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Las declaraciones de amor no eran exactamente el fuerte de Michael. Repasando sus relaciones pasadas, se podría afirmar que cada vez que se declaraba ante una conquista, terminaba en desastre: estaba este chico, Frank Way (soy Frerard af bitches), que había sido su mayor enamoramiento en séptimo año. Y en la cita en donde le iba a pedir que fuera su novio, puede o no puede que le haya vomitado encima.
Con sólo pensar en ello, le provocaba enterrar su cabeza en el suelo y no sacarla jamás.
Pero esta vez, se había esforzado con toda sus fuerzas. No quería arruinarlo. Inclusive no comió en todo el día gracias al nerviosismo.
No podía arruinarlo esta vez.
Apretó con fuerza el volante, haciendo que sus nudillos se tornaran blancos.
— ¿Mikey?— la voz de Luke lo hizo sacar de sus pensamientos, y se volteó unos segundos para verlo— ¿Estás bien?
— C-Claro. Todo está bien, Lukey— aseguró, mordisqueando su labio sutilmente.
Una mano se posó en su rodilla y se volteó a ver a Luke, quien le sonreía con una genuina e inocente sonrisa resplandeciente. Movió sus pulgares alrededor de su jean y la posó en su muslo, dándole un apretón reconfortante, haciendo que Michael se sonrojara como un tomate. No estás ayudando, Luke.
Michael no podía evitar fijarse en los pequeños cambios que iban apareciendo en Luke: su cabello se iba tornando un poco más oscuro, su mandíbula estaba adquiriendo una ligera capa de barba que lograba que su interior gritara como una colegiala. El pequeño Lukey indefenso que había conocido en la lluvia iba cambiando poco a poco. Pero eso no hacía que lo amara menos.
A veces se cuestionaba a sí mismo los sentimientos hacia el rubio. Le aterraba pensar en que sus sentimientos no fueran correspondidos. No podría soportarlo.
Llegaron a su destino y Luke suspiró en señal de sorpresa, haciendo sonreír a su vez a Mike.
—Llegamos.
Era un lago a las afueras de la ciudad, acompañado de un muelle que lo cruzaba y parecía fusionarse con los rayos del atardecer.
Luke no tardó en quitar el cinturón de seguridad y salir del auto, y Michael aprovechó la oportunidad para sacar las mantas ocultas en la parte de atrás y la caja de pizza, para luego salir del auto.
Contenpló al rubio, quien estaba estático en su lugar sin tratar de perder detalle. Esa era una de las cosas que más le gustataba de Luke: observaba con ojos asombrados su entorno, se percataba de los pequeños detalles. Aquellos ojos cristalinos podían ver cosas que ninguna otra persona vería, y guardaban secretos y maravillas que Michael moría por descubrir.
—Es mi lugar favorito en todo el mundo—comentó el peligro, mientras que el ojiazul se volteaba y se acercaba a él—. Vengo aquí siempre que todo se vuelve complicado, cuando necesito un lugar para pensar.
—Es la cosa más hermosa que he visto jamás— dijo el rubio, observando su alrededor.
— Para mi, es la segunda.
—¿Qué es la primera?— preguntó Luke, observándolo.
— Tú— respondio, haciendo que los dos se sonrojaran. Michael bajó su vista avergonzada hacia sus pies al ver que no obtuvo respuesta alguna y se aclaró la garganta—. Vamos, se enfriará la comida.
Entre los dos colocaron las mantas en el muelle y Luke se dedicó a observar al teñido, sin dejar de pensar en lo tierno que lucía concentrado cortando los trozos de pizza.
Comieron en un incomodo silencio, haciendo que Michael quisiera gritar de la frustración. "Bien, ya lo arruinarste, Clifford" aseguró decaido y retorciendo sus manos en su regazo furiosamente.
Fue Luke quién rompió con el silencio, colgando sus piernas en el final del muelle y observando al horizonte.
—Mi vida entera me he preguntado cómo se sentiría ser amado—comenzó, su voz un suave murmullo melódico que se fusionaba con la naturaleza a su alrededor—. Todos los que alguna vez fueron importantes ñara mi y que alguna vez me amaron fueron arrancados de mi: no recuerdo muy bien a mi abuela y mi abuelo, luego de su muerte, nunca se preocupó por nadie más.
«Veía a las parejas en la televisión, aquellas magníficas historias de amor que nunca me ocurrirían. Observo a las familias en los parques, los grupos de amigos en los centros comerciales y en la escuela. Y eso hace que una pequeña grieta se profundice eb mi interior, preguntándome el porqué nadie nunca me ha dado la oportunidad de amar.»
—El hecho de que sea gay no fue de mucha ayuda— río amargamente, balanceando sus piernas en el final del muelle—, de hecho fue lo que hizo mi vida en la secundaria en un infierno.
—Pero te preguntarás el porqué sigo aquí, vivo. El porqué nunca consideré el hecho de quitarme la vida— con un suspiro, alzó la mirada y clavo sus ojos en aquellas orbes esmeraldas—. Fue por ti, Michael. Porque el tan sólo verte en los pasillos era lo que me incentivaba a ir al instituto. Que el tan sólo hecho de escuchar tu risa, o ver tu sonrisa, sentía que todo estaría bien. Y aunque tus ojos nunca encontraron los míos, me sentía como la persona más afortunada de todo el planeta.
Mike tomó la barbilla de Luke con ojos aguados y tomó su barbilla, acercando sus caras y apoyando sus frentes.
—Me odio tanto— susurró con voz ronca, entrelazando sus respiraciones—. Me odio por ser un maldito ciego todos estos años, por ser tan estúpido en ignorar a alguien como tú...
Luke rozó sus labios, callando al pelinegro.
—No es tu culpa, Mikey.
— Es que te amo tanto que no soporto la idea de que no estuve allí cuando me necesitabas y...
—¿M-Me amas?— musitó Luke, colocando sus manos en la cara del ojiverde, sus ojos adquiriendo un brillo esperanzado y sus labios formulando la sonrisa más hermosa que Michael hubiera visto jamás.
Suspiró pesadamente, observando las perfectas facciones del rubio y recordando cada detalle de ella antes de sonreír tímidamente.
—Si— susurró—. Si te amo, Lukey.
n/a: y me largo a llorar. Escribí esto ayer y cuando lo publique, se borró por completo :))))) así que lo reescribi como pude. Lloré de la rabia y asusté a mi mama :'D Espero que les guste (lo prometido es deuda @TOXXICLUKE)

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in my veins ☾ muke
Acak❝Luke estaba en sus venas, Y Michael no lo podía evitar❞ High Raking: #856 en Fanfic