Capítulo 5

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Media hora después me encuentro a las puertas del Starbucks, mi cafetería favorita, esperando a Emma. Los nervios son cada vez más intensos, no me conozco. Jennifer, ¿nerviosa? No puede ser. Me ajusto el gorro gris que llevo de modo que me caliente un poco las orejas, y entonces la veo cruzar la esquina.

Automáticamente sonrío, aunque ella aún no me ha visto. Anda vacilante, mirando a un lado y a otro buscando la cafetería hasta que me ve. Una sonrisa se ensancha en su rostro, iluminando sus ojos marrones. Mi corazón da un vuelco, y de repente todos los nervios se desvanecen.

-Hola - digo, sonriendo como una tonta. Ella me devuelve la sonrisa, y me acerco para darle un beso en la mejilla.

-Hola, Jenn - Me encanta su voz. Y sus ojos. Y su sonrisa. - ¿Entramos? - Me saca de mis pensamientos, y yo asiento y le abro la puerta para que entre al calor del local.

Ambas pedimos nuestro café. Bueno, Emma pide su café y yo mi té con leche. Cuando nos sentamos finalmente la una en frente de la otra, Emma suspira.

-Así que Starbucks, ¿eh? - Me mira con una media sonrisa - ¿Has dejado los porros por el té con leche?

Suelto una carcajada, y mi sonrisa se vuelve nostálgica. La chica que tengo sentada en frente mía me trae muchos, muchos recuerdos. Es como si ella y sólo ella conociera aquella parte de mi vida.

-Bueno, los porros me dejaron de gustar en el momento en el que no había beso en la bañera después - suelto, con un tono más serio pero con una sonrisa en la cara. Ella levanta la mirada de su café, y me dedica una sonrisa tímida.

-Creo que aquella etapa fue... la mejor y la peor de mi vida. - Me mira con sus ojos marrones, traspasándome con su mirada intensa - Porque las partes malas fueron muy malas, pero las buenas fueron... bueno.

-Increíbles - termino su frase, y ambas intercambiamos una sonrisa. Las mariposas de mi estómago a este punto se han multiplicado. - Y, bueno... ¿Cómo es que has acabado aquí?

-Pablo. Su empresa le trasladó aquí, y quiso llevarme detrás.

Inmediatamente decido que odio con todo mi corazón a Pablo. Pero aún así asiento comprensivamente, animándole a que continúe.

-Su familia es muy rica, y conocen a mis padres por el negocio de mi padre. Nos presentaron, y mi madre insistió en que saliera con él. - ríe sarcásticamente- Y supongo que aquí estoy.

-Te veo... diferente - cambio de tema, porque no soporto más a Pablo y a su familia rica. Ella me sonríe, y le devuelvo la sonrisa.

-Tú también estás cambiada, Jennifer. Has mejorado curando labios. - Levanta una ceja sugestivamente, y yo finjo estar ofendida.

-¡Siempre he sido buena curando labios! - Digo, medio riéndome. Ella también se ríe, y creo que hacía tiempo que no veía algo tan bonito.

Nos quedamos mirando en silencio, aún con las sonrisas tontas en nuestra cara. Y los recuerdos fluyen en la electricidad del ambiente. Me acerco más a la mesa y alargo el brazo para retirarle un mechón de pelo de la cara, y ella cierra los ojos cariñosamente. Cuando vuelvo a sentarme en frente de ella, suspiro.

-Te he echado de menos, Em.

-Y yo a ti. Me alegro de haberte visto. - Dice, pero de pronto suena un tono de llamada, y ella saca el móvil del bolso. Al ver la pantalla iluminada, su cara cambia radicalmente. Cansancio. Resignación.

-Dime. - Dice, con un tono seco. - Con una amiga. - Pasa unos segundos escuchando la voz en la otra línea, y baja la mirada - Lo siento. - Suspira, y cierra los ojos mientras se lleva los dedos a la sien, masajeándola suavemente - Con una amiga, Pablo, en una cafetería.

Me muerdo el labio y frunzo el ceño, deseando darle un puñetazo a ese gilipollas. Pero mantengo la compostura, y me mantengo al margen. Emma vuelve a suspirar, y me lanza una mirada de disculpa.

-Está bien. - Se oye la voz alterada por la otra línea, y yo aprieto la mandíbula - Lo que le cueste al taxi llevarme - dice ella, suavemente. No obtiene ninguna respuesta más, pues vuelve a meter el móvil en el bolso. -Jennifer, yo... - Empieza, pero no dejo que acabe.

-Tienes que irte - digo, pero le acaricio el brazo - No pasa nada, me ha encantado verte. Además, ahora tengo tu número y puedo obligarte a quedar conmigo otra vez - digo, con una sonrisa prepotente en los labios.

-Me parece bien - dice, con una sonrisa débil, no queriendo devolverme un comentario sarcástico.

Ambas nos levantamos y salimos a la calle, donde ella llama a un taxi rápidamente. Nos quedamos mirando la una a la otra, y yo me acerco y le beso la mejilla tiernamente.

-Hasta la próxima, Emma. - Susurro en su oreja, y ella me sonríe una vez más antes de meterse en el taxi e irse.

Pero no pienso dejar que se vaya de verdad. Otra vez no. Esta vez, pienso asegurarme de quedarme en su vida, cueste lo que cueste.

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Jemma feeeeeeeeeeeeeeeeels. Lo sé. Y he actualizado relativamente pronto, ¡POR UNA VEZ! Lo sé. 

Espero que os haya gustado el capítulo, y si no os ha gustado, es lo que hay :3... Muchas gracias por la paciencia, por leer y por apoyar esta historia, de verdad. En realidad este capítulo va dedicado a una persona, pues no podía dejar de pensar en ella cuando lo escribí. Quizá algún día tengamos un reencuentro como este, aunque la verdad es que yo ya habría matado a Pablo ¬¬

Ennnnnnn fin, comentad qué os ha parecido. Con mucho amor, 

DesordenMental.


The way I'm feeling again (Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora