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La noche era cálida y el murmullo de los grillos era lo único que se escuchaba en el ambiente. Luke se acurruca un poco más contra el hombro de Michael, ocultando su cara contra el cuello del mayor y aspirando su aroma. Sentía que se encontraba flotando en un sueño, un hermoso sueño del cual tendría que despertar pronto. Sin embargo, al pellizcarse en el antebrazo varias veces se daba cuenta de que no estaba soñando.
En realidad, no se creía que Michael le había dicho que lo amaba. En cuanto las palabras salieron, una parte de Luke parecía haber cobrado sentido, se sintió correcto.
Luke no recordaba haberse sentido tan feliz en mucho tiempo.
—¿En qué piensas tanto?— la voz de Michael cerca de su oído produjo que escalofríos bajaran por toda su espalda.
El rubio dio un casto beso en el cuello del mayor, una sonrisa plasmandose en sus rostros.
—En lo mucho que quisiera nadar un rato— le susurró devuelta, levantándose de su puesto.
Michael lo observó como si de repente le hubieran salido dos cabezas, mientras que el rubio se encargaba de quitar sus zapatos.
—¿Qué demonios haces?
— ¿Acaso no es obvio? Quiero nadar
Y con eso, quitó su camiseta, dejando anonadado a Michael. Luego quitó sus jeans y sus bóxers.
A este punto, Michael parecía un tomate con peluca negra.
Sin perder tiempo, se metió al lago con un pequeño salto, para luego surgir segundos después.
—¿Cómo está?—manejó preguntar el pelinegro, esbozando una sonrisa.
Parecería increíble gracias a sus diferentes personalidades dentro del instituto, pero Luke era el más aventurero del par. Le gustaba experimentar cosas nuevas, vivir aventuras. Michael, por el contrario, prefería quedarse en casa, viendo cualquier cosa en la televisión, o preferiblemente observar las aventuras del joven rubio.
— Deliciosa— sonrió ampliamente, y Michael creyó desfallecer en ese momento con aquella vista—. Vamos, Mikey, ven al agua, no es tan profunda.
—Luke...
— ¿Por favor?
— No.
Luke nadó hasta la orilla del muelle, observando al pelinegro con ojos de cachorrito y haciendo un puchero.
—No quisieras que te arrastre conmigo, ¿verdad?
Michael lo observó con horror, y Luke se río internamente. Michael, a pesar de ser en el exterior un chico duro, era en el interior un gatito indefenso.
—No te atreverías.
—Pruébame.
A regañadientes y soltando un gruñido, se levantó y empezó a desatar sus zapatos, ganándose una gran sonrisa del rubio. Cuando se quitó la camisa, Luke no pudo evitar quedársele mirando, una oportunidad de ver a Michael Clifford sin camisa era de oro. No tenía un abdomen plano, su piel era más pálida, si era posible. Michael a veces se quejaba de su cuerpo, de no tener el cuerpo perfecto.
Michael era perfecto a los ojos de Luke.
Finalmente, se lanzó al agua y resurgió minutos después.
—Está helada.
— Está en temperatura neutral.
— ¡Moje mi cabello!
— No seas nenita, Mike.
El pelinegro gruñó y Luke, riendo, nadó hacia a él. Se veía adorable, con mechones negros mojados pegándose a su frente y a los costados de su cara, y su nariz y mejillas sonrojadas.
—No hagas pucheros, Mikey.
— Estoy mojado— lloriqueó.
— Esa es la gracia del agua, Mike. Te mojas— ironizó el rubio rodando los ojos.
—He creado un monstruo— dijo con tono solemne, ganando risitas del rubio y acercando sus rostro.
—¿Así que esa es una manera de preguntar si soy tuyo?
Juntaron sus frentes, sus respiraciones chocando y sus ojos encontrándose.
— No es una pregunta. Tú eres mío.
Y con eso, Michael estrelló sus labios con fuerza. Luke gimió asombrado, para luego seguirle con ímpetu. El mayor mordisqueo el labio inferior del rubio y se sintió desfallecer al escuchar los suaves gemidos de Luke contrs sus labios, y éste situó sus manos hasta su cabello y lo estrujó con fuerza, haciendo gemir a Mike. Sus pechos se juntaron, reduciendo todo el espacio entre ellos, sus manos explorando con cuidado la piel del otro.
Suavizaron poco a poco el beso hasta apartarse por completo, tomando aire. Luke observó detenidamente el cielo estrellado antes de abrazar a Michael y esconder su rostro en la curvatura de su cuello, dando suaves y húmedos besos en su piel.
Y deseó con todas sus fuerzas atascarse en el momento y vivir para siempre en él.
"A veces las personas son hermosas.
No en su apariencia
No en lo que dicen
Sólo en lo que en realidad son"
n/a: Ashton y Luke se fueron de combito a cortar el pelo para tener descuento. Lo siento en mis nuggets :'D

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in my veins ☾ muke
De Todo❝Luke estaba en sus venas, Y Michael no lo podía evitar❞ High Raking: #856 en Fanfic