Me despierto sintiendo las yemas de los dedos de Jennifer recorrer mi espalda, haciendo círculos perezosamente y erizando mi vello. Abro los ojos y ahí están sus ojos, mirándome con tanta ternura y a la vez con tanta intensidad que siento mariposas revolotear en mi estómago.
-Buenos días - dice, con una sonrisa. Recién levantada, con el pelo revuelto y esa sonrisa me parece que es la chica más preciosa que he visto en mi vida.
-Eres preciosa - Respondo, con la voz un poco rasposa. Ella posa su mano en mi mejilla y la acaricia suavemente antes de inclinarse lentamente para besarme. Nuestros labios se juntan y ambas cerramos los ojos.
Ninguna hace ningún movimiento para continuar besándonos, pero nuestros labios permanecen juntos. Siento cómo respira hondo, mientras sigue acariciando mi mejilla. Finalmente nos separamos para mirarnos a los ojos, y decido que no quiero ver otros ojos al despertarme por las mañanas.
-Necesito que me digas que no consideras lo de anoche un error - Dice Jenn, adoptando un aire de preocupación -. No podría soportar que te fueras otra vez, Emma.
Sus ojos, vulnerables, se vuelven un poco vidriosos y puedo notar que el ritmo de su respiración ha cambiado. Me da un vuelco el corazón.
-No fue un error. - Digo, frunciendo el ceño.
-Pero tú tienes novio, y... - Empieza a decir, pero interrumpo su frase poniendo una mano en su cuello.
-Jenn. - Digo, y sus ojos oscuros me miran con una mezcla de miedo y vulnerabilidad - Siempre has sido tú. Desde el primer beso que me diste, mi corazón siempre ha sido tuyo. No importa los años que hayan pasado, lo que pasó anoche se sintió como volver a casa después de estar mucho tiempo fuera.
Ella cierra los ojos y respira hondo, juntando su frente con la mía. Cuando los vuelve a abrir, siento que podría pasar toda mi vida mirándolos.
-No sé cómo he podido pasar tanto tiempo sin ti.
No respondo nada, simplemente me inclino para juntar sus labios con los míos. Nos besamos lento, dejando que nuestras lenguas adopten un ritmo cómodo mientras nos repartimos caricias. No sé cuánto tiempo pasamos de este modo, sólo sé que podría haberme pasado el día así. Cuando nos separamos ella deja un recorrido de besos suaves por mi mejilla.
-No quiero salir de la cama, quiero pasarme el día así contigo - Digo, entrelazando los dedos en sus mechones de pelo. Ella suelta una carcajada sobre mi mejilla, que me hace sonreír.
-Hoy no tengo que trabajar, podemos hacer lo que tú quieras. -Se incorpora un poco para mirarme a los ojos y sonríe. - ¿Te apetece que prepare unas tortitas y que pasemos el día comiendo y viendo películas malas?
Sonrío ampliamente, y ella también lo hace. Se siente tan bien, esto de estar con ella. Me recuerda a cuando éramos adolescentes.
-Suena perfecto - Digo, antes de plantar un beso en sus labios. - Yo elijo las pelis y tú haces las tortitas.
Después de comer las deliciosas tortitas que Jennifer ha preparado, ambas nos sentamos en el sofá, con Riley a los pies. Al principio duda un poco, pero después pasa el brazo alrededor de mis hombros, y yo no tardo nada en apoyar la cabeza en su pecho y acurrucarme a su lado. Oigo los latidos de su corazón y el sonido de su respiración, y me siento más en paz que nunca.
No nos movemos de esa posición en toda la película. De vez en cuando ella me acaricia el brazo con los dedos, o me besa la frente con total naturalidad mientras ambas disfrutamos de la cercanía física que compartimos. Han pasado muchos años desde la última vez que estuvimos así, pero se siente como si no hubiera pasado ni un día.
La película termina, y ambas nos quedamos cómodas en silencio.
-¿Y ahora qué? - Digo, rompiendo el silencio.
-Ahora se termina la película - dice, riéndose un poco y acariciándome el pelo.
-No, quiero decir... ¿Qué crees que va a pasar con nosotras? - Formulo la pregunta que lleva en el aire demasiado tiempo, quizá desde que aparecí por el hospital la primera vez. Ella también adopta un tono de seriedad.
-¿Qué quieres que pase? - Me responde con otra pregunta, mirándome intensamente.
-Yo quiero estar contigo - Y es verdad. No quiero volver a perderle, quiero que esto funcione de verdad. Pero no puedo evitar pensar en las complicaciones que eso conlleva. No puedo evitar pensar en cómo podría reaccionar Pablo. - Pero es más complicado que eso.
-Podemos afrontarlo juntas - dice, leyéndome el pensamiento -. Yo también quiero estar contigo, quiero cuidarte y tratarte como te mereces, quiero levantarme a tu lado por las mañanas y hacerte el amor por las noches. No es complicado, es muy sencillo. Para mí también has sido tú siempre, Em.
-Tengo miedo de él - susurro, apenas con un hilo de voz. Ella hace una mueca, y me abraza más fuerte.
-Estoy aquí, y no me pienso ir mientras no me pidas que me vaya. Quiero protegerte, y quiero que sepas que no tienes que lidiar sola con ello. Estoy aquí, si tú me lo permites.
Nos quedamos calladas unos momentos, mirándonos intensamente. Me siento mal por meter a Jennifer en mis problemas, pero la verdad es que no creo que pueda seguir con mi vida sin ella y hacer como si estos días nunca hubieran ocurrido. Me siento pequeña, y tengo miedo de que todo se desmorone. Siento mis ojos llenarse de lágrimas mientras respondo con un hilo de voz.
-No te vayas nunca.
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The way I'm feeling again (Parte 3)
Teen FictionHan pasado ocho años. Jennifer acaba de cumplir veintiséis años, y las cosas han cambiado mucho para ella. Consiguió sacarse la licenciatura de medicina, y ahora trabaja en un prestigioso hospital en Nueva York, dejando atrás su pueblo y lengua nata...