─ ¡Estoy embarazado!... ¡Seremos padres, Akira!─ mi sonrisa resplandece como el sol de mediodía.
Luego de haber dado tan grata noticia para mí todo quedó en silencio, sus rostros muestran sorpresa, parece que sus mandíbulas se desencajan por tener la boca abierta, siento como si el tiempo se hubiese detenido, nadie se mueve, nadie dice nada ni siquiera Toshi se mueve sólo me ve como si supiera de lo que estamos hablando.
Al parecer a Akira ya le pasó la sorpresa porque ahora me queda viendo con una mirada tan seria y penetrante que me causa escalofríos y me intimida, mi sonrisa se borra al momento en que Akira se levanta tan rápido de la silla que la tira al suelo haciendo un gran estruendo que saca a los demás de su estupefacción; mi mirada está centrada en la suya, nos miramos directo a los ojos, pero puedo escuchar como lo demás se levantan también de sus silla, toman sus cosas para salir y dejarnos solos, se escucha el cerrar de la puerta principal... ¿Por qué? lo que quiero es que ellos también compartan esta alegría, pero ya no están.
La mirada de mi rubio ya no es la misma, ha cambiado, ya no es aquella que mostraba todo el amor y cariño que él siente por mí, ahora sólo puedo ver enojo, molestia... asco, repulsión... esa mirada no me transmite nada bueno, sus manos se cierran en puños, su cuerpo tiembla ligeramente, esto...no, ¿Qué pasa?
─ Aki, ¿qué...? ─ intento preguntar, pero él me interrumpe golpeando fuertemente la mesa con uno de sus puños.
─ ¿Cómo...? ─ susurra, apenas lo escucho, no puedo ver su rostro ya que su cabello rubio lo cubre.
─ Yo no sé, el doctor me dijo... ─ me vuelve a interrumpir y esta vez me paralizo.
─ ¡Cállate! ─ me grita, su voz es más grave de lo normal, esa voz que siempre me había gustado y calmado, ahora me causa miedo ─ ¿Cómo es...? ─ lleva sus manos a su cabello y lo jala en desesperación, gruñe y grita de frustración.
─ Akira, yo... ─ digo en voz baja tratando de explicar la situación, pero él no me deja, me interrumpe y grita cada vez más alto, cada vez causando más miedo en mí.
─ ¡Cállate! ¡Maldición! ¡No quiero escuchar nada de un fenómeno como tú! ─ vuelve a golpear la mesa y esta vez hace que todo lo que lo hay sobre ella caiga al piso y se quiebren en pedazos... al igual que esas palabras quiebran mi corazón en miles de trozos.
─ Pero, Akira... ─ mis ojos están llenos de lágrimas, lágrimas que me niego a dejar salir porque esas palabras... esas palabras no pudieron haber salido de boca de Akira, me niego a creerlo aun habiéndolo escuchado.
─ ¿Qué no entiendes? No quiero escucharte, no quiero ni verte, no quiero saber cómo esa cosa llegó ahí. ─ apunta mi vientre, su voz es despectiva ─
─ Pero... ─ unas cuantas lágrimas se escapan de mis ojos.
─ ¡No! ─ tiemblo ante su grito ─ ¡No me interesa! ─
─ ¡Es tu hijo, Akira! ─ grito también, pero mi voz sale débil.
─ ¡Esa cosa no es nada mío! ¡Yo nunca pedí uno! ¡Es más, nunca quise uno! ─
No, negaba con mi cabeza, mis lágrimas ya no podía retenerlas y rodaban una tras otra por mis mejillas. Esto no puede estar pasando.
─ ¡Claro que lo es! ¡No es una cosa, es un bebé! ¡Nuestro bebé! ─ ya no lo soporto, mis gritos han aumentado su tono y están a la par de los de Akira ─ ¡Yo tampoco lo pedí! ¡Un bebé no es algo que pides y te lo dan! ─ me levanto de la silla.
─ ¡Pues, no lo quiero! ─
─ ¿¡Cómo es posible que no lo quieras!? ¡Es nuestro hijo! ─
─ ¡Maldición! ¡Entiéndelo! ¡Eres un hombre, los hombres no deberían poder embarazarse! ─ camina de un lado a otro cerca del comedor, agarrando sus cabellos ─ ¡Es extraño! ¡Eres un fenómenos, un monstruo! ¡Tú y todos hombres que pueden concebir son aberraciones de la naturaleza! ─
Las palabras más dolorosas y destructivas que me han dicho en mi vida salen de la boca del hombre que alguna vez me dedicó las palabras más hermosas de mi vida...
Los gritos más fuertes salen de la boca del hombre que alguna vez me dedicó suaves susurros al oído...
Las manos que ahora presionan fuertemente mis hombros y me agitan desesperadamente pertenecen al hombre que alguna vez me regaló suaves y delicadas caricias como si fuera de cristal y temiera romperme...
Esos ojos que reflejan tanto asco y repulsión pertenecen al hombre que alguna vez me reflejaron las tiernas y dulces miradas...
─ Te amo, Kouyou, pero... ─ susurra con la voz entrecortada, su cabeza se encuentra apoyada en mi hombro izquierdo.
─ ¿Pero...? ─ creo que se ha tranquilizado, tal vez lo ha pensado mejor... ese 'pero' no me suena nada bien.
─ Te amo, pero no quiero ningún bebé. Aborta. ─ lo dijo con el tono más frío que le he escuchado.
─No. ─ niego con la cabeza y lo separo de mí, cubro mi vientre con mis manos como si diciendo eso lo pudiera arrancar de mí ─ No lo haré, no lo abortaré... ─ estoy hiperventilando, mi cuerpo tiembla y mi cabeza rechaza cualquier pensamiento sobre deshacerme de mi bebé ─ No me desharé de quien lleva mi propia sangre y se desarrolla dentro de mí. ¿Cómo puedes pedirme eso, Akira? ¿¡Cómo me pides que le quite la vida a quien no tiene la culpa de nada!? ─ cada vez me altero más, esto no puede ser bueno.
─ ¡Fácil! ¡Esa cosa aún ni su corazón se debe de haber formado! ¡Aún no es nada! Iremos ahora mismo a que te saquen eso, luego olvidaremos que esto pasó y todo volverá a la normalidad. ─ su rostro no me muestra expresión alguna que me diga que no habla en serio, que no se atrevería a matar a nuestro hijo, que no se atrevería a dañarme.
─ ¡Eres tú quien no entiende! Yo quiero a este bebé, Akira. ─ poso mis manos en mi vientre plano ─ Aunque apenas esté empezando a formarse, lo amo, tanto como te amo a ti. ─ mis ojos arden por tantas lágrimas, mi corazón duele por su palabras ─ Este bebé lleva el ADN de ambos, tendrá rasgos parecidos a los nuestro, será más parecido a ti... ─ mi mejilla arde debido al golpe que se atrevió a darme.
─ No me compares con eso. ─ molesto habla entre dientes, lanzándome una mirada llena de furia.
Mi rostro está ladeado, aún estoy en shock, es la primera vez que alza su mano contra mí.
─ T-Tú... ─ volteo a verlos sorprendido y dolido ─ me golpeaste. ─ llevo una mano a mi mejilla y siseo.
─ Te lo mereces... por decir estupideces. ─ cruza sus brazos sobre su pecho y me mira fijo.
Bajo la cabeza, muerdo mi labio inferior por la impotencia, coloco mis manos a cada lado de mi cuerpo y presiono mi pantalón entre ellas.
─ No son estupideces, es la verdad. ─ levanto mi vista viendo también con enojo, ya me cansé, no soportaré más que siga hablando tan despectivamente de mi hijo ni de mí, no dejaré que decida sobre mi cuerpo.
─ Claro que son estupideces. Esa cosa no debería nacer y no nacerá. ─ sentencia ─ Tendrás que tomar una decisión, si quieres seguir viviendo conmigo en paz o tener esa cosa que sólo desgracias traerá y cuando la gente se dé cuenta no vivirás tranquilo. Piénsalo, Kouyou, tu futuro no será bueno si dejas a esa cosa nacer. ─
¿Elegir entre vivir con Akira una vida tranquila, sin nada en mi vientre o vivir con mi bebé, sentirlo moverse dentro de mí, verlo crecer, ver sus sonrisas, cargarlo entre mis brazos, darle el amor que su otro padre le niega?
Ya tomé una decisión y nada ni nadie me hará cambiarla.
─ Eres cruel, Akira. ─ en ningún momento mi llanto se detuvo.
─ No soy cruel, soy realista. Sabes que nada bueno vendrá con esa cosa, sólo míranos estamos discutiendo por eso. ─
─ ¡Estamos discutiendo por tu terquedad, por tu rechazo hacia nuestro hijo! ─
─ ¡Qué no es nada mío! ─
─ ¡Entonces yo tampoco soy nada tuyo! Prefiero ver a mi hijo crecer a mi lado, que vivir a tu lado con remordimiento por haber matado una parte de mí. ─ ya lo dije, no hay vuelta atrás.
─ ¿Esa es tu decisión? ─ asiento ─ Bien. Saldré un par de horas, cuando regrese no quiero verlos ni a ti ni a tus cosas, quiero que desaparezcas de este apartamento... y de mi vida. ─ se acerca a mí, toma mi mano en la que llevo el anillo de compromiso, lo quita de mi dedo ─ No mereces llevar esto. ─ lo guarda en el bolsillo de su pantalón y se aleja, se dirige a la puerta principal antes de salir toma un abrigo que se encuentra sobre el sofá, cuando cierra la puerta siento como si el sonido retumba en todo el apartamento.
Es entonces cuando mis piernas ceden y caigo al piso, mi llanto aumenta, sollozo, grito y me lamento; me encojo en mí mismo, llevo mis manos a mi vientre, creo que es algo que no podré dejar de hacer, y me disculpo con mi bebé, me disculpo porque su padre no lo quiere, porque no sé qué será de nosotros ahora que no sé a dónde ir, me disculpo porque... no sé que cómo será nuestro futuro.
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Hace una hora que salí del apartamento que antes compartía con Akira, ahora me encuentro caminando por las calles de Tokio sin una dirección en concreto, arrastro el par de maletas en las que guardé todas mis cosas que habían en ese lugar; quería ver a Akira aunque sea una última vez pero eso no fue posible; avanzo con la mirada perdida sin ver por dónde camino, he chocado con varias personas, me he disculpado apenas, no sé qué hacer.
Luego de salir intenté contactar con los chicos, pero ninguno atendió mis llamadas o mensajes, temí que ellos también me rechazaran. Mi temor se cumplió cuando recibí un mensaje de Yuu, "No vuelvas a acercarte a nosotros, no queremos volver a verte... Eres un fenómeno."
Recordarlo me hizo sentir peor, levanto la vista y noto que me encuentro frente a un parque, hay pocas personas; llego hasta una banca vacía y me siento, dejo las maletas a un lado de mis piernas, apoyo mis codos sobre mis rodillas, oculto mi rostro entre mis manos y lloro, no puedo dejar de hacerlo, sé que llorando no arreglo nada pero... no puedo evitarlo; ¿Qué clase de vida le daré a mi hijo estando yo solo sin nadie que me apoye?
Seco mis lágrimas y veo a mi alrededor, hay menos personas que cuando vine y ya está oscureciendo, al parecer estuve mucho tiempo en ese lugar, me levanto, debo buscar un lugar para pasar la noche. Encuentro un hostal modesto luego de caminar por un rato, alquilo una habitación por una semana, cargo conmigo bastante dinero después de todo gano bien en mi trabajo, oh... mi trabajo; primero pongo la comida que compré en el camino sobre la mesita cerca de la cama, acomodo mis maletas en una esquina de la habitación, saco el pijama que uso para dormir y entro al baño que tiene la habitación. Luego de ducharme, ceno sentado en la cama, trato de dejar mi mente en blanco pero no lo consigo y mis lágrimas vuelven a salir, dejo el recipiente vacío sobre la mesita de nuevo y me hago un ovillo en la cama, desde la discusión con Akira estoy sintiendo leves punzadas en mi vientre que dejan de doler cuando lo acaricio suavemente, pero esa última punzada que sentí me hizo doblarme, fue más fuerte que las anteriores, sólo espero que nada malo le esté pasando a mi hijo.
Ya ha pasado una semana desde que alquilé esta habitación, hoy debo irme. Ayer renuncié a mi trabajo, no puedo seguir trabajando si vomito o me desmayo cada cierto tiempo, además descubrí que en esa empresa rechazan a los de "mi tipo", ¿Cómo no me di cuenta antes? No había tocado el temas con ninguno de mis compañeros de trabajo hasta que uno de ellos dijo haber visto a un hombre con un vientre abultado y la forma de la que se expresó no fue buena para nada; decidí renunciar antes de que se enteraran de mi estado, ya que nada bueno podría pasar.
También contacté con mis padres, no tengo ninguna esperanza de que me comprendan, sólo quiero saber la respuesta de mi madre a mi estado, ¿Por qué? ¿Qué tan necesitada pudo haber estado como para aceptar dinero a cambio de dejar que le inyectaron quién sabe qué cosas? Que yo recuerde nunca tuvimos problemas económicos graves, padre tenía un buen trabajo, ¿qué la llevó a eso?
Hoy mismo lo descubriré, apenas está amaneciendo y yo ya tengo listas mis maletas, viajaré a Kanagawa para que respondan a mis preguntas, no importa cuáles sean sus respuestas, no importa si me repudian, me lastimará, sí, pero no es como que sea la gran cosa, mis padres nunca han sido cariñosos conmigo y menos lo fueron cuando se enteraron de mi relación Akira, me hace sentir mal recordar a ese rubio tonto, no fueron cariñosos nunca y mucho menos lo serán cuando les cuente de mi estado, de eso estoy seguro.
Estoy en el tren que me lleva a Kanagawa, no falta demasiado para llegar. En todo el camino estuve observando el paisaje, metido en mis pensamientos con mis manos reposando sobre mi vientre y de vez en cuando tarareaba alguna canción que recordaba.
En este momento estoy tarareando la canción que escucho venir del reproductor del hombre que se encuentra sentado a mi lado, sí hasta yo lo escucho, el volumen es muy alto pero es una buena canción supongo que él piensa que vale la pena quedar medio sordo; siento como si alguien me observara, volteo hacia donde siento que proviene la mirada y me encuentro con que es el hombre a mi lado el que me ve con una ceja alzada.
Me sonrojo hasta las orejas, su mirada es bastante profunda.
─ ¿Conoces esta canción? ─ es muy serio que parece molesto.
─ Eh, yo... sí, la conozco. ─ trago saliva, ¿le habrá molestado que tarareara?
─ ¡Vaya! Eres el primer hombre japonés al que le escucho decir eso. ─ sonríe, sí que cambia cuando sonríe.
─ ¿En serio? Pero sí es una banda muy buena. ─ también sonrío.
─ ¿Conoces la banda? ─ parece ansioso en la espera de mi respuesta, me pone nervioso, se quitó los auriculares.
─ Eh, sí. Escuchas Your Betrayal de Bullet for my Valentine. Disculpa mi inglés, no es muy bueno.─ río nerviosamente, mi inglés es horrible.
Niega con la cabeza. ─ No hay problema con eso. Me sorprende que la conozcas, normalmente son las chicas las que mencionan algo sobre esa banda. ─
─ Eh, si... bueno, yo... verás...─ ah, ataque de nervios.
Ríe un poco. ─ Tranquilo, hombre. Parece que te desmayaras en cualquier momento. ─ no estaba muy lejos de la verdad, me siento mareado.
Respiro profundo. ─ Estoy bien, es sólo...─
─ ¿La emoción? ─ no me queda de otra que mentir, sólo lo veré esta vez así que no tendría por qué enterarse.
─ Sí, es por eso. ─ sonrío y me queda viendo fijo ─ ¿Qué pasa? ─
─ Eres lindo. ─ dice como si nada, me sonrojo otra vez.
Intento decir algo, pero no sé qué, su mirada y su mano sobre mi brazo (¿en qué momento puso su mano ahí?) me tienen nervioso, aparta su mirada y su mano de mí cuando el tren se detiene en la estación, se levanta y toma una maleta pequeña.
─ ¿Te quedarás ahí? ─ me levanto muy rápido y un mareo se hace presente haciéndome sentar de nuevo ─ ¿Oye, estás bien? ─ se acerca un poco preocupado.
─ Sí, no te preocupes, es sólo que no acostumbro a viajar en tren. ─ me ayuda a levantarme y a bajar mis maletas.
Ya estando fuera noto mejor su altura y sus facciones. Es un poco más alto que yo, tal vez me gane por uno 3 o 4 centímetros, yo mido 1.77, él parece de 1.80 más o menos; su cabello es negro un poco largo y lo lleva peinado hacia el lado derecho, sus rasgos faciales son japoneses.
─ Bueno, chico del tren que también le gusta BFMV, es muy largo. ─ pensativo─ Ya que estamos aquí, espero que nos volvamos a encontrar algún día por este lugar. ─ sonríe de lado y me hace una seña de "adiós" con la mano.
Parpadeo varias veces seguidas. ─ ¿Qué? ─ me pregunto a mí mismo, "Que extraño ese hombre."
Agito un poco mi cabeza, evitando marearme. Empiezo a caminar hasta conseguir algún transporte que me lleve a casa de mis padres; ya estando de pie frente a la puerta, toco el timbre, escucho pasos cerca y quien abre es mi madre.
─ Hola, madre. ─
─ Kouyou... ─*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Hola! No había escrito una nota en los caps anteriores porque... Lo olvidé xD
En Amor Yaoi siempre dejo una, pero aquí se me olvida U._.
El punto de esto es que me gustaría que me dijeran su opinión respecto a la historia, ¿sí?
Gracias por leer.
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Un frágil corazón ha sido lastimado (The GazettE, Slash, ReitaxUruha)
RandomÉl era todo lo que una vez consideró lo mejor, no era perfecto, nadie lo es... pero tenía algo que ante sus ojos lo hacía un ser que admiraba demasiado y lo amaba... Él fue al primero al que se entregó por completo, dio todo de sí por estar a su lad...