The way I'm feeling again (Parte 3)

Capítulo 6

Me encuentro tumbada sobre mi cama, tapada con la manta hasta el cuello y mirando hacia la oscuridad del techo. Es tarde y tengo guardia en unas horas, pero me da igual, porque estoy al teléfono con ella. Las llamadas nocturnas se han convertido en una costumbre, ya que mi trabajo no me deja tiempo para verla, y ella está controlada por su novio.

Así que cuando él se va con sus amigos de fiesta o trabaja hasta muy tarde, ella me llama, y así han estado pasando las últimas noches. Hablamos de todo y de nada, yo le cuento sobre mis amigas y mi día a día, y ella se muestra más reservada. Recordamos momentos, anécdotas, hasta que caemos en la cuenta de que se ha hecho terriblemente tarde, y colgamos.

-¿Tienes sueño? - Me pregunta. Yo sonrío, pues tengo todo el sueño del mundo. Llevo varios días durmiendo menos de cinco horas, pero el sueño no es nada comparado con las mariposas que siento en el estómago cuando hablo con ella.

-No - miento, y ella se ríe porque lo sabe. -¿Y tu?

-Si tú no tienes, yo no tengo - Dice, y noto la sonrisa en su voz, que me hace sonreír a mí también.

-Ah, claro, muy lógico tu argumento - Bromeo, y suelto una carcajada.

-Perdone usted, doctora González. - Dice, riendo, y yo sonrío como una tonta.

-¿Tienes algún problema con mi profesión?

-Ninguno.

-Bien.

-Bien.

Llevo unos minutos ya sonriendo, y sé que ella también está sonriendo. Se hace un silencio, pero es un silencio cómodo, cálido.

-Me gusta hablar contigo. Me haces sentir... diferente - Cambia de tema, y a mí se me acelera el corazón y respiro hondo. Su voz ha cambiado al decir esa frase, más suave, más baja, más tímida.

-A mí también, Em. - Miro el reloj: son las tres de la madrugada. Mierda. Necesito dormir al menos unas horas si no quiero matar a alguien mañana. - Pero creo que deberíamos de dormir un poco, si no mañana le coseré el brazo en la cara a alguien sin querer.

Ella se ríe un poco, pero guarda silencio por unos segundos. No quiero colgar, pero me muero de sueño.

-¿Te quedas a dormir conmigo? - Dice de repente, y mis ojos se abren como platos y el corazón me da un salto. Se me olvida respirar.

-¿Qué? - Pregunto, un poco desconcertada por su repentina propuesta. ¿Quiere que vaya a dormir allí con ella?

-No quiero que colguemos. Simplemente... durmamos con el teléfono. - Dice, vacilante, como si estuviera insegura de mi respuesta. Mi corazón pasa de saltar a correr y me recorre una especie de corriente eléctrica por el estómago.

-Vale - susurro, y no puedo describir lo que siento. Daría lo que fuera por tenerla a mi lado y dormir con un brazo alrededor de su cintura. Darle un beso de buenas noches y dormirme sabiendo que cuando vuelva a abrir los ojos ella estará ahí. Pero me estoy limitando a ir al ritmo que ella marca, no quiero presionarle. Así que estoy más que contenta con dormir con ella de este modo.

-Buenas noches, Jennifer. - Bosteza, y vuelvo a sonreír como una enamorada.

-Buenas noches, Em.

Me quedo unos minutos escuchando su respiración y el zumbido de la línea, hasta que ya no puedo más y cierro los ojos, sucumbiendo al sueño. Hacía tiempo que no me dormía tan feliz. Y me digo a mí misma:

Lo mejor está por venir.

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Queridas lectoras: Antes que nada, gracias por la paciencia que estáis teniendo con las actualizaciones (como si tuvierais remedio, já. No, pero en serio.) y gracias por todo el apoyo que está recibiendo la historia. 

Sé que es un capítulo muy corto, pero durante las fiestas de Navidad estaré subiendo más a menudo, así que tendremos más de Jemma.

~Este capítulo define a la perfección lo que siento cada noche cuando tu respiración es lo último que escucho~