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Cuando Michael llegó a casa, se encontró la sala en penumbras, ni un sólo sonido en el ambiente. Por un momento, se quedó apoyado de la puerta, cerrando los ojos y disfrutando del silencio. Algunas veces, aquello lo reconfortaba. Luego de un día agotador, calles abarrotadas y encontrarse cualquier tipo de personas, el silencio era bien recibido.

Quita sus zapatos en una patada y sube las escaleras de su habitación, revolviendo su cabello. Hoy el día había sido especialmente duro: su trabajo de medio día en una tienda de teléfonos era tortuoso ( Como cuando personas mayores iban a la tienda y le gritaban por más de media hora sólo para saber cómo se abre una aplicación), y en la escuela era como si fuera un fantasma. Estaba allí, sin embargo, el mundo pasaba en cámara lenta, y él se sentia tan... Solo.

Al abrir con cuidado la puerta, la luz de la Luna filtrándose en la habitación y reflejándose en la figura oculta entre las sábanas. Michael sonrió a la vista y con cuidado, se escurre dentro de las sábanas, quedando a la altura de la cara del rubio. Luego de unos minutos contemplándolo, Luke frunce la nariz y poco a poco se despierta, regalándole al teñido una pequeña sonrisa.

- Eres tan raro- musita con voz rasposa, haciendo reir a Michael.

- Pero me amas de esa forma- le saca la lengua y el rubio se lo devuelve, haciendo reir a los dos chicos.

Pronto, Michael se da cuenta lo mucho que sus rostros están cerca, en cómo su respiración cae en su mejilla y en cómo la nariz de Luke roza con la suya en un toque delicado. Y al observar aquellos ojos tan cristalinos, puros, los mismos espejos del oceáno, Michael se da cuenta lo mucho que ha caido por Luke.

Sus labios se juntan en un casto beso, disfrutando de la cálida y adictiva sensación que se propaga como fuego por su piel. Sin embargo, cuando Michael empieza a mover con ferocidad sus labios, saben muy bien que no podrían detenerse.

Sus dientes aprisionan el labio inferior del rubio, mientras que el menor recorre su pecho, haciendo que sus cuerpos choquen.

Sin evitarlo, la ropa empieza a desaparecer, y antes de que si quiera se dieran cuenta, los dos se encontraban en ropa interior. Michael crea fricción de entre sus miembros, cerniendose sobre sus muslos y trazando una ruta de besos húmedos por la piel del rubio. Luke posa sus manos sobre los bóxers del teñido, bajándolo lentamente y colando su mano dentro de él. Michael gime su nombre en su piel mientras mueve su mano lentamente.

El teñido no tenia planeado nada de esto. Una parte de él no queria hasta hacerlo, corromper a su pequeño Luke. Pero otra parte de él, no quería deternerse.

- No te preocupes- la voz jadeante de Luke lo sacó de su ensoñación y fijo la vista en él, observando su cara a la luz de la Luna.

-N-No quiero hacerte daño- susurró el teñido, sus labios rozando contra los del menor, quien lo contemplaba con una pequeña sonrisa.

-No lo harás- su voz era tan suave, tan ronca que le daba escalofríos por todo su cuerpo-. Confío en ti.

Michael asintió sin mucha convicción. Finalmente quitó sus bóxers y los del menor. Buscó en la mesita de noche un condón y lo colocó en su longitud.

-T-Te amo, Lukey- susurró, observandolo directamente a los ojos.

- Y yo a ti, Mikey.

Y con eso, se hundió en el menor, tomando de sus manos y apoyándose en ellas.

Fue como enamorse por primera vez: tan doloroso y adictivo al principio, y lentamente fundiéndose uno con el otro, dependiendo de cada caricia y aliento, detallando cada detalle y las luces que aparecian en sus ojos.

Porque no importaba nada más. Eran uno sólo.

n/a: FELIZ NAVIDAD!! En verdad apesto en esto XD QUIERO DECIRLES QUE ENTRE HOY O MAÑANA TERMINO LA FIC ASÍ QUE ESTEN PENDIENTES :D Nos leemos luego ;)

in my veins ☾ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora