Siento como si estuviera cayendo en el vacío, lo único a mi alrededor es oscuridad tan y espesa, una luz me cega por un instante y la oscuridad desaparece, siendo reemplazada por una habitación que conozco muy bien: es el comedor donde vi por última vez a Akira; veo nuestra discusión como si fuera un espectador de ese momento y no estando yo ahí, veo mis lágrimas caer y siento de nuevo ese gran dolor en mi corazón.
La escena cambia, ahora observó lo que pasó en mi última semana de trabajo: las náuseas al despertar, los mareos y desmayos en los pasillos, las carreras para llegar al baño y vomitar, inclusive escucho los cuchicheos de los demás empleados referente a mi estado; otra escena, yo complaciendo mis extraños antojos a altas horas de la noche o madrugada, caminando solo por las áridas calles e indefenso, expuesto al peligro, ¿quién iba a propiciarme mi tan anhelado antojo si no era yo mismo el que iba por ello? pero había ocasiones en las que debía aguantar hambre por miedo a que nos sucediera algo.
Una nueva escena, la visita a mis padres: la explicación de mi madre, la furia y asco de mi , sus despiadadas frases aunado a esos tres golpes que me propinó; lo último que recuerdo es ser arrojado fuera de la casa y... sentir algo cálido entre mis piernas.
Abro los ojos asustado, pero un destello demasiado claro hace que vuelva a cerrarlos y me maree, llevo una de mis manos hacia mi cabeza, duele mucho, cubro mis ojos con mi otra mano y dejo salir un quejido.
─ Veo que ya despertó. Tranquilo. ─ escucho una suave y aguda voz a mi lado derecho, descubro mi rostro despacio, intentando acostumbrarme a la luz, veo a una chica con el típico traje de enfermera que me sonríe ─ Iré por un doctor, regreso en un momento. ─ sale de la habitación dejándome sólo.
¿Enfermera? ¿Doctor? Estoy en un hospital, pero ¿cómo llegué aquí?
Abro mis ojos desmesuradamente al comprender mi situación, llevo mis manos rápidamente hacia mi abdomen, no sé qué busco si mi vientre aun es plano, no podría saber si aún mi hijo está adentro o no, pero recuerdo que leí en una revista de maternidad que cuando se sufre un aborto se siente un vacío escalofriante; yo no siento nada de eso y estoy preocupado, ¿qué le pasó a mi bebé?
Escucho la puerta ser abierta, un doctor algo anciano entra acompañado por la enfermera que estaba aquí cuando desperté.
─ ¿Qué le pasó a mi hijo? ¿Está bien? ¡Dígame, por favor! ─ mi preocupación se exterioriza y mis lágrimas se acumulan, la enfermera se acerca.
─ Tranquilícese. Deje que el doctor le explique la situación, por favor. ─ vuelve a recostarme a la cama, ya que yo hacía el amago de levantarme por no obtener respuesta.
─ Primero que nada... ¿Recuerda qué fue lo que le sucedió? ─ el doctor se acerca y me ve serio.
─ Por supuesto que lo recuerdo. ─ presiono las sábanas entre mis puños ─ Mi padre me golpeó y arrojó fuera de casa. ─
Apunta algo en una libreta que no había notado que traía. ─ Está consciente de lo que sucedió. Le realizaré un chequeo general y luego hablaremos sobre su embarazo, ¿bien? ─ no espera a que yo responda, yo sólo quiero saber de mi hijo; entre él y la enfermera ayudan a sentarme, abre un poco la bata que me identifica como paciente, lo suficiente como para posar su estetoscopio sobre mi pecho, está frío y hace que un escalofrío recorra mi espalda.
Revisa mi pecho, espalada, rostro y abdomen, cierra mi bata y me hace acostar de nuevo, con sus dedos presiona mi vientre, preguntando si me duele, respondo que no hasta que toca mi costado derecho, agarro su muñeca y la aparto un poco, duele bastante; lo suelto, levanta de ese lado la bata y vemos un mancha ligeramente amoratada, "Debe ser el golpe que me dio mi padre", la regresa a su lugar.
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Un frágil corazón ha sido lastimado (The GazettE, Slash, ReitaxUruha)
De TodoÉl era todo lo que una vez consideró lo mejor, no era perfecto, nadie lo es... pero tenía algo que ante sus ojos lo hacía un ser que admiraba demasiado y lo amaba... Él fue al primero al que se entregó por completo, dio todo de sí por estar a su lad...