General FictionTERCERA PARTE DE LA SERIE "Los Hamilton" Un corazón roto no es la razón para una destrucción nuclear, mucho menos para cerrarse a las nuevas oportunidades que trae la vida. Rees Hamilton es un ejemplo de élite, con un futuro prometedor en el gobiern...