Capítulo 26 (1/3)

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Ya han pasado unas horas desde que salimos de casa. Yo para ir al gimnasio y Wade para ir a su casa a cambiarse de ropa e ir al gimnasio. Y toda vía le doy vueltas a como terminó la noche. Me sorprende. La mayoría de los hombres cuando ven que las cosas no van a ir a más, te prometen que te van a llamar y se van. Luego, si te llaman o no es según les dé. Pero Wade no, el boxeador duró y que la mayoría temen, se quedó toda la noche abrazándome y cuidando de mí. Y eso se hizo sentir especial. También tengo que tener en cuenta que somos pareja, pero podría haber dicho "mañana te llamó para saber si ya te encuentras mejor" y despedirse con u casto beso. Me esperaba más eso, pero Wade me sorprende cada vez más. Y siempre para bien. Y cada vez que me sorprende hace que caiga un poco más enamorada. ¿Para qué ocultármelo a mí misma? Sí, me está empezando enamorar totalmente. Es el único que consigue que mi corazón se quiera salir del pecho cada vez que le miró o me habla, sonríe o me mira. Pero no quiero que él lo sepa todavía. Llevamos poco tiempo y no quiero salir con el corazón destrozado. Me lo romperá igual, pero no quiero que él lo sepa.

El golpe de la puerta de mi despacho contra la pared interrumpió el hilo de mis pensamiento. En serio, esto se estaba volviendo una costumbre irritantemente asquerosa.

-¡Jefa! ¿Te has enterado? - entró Skull.

-No - dije tajante - y ¿tú sabes lo que es llamar a la puerta o por lo menos no golpearlas?

-Algo de eso me decía mi madre, pero se dio por vencida - dijo bromeando - Pero lo importante no es eso - dijo cambiando se actitud.

-Vale, cuenta. - dije notando que algo andaba mal.

-Pues el caso es que... Nos acabamos de enterar y ninguno se lo queremos decir, así que hemos pensado que mejor se lo digas tú.

-Para - le interrumpí -. ¿De qué os acabáis de enterar? ¿A quién le tengo que decírselo? ¿Y por qué están importante?

-A Wade. Resuelta que el contrincante que tenía en unos días ha sido hospitalizado y esta tan jodido que se ha tenido que retirar del campeonato. El caso, es que lo han sustituido por otro porque todos tienen que hacer x combates en total. Y han puesto que pelee contra Gregory 'Dinamita'... Ya sabes, el que se fue del gym el día que tomaste las riendas - dijo a toda velocidad.

-¿Por qué no se lo puede decir su entrenador? ¿Y qué es tan preocupante? - dije algo despistada

-Claro, que tú no lo sabes - se rascó la cabeza calva-. Es bastante conocido el antagonismo que se tienen Gregory y Wade. Sobre todo por parte del primero. Y nadie sabe el por qué. No hubiese problema si el temperamento de Wade no explotase con cada pulla de ese tipo. Pero es que Dinamita intenta ser mejor que él en todo y cuando no lo consigue pasa a meterle pullas o cualquier cosa que le haga explotar y terminan a golpes limpios. Nos ha tocado separarles más de una vez. Y todos los del gimnasio, estamos preocupados de que en la pelea que tiene acabe provocando a Wade y que las cosas acaban llegando a un punto de no retorno... - dijo todo sin respirar casi.

-Entendido -conteste asumiendo toda la información.

-Pues era eso - dijo más tranquilo, no mucho, pero algo más.

-Vale - dije viéndole como salía por la puerta.

Cuando mi mente comprendió todo, empecé a temer el momento de la pelea. Sé que es una tontería, él es un boxeador y se ganaba la vida dando y recibiendo golpes. Era normal que su cuerpo acabase magullado y de varios colores. Pero saber que la situación se puede descontrolar a gran nivel me hacía sentirme mal, insegura y con miedo. No sería la primera de vez que pasase y nunca ha tenido un buen resultado. Huesos rotos, gente en coma hasta en alguna ocasión la muerte, aunque en muy pocas, sólo recuerdo cuatro casos en mi vida. Pero también conozco el mal humor y genio que se gasta Wade cuando se le cruzan los cables de la cabeza. Y si darme cuenta estaba marcando su número.

-¿Ya me echas de menos? -dijo antes del segundo pitido.

-Tenemos que hablar.

-¿Que ha pasado? - dijo al notar el temblor de mí voz.

-Tú ven a mi despacho.

-Voy - dijo colgando.

Me levanté para empezar a pasearme por mi despacho y pensar. Me sentí idiota, Wade tenía cabeza. No se dejaría comer la cabeza con alguien como él. Era un miedo irracional.

Mi corazón se sobresaltó cuando unos duros brazos me rodearon y apretaron contra un muro humano.

-¿Estas bien? ¿Qué ha pasado? - escuche la ansiedad en su voz. Yo me gire en sus brazos para poder mirarle a la cara.

-Tengo algo que decirte.

-¡Mierda, Alex, me estas asustando!

-Tu contrincante de esta semana se ha retirado por la salud y... te lo han cambiado...

-¿Y eso es lo que te preocupaba tanto? - dijo después de un suspiro de alivio y besarme la frente.

-Es Dinamita contra quien tienes que luchar - dije mirándole fijamente a los ojos y así comprobar que no le daba importancia; que todo no era tan grave. Pero sus ojos brillaron con algo que no supe distinguir y eso no me tranquilizó para nada.- ¿Wade?

-No te preocupes - dijo demasiado serio y con algo de violencia escondida en su tono mientras su abrazo se rompía.

-Wade...

-Dime - no me miró.

-Lo sé... Sé que estáis enfrentados - dije suavemente.

-Es cierto.

-Prométeme una cosa: diga lo que diga Dinamita no te va a afectar ni a seguir el juego. Vas a tener la cabeza fría en la lucha. - creo que esas palabras y mi tono suplicante le abrieron de nuevo la mente y se dio cuenta cuales eran mis sentimientos ante el tema.

-Alexa... - dijo con la voz suave mientras se acercaba y me agarraba la cara con ambas manos.

-¡Promételo!

-Te lo prometo con una condición - dijo sin apartar la mirada de mis ojos.

-Dime.

-Que estés allí para apoyarme - dijo besando tiernamente mis labios con los suyos.

-Eso no lo dudes - esta vez le bese yo.

Soy Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora