Capítulo 2

14.9K 891 133
                                    

-Se está convirtiendo en costumbre verte por aquí. Me alegraría, pero... estamos en un hospital y sería grosero alegrarme de tu facilidad de romperte el labio.

Da media vuelta con una sonrisa radiante, que me hace sonreír a mí también. No dice nada, y nos quedamos mirándonos durante unos segundos en silencio. Después algo en su mirada se apaga, y su sonrisa radiante se desvanece y se convierte en una sonrisa cordial. Mi estómago se retuerce. Me doy cuenta de los círculos oscuros debajo de sus ojos, muestra de su cansancio.

-Hola, Jennifer - se acerca y me da un abrazo rápido con sólo un brazo. No sé por qué esperaba otro tipo de reacción - Me dijiste que viniera en cinco días, para...

-Sí, los puntos, lo sé. - Digo, tal vez con demasiado entusiasmo.

Le hago una seña con la cabeza para que me siga, y ella asiente suavemente con la cabeza mientras andamos por la sala de urgencias hasta una cama.

-¿Has tenido algún problema? -Ella me mira con ojos alarmados, y yo frunzo el ceño - Me refiero a alguna inflamación o infección en los puntos.

Ella relaja la mirada y suspira casi invisiblemente, lo que me hace fruncir más el ceño. Sus facciones muestran cansancio, y parece mucho más mayor de lo que es.

-No - niega con la cabeza mientras me regala una sonrisa genuina - Parece que hiciste un buen trabajo.

-Siempre lo hago - digo, con mi mejor sonrisa prepotente y mordiéndome el labio. Nos quedamos mirándonos otra vez, la electricidad notable en el ambiente. - Bueno, veamos mi buen trabajo.

Destapo la herida, que se ve mucho mejor hoy, y me pongo a retirar los puntos con cuidado de no hacerle daño. Nunca querría hacerle daño. El simple hecho de verla tan frágil me dan ganas de poner una barrera entre lo que le hace daño y ella, para protegerla.

-He pensado - digo, aún fijándome en cuidar de su herida - que podríamos ponernos al día y tomar algo, algún día.

-No sé si podré, sinceramente. - responde, y a mí me dan ganas de que se me trague la tierra. Ella parece notarlo, pero sólo suspira audiblemente.

-¿Por qué? - Insisto en el tema. Normalmente no me arrastraría tanto por una chica, pero es que esta chica no es cualquier chica. No quiero quedar con ella para acabar en la cama, tengo verdadero interés en ella y en su bienestar. El cariño que tengo hacia ella es mayor al que nunca he sentido por otra chica. Me doy cuenta de su silencio -No hace falta que contestes, lo siento si me he pasado.

-No. - dice ella al instante, casi cortándome - No es eso, para nada. Es solo... - me siento en frente de ella y veo cómo cierra los ojos, su expresión derrotada rompiéndome por dentro - Mi vida es un desastre ahora mismo desde todas las perspectivas, créeme, no quieres meterte en ello.

Me mira con ojos cristalizados y llenos de tristeza, y yo llevo una mano a su mejilla instintivamente. Ella inspira con el contacto y apoya su cabeza contra mi mano, cerrando los ojos por un instante.

-Creo que he querido meterme desde el momento en el que apareciste por aquél pueblo hace ocho años. - digo, en voz muy baja porque estamos muy cerca, y nuestras miradas cruzadas lo dicen todo sin decir nada a la vez.

-No quiero hacerte daño - su voz es más baja aún, casi rota, y sólo tengo ganas de besar cada parte de ella que esté triste. Pero pongo una sonrisa y le acaricio la mejilla con el pulgar.

-Entonces me vas a dar tu número - ella intenta protestar, pero pongo un dedo suavemente sobre sus labios y ella me mira con una mirada intensa - y nada más salgas por ésa puerta - digo, señalando la salida del hospital con la cabeza, pero ella no deja de mirarme a mí - voy a llamarte para comprobar que no me has dado el número de un restaurante de comida china.

Sus labios por debajo de mi dedo se ensanchan en una sonrisa grandiosa, que le iluminan los ojos y me mata de amor. Le devuelvo la sonrisa aún más grande, bajando mi mirada a sus labios.

-Y entonces te propondré una fecha para quedar, y si no puedes, te propondré el día después de ese. De ese modo no podrás decirme que no.

-¿Y si digo que no? - dice, jugando conmigo y con la mirada pícara.

-Entonces te ingresaré en el hospital y no te daré el alta hasta que digas que sí - digo, y se ríe en voz alta. No he podido darme cuenta de cuánto echaba de menos el sonido de su risa hasta ahora. Es... increíble. Ella es increíble.

-No deberían de haberte dado tal poder en el hospital. Eres un peligro para la sociedad - dice, con la sonrisa más bonita del mundo, y mi estómago empieza a hacer cosas raras. - ¿Tienes para apuntar? 


Y la verdad es que sí que tenía para apuntar. Pero aunque no hubiera tenido, me habría grabado su número en la mente sólo para poder volver a ver esos ojos marrones.            

__________________________

Nota de la autora:

Queridas lectoras (y lectores, si hay) espero que os esté gustando la historia. He estado ocupada con exámenes, pero prometo subir más a menudo. #JemmaFeels

Por cierto! Para la gente a la que le interese, he subido otra historia a mi cuenta (DesordenMental), me haríais un favor si le echarais un vistazo y me dijerais qué os parece.

Con mucho amor. 

The way I'm feeling again (Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora