CAPITULO 3

437 20 0
                                    

Y aun cuando descanso bajo el cielo

Pienso en ti a todo momento

Tú irradias algo que no comprendo

Eres como un secreto que deseo saber

Paraná, Entre Ríos, diciembre de 1898

Era fin del año escolar, campamento de despedida del año, eran los últimos días en Lausín para Esmeralda, los tres años habían pasado demasiado rápido para ella. Dejaría ese hermoso lugar por otro lugar que muy poco recordaba. Volvería a su antiguo hogar, si es que lo era.

Ya había pasado un día entero del campamento era de noche y todos estaban durmiendo.

Esmeralda se despertó, tenía ganas de ir caminar, no le importaba estar sola en la noche, más bien le encantaba, se levantó y salió de la pequeña cabaña.

Al salir se chocó con Cooper. Su mejor amigo. Sus mejillas se sonrojaron y su corazón empezó a latir.

-otra vez chocándonos-dijo él recordando cuando se conocieron y otros años de años atrás.

-si, como la primera vez que nos vimos-dijo ella sonriendo tontamente.

-cuando nos conocimos- dijo el con una sonrisa sincera que a esmeralda volvía loca.

Luego se echaron a reír recordando ese momento que marco a ambos para siempre.

-¿Qué haces sola a esta hora?-pregunto él observándola con sus ojos del color del cielo.

-no, tu que haces aquí.

-yo te hice la pregunta primero.

-quería ir a caminar. Y ¿vos?

-también, será mejor que vayamos cada uno a su cabaña.

-si, será mejor, hace un poco de frió.-dijo algo decepcionada

-te acompaño, no quiero que te pase nada.

Él sonrió y la acompaño a la cabaña y se despidieron.

Al otro día se volvieron a encontrar y decidieron ir a pasear.

En el campo de Lausín había todo tipo de paisajes hermosos con colinas, llanuras y algunas montañas, era el lugar perfecto para vivir, la alegría recorría el aire.

Ya habían caminado un kilómetro, estaban un poco cansados, el calor resoplaba en todos lados, se detuvieron en un punto para observar el paisaje.

-que linda imagen-dijo ella apreciando el lugar.

-igual que tu.-dijo Cooper sin pensar.

-Coop, ¿Qué dices?-pregunto ella algo colorada.

-lo siento, nada.

-Coop, ¿Qué rayos te pasa?- hace días que Cooper estaba raro, hablaba poco y la mira mucho, haciéndola poner nerviosa.

-nada, vamos, tenemos que volver, dale.-respondió él tratando de que ella se olvidase de eso.

-si me ganas.

Esmeralda empezó a correr y él salió detrás de ella. Él la logro alcanzar y la empujo cayendo junto a ella al suelo riéndose sin parar.

-siempre me ganas-dijo él burlándose de ella.

-lo siento, es que estas un poco gordito- se mofo ella-creí que no me alcanzarías.

-y tú, que- le dijo haciéndole cosquillas.

-ya basta, Cooper, basta.

-dale volvamos-dijo él parándose.

-si, volvamos.

Cuando volvieron se encontraron con María y Lucia. Ambas los miraron de forma acusatoria, pero ellos las ignoraron.

-¿de dónde vienen?-pregunto Lucia.

-fuimos a pasar y a respirar algo de aire-respondió Cooper-bueno las dejo.

Esmeralda ya estando a solas con las chicas empezó el cuestionario.

-¿Qué paso en el paseo?-pregunto Lucia.

-nada, ojala hubiera pasado algo, pero no-dijo Esmeralda con ojos soñadores.

Las tres rieron.

Por siempre tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora