19. Gracias, mamá.

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Empezaron los problemas
se enganchó a la pena
se aferró a la soledad
ya no mira las estrellas
mira sus ojeras
cansadas de pelear.

(...)

Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazón
que nadie te haga más llorar
hundiéndote en silencio.
Que nadie – Manuel Carrasco y Malú

A veces se me olvida repetirte lo bonita que estás, la falta que nos haces cuándo la casa reclama tus cuidados y nosotros no sabemos cómo calmarla. Hay días en los que, aunque no te lo diga, echo de menos verte reír. Así que lo intento con todas mis fuerzas, me pongo una nariz de payaso, y juego a serlo. Aunque sea un desastre, y al final, lo único que te haga reír, sea mi risa.

Porque contigo me he dado cuenta de que la felicidad siempre está a tres pasos, sean largos o cortos, pero está ahí. Y aunque a veces todo sea gris, siempre queda alguien o algo, que nos hace querer seguir, querer dar esos tres pasos y volver a sentir lo que todo el mundo debería derrochar por los cuatro costados: Felicidad.

Así que gracias, porque de madres hay muchas, pero como tú pocas. Porque eres la que respira antes de enfadarse, vuelve a respirar, y hace como si nada. Gracias por tu paciencia. Gracias por escucharme cuando ni siquiera podía hablar. Gracias por entenderme y dejar que intente entenderte yo a ti. Gracias por nuestras risas en medio de la cocina como dos crías. Por hacerme reír hasta llorar. No sabes lo mucho que lo echaba de menos.

Gracias por demostrarme que puedo. Que esto solo es el principio de muchas caídas, pero también de muchas victorias. Gracias por ser la primera persona en querer leer, escuchar, sentir. Que yo no podría sin ti, mamá. Que no hay risa como la tuya y que tus abrazos son pura magia; pueden con todo. Gracias por ser la primera persona que tendrá "Bailes" en las manos.

Porque tú, fuiste la que me enseñó a bailar, a ser feliz.



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