capitulo 9

310 18 0
                                    


"Hay secretos que salen a la luz cuando son necesarios.

Otros no lo hacen por temor a ser descubiertos."

Al entrar encontró una escalera, era un sótano, bajo y busco algo par a alumbrar. Entro en un salón extraño, bello bien decorado, con espejos en la pared y muebles de madera, pero con bastante polvo. En una punta había un gran cajón con un candado, se acercó, pensó en la pequeña llave, volvió a la biblioteca, había dejado la llave en la mesita. Volvió al sótano, se acercó al cajón, introdujo la llave y el candado se abrió, y levanto la tapa, había una carpeta y tres cajas, una grade, una mediana y otra pequeña. Abrió la carpeta y encontró notas, números direcciones, nombres de diseñadores y ordenadores, todo para preparar una boda. Luego abrió la caja pequeña, en ella encontró los más bellos accesorios de boda, un par de pendientes, un par de hebillas y un collar. Luego al abrir la caja mediana unos hermosos zapatos se relucieron dentro, se los probo y le quedaban perfectos, luego abrió la última caja, sus ojos se abrieron, ella no creía lo que veía, era el vestido que su mama uso para su boda, era bellísimo, blanco con puntillas en los bordes, se animó a probárselo, le quedaba perfecto.

Ella no entendía porque su madre había oculto esas cosas, ¿Qué ocultaban sus padres? Ella decidió mantener el descubrimiento en secreto. Salió del lugar, serró la puerta y se dirigió a su cuarto se recostó en su cama y allí se quedó dormida. Había encontrado un escondite.

Estancia Vancouver, Buenos Aires, 12 de febrero de 1899

Nuevamente había discutido con sus padres y con su repugnante prometido.

Se hallaba en su cuarto tirada en su cama observando el techo cuando alguien golpeo la puerta.

-hola, ¿puedo pasar?-pregunto alguien. Esa voz era demasiado conocida para ella. Se para de un salto y abrió la puerta.

-Coop, que haces aquí-ella corrió a los brazos de su amigo, recordando el amor que sentía por él,

-te quería dar una sorpresa, te extrañaba demasiado.-dijo todavía en su abrazo.

-¿yo también, cuanto tiempo te quedas? ¿Donde estas quedándote?-las preguntas salían atropelladas de su boca.

-tranquila, tu madre me va a prestar una habitación.

Ella sonrió.

-genial, vamos a dar un paseo-dijo ella arrastrándolo hasta la puerta de su casa, donde marcos los observaba.

Ella y Cooper fueron a pasear por el campo, y charlaban pero la conversación dio un giro inesperado.

-ya que estamos solos te quiero decir la verdad de por qué vine aquí.-dijo él.

-bueno, está bien-ella se ponía un poco nerviosa.

-te amo, y no quiero que estés lejos de mí.-dijo acariciándole las mejillas.

-yo también te amo, pero no puedo-dijo ella negándose

-cásate conmigo-insistió el, sonriéndole.

-no puedo.-respondió con pena, tratando de alejarse aunque le doliera.

-por tus padres, yo lo arreglo, tengo mucha plata y....

-es imposible-ella grito y se alejó de él.

-¿porque?

-ya estoy comprometía.-la cara de el se puso pálida.

-¿qué?-pregunto atónito.

-mis padre me tenían preparado un casamiento arreglado apenas llegue acá. Lo siento.

-¿qué? No, no puede ser. Dime que no es verdad.

-no puedo, sabes que te amo y que harías cualquier cosa por estar con vos, pero ya es tarde.

-dime aunque sea que te dejo en buenas manos-dijo abrazándola.

-no, es un viejo amargado que se cree superior a todos.

-el tiempo que yo este acá estarás conmigo, en secreto y luego veremos, ¿si?-dijo el.

-claro que si, quiero aunque sea ser feliz por un momento.

-en este caso yo te haré feliz.-dijo besándola con cariño y apresándola en un abrazo reconfortador.

Los pocos días que Cooper estuvo con ella fueron maravillosos pero se tenía que ir y así yéndose lejos se llevaba una parte de la felicidad de Esmeralda.




Por siempre tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora