Capitulo 30

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 -¡PUTA!- escuché el grito de Wade mientras intentaba arreglar un poco la habitación.

-¡Por favor! ¿No se te ocurre nada mejor? - contestó un risueño Skull.

La verdad es que resultaba un poco gracioso. Wade llevaba por lo menos un cuarto de hora insultando a Skull desde que éste empezó a ayudarlo a ducharse.

-¡Ya me seco yo!

-¿Desea algo más su señoría?- Le oí decir burlonamente - ¿Unas cosquillas?

-Tócame una vez más y sufrirás mucho - dijo un Wade cabreado.

Me da a mí que es hora de que intervenga, porque por muy buenos amigos que sean, las costillas doloridas le ponen de un humor asqueroso y no para aguantar bromas. Y no temo por Skull, él se sabe defender bien, sino porque se joda las costillas todavía más. Así que llame a la puerta para interrumpirles.

-¿Os apetecen unas pizzas de Falconetti? - pregunté sabiendo que esa pizzería era la favorita de cualquiera que fuese al Tártaro, ya que estaban deliciosas y pillaban a unos pocos minutos.

-¡Sí! - dijeron dos voces graves.

-Perfecto. Skull, saca tu culo del baño y ve a buscarlas - demandé haciendo que al momento la puerta del baño se abriese de par en par, dejando de ver a un Wade apenas cubierto por una mini toalla atada a las caderas y un Skull algo empapado y sin camiseta.

-¿¡Por qué yo!?

-Porque si - dije apartando la mirada del cuerpo de Wade y dirigiéndome la cartera que siempre guardó en la cómoda -, y ha esta invitó yo - dije dándole el dinero.

-Pero... ¡Ah! -no puedo terminar la frase porque la mano de Wade había volado directa a su nuca.

-Nunca la rechistes - dijo apretando los dientes ante el dolor que le causó el golpe.

-Ya - dije más seria - . Tú ve, y lleva mi coche, y tú empieza a secarte, ¿entendieron?

-Si dijeron otra vez a la par.

-¿Y qué hacen que no están en ello? - dije enmarcando una ceja.

No tuve más que decir para que Skull saliese de la habitación, aunque no creó que llegue muy lejos cuando se dé cuenta de que no lleva camiseta. Así que cogí su camiseta y se la deje colgada en la entrada, por si volvía a por ella.

Al subir me encontré a Wade cruzados de brazos y totalmente desnudo. Y sentí como mi cuerpo dejaba de respirar. Su cuerpo estaba todavía algo húmedo y los músculos relajados se seguían marcando de una manera deliciosa.

-Si me sigues mirando así me vas a hacer entrar en combustión - dijo ya de mejor humor.

-¿Por qué no te has vestido? - es lo único que pude decir coherentemente mientras apartaba la mirada de todo su gran cuerpo, pero todo, todo.

-Si no te has dado cuenta no me puedo agachar para ponerme los pantalones.

No sé cómo acabé entre sus brazos, pero lo último que recuerdo era acercarme con un par de pantalones deportivos y al siguiente estar en un abrazo suave de sus brazos y con su boca pegada a las mía. Y en ese momento se me olvido todo. Se me olvido que estaba lesionado, que no deberíamos estar haciendo nada de esto porque iba a ser difícil parar, que Skull no tardarías mucho en volver y que... que....

-Me estaba volviendo loco sin poder besarte - dijo interrumpiendo el beso sólo lo suficiente para decirlo.

Y me deje volver a perderme en un tierno beso, donde las palabras sobraban porque ello estaba nuestros sentimientos a flor de piel. Todo perfecto. Hasta que pose mis manos en sus costillas y el soltó un ruido de dolor, ahí toda la realidad volvió.

-¿Estas bien? - dije preocupada.

-No te preocupes no has sido nada, ahora vuelve a acercarte y besarme, mujer - dijo con los ojos más negros que de costumbre, brillando de pasión.

-No - hasta me odie por decir esas palabras, pero sólo de pensar en que le podía hacer daño es suficiente para que mi fuerza de voluntad ganase a la lívido.

-Eso no, no me vale - dijo terco.

-A mí sí.

Y así seguimos un bien rato hasta que el ruido de mi teléfono nos interrumpio. Wade se sentó suavemente en la cama, mientras que yo respondía.

-¿Si? - dije al no reconocer el número.

-¿Alexa Wulk?

-Sí, ¿con quién hablo?

-Somos el departamento de policía de Chicago, queríamos decirle que su coche había sido robado...

-¿Robado? - le interrumpí-, eso es imposible, se lo acaba de llevar un amigo un momento - dije confusa.

-¿Esta segura?

- Sí.

-¿Su amigo es: Guiger Plaiz?

-Guige... -¡Skull! - Sí, sí lo es - dije deprisa sintiendo mi corazón latiendo rápidamente.

-Entendido, entonces tengo que comunicarle que el señor Plaiz, acaba de ser ingresado en el hospital de Santa Cruz por un accidente de coche.

-¿Qué? - no lo podía creer.

-El coche se desvío para evitar un paso de peatones y se estampó contra una farola. Le están haciendo pruebas en el hospital en este momento porque quedó sin conocimiento. Y su coche tiene todo el capo destrozado.

-Vale, gracias - dije atónita.

-¿Qué ocurre? Te has puesto pálida - no me he dado cuenta de que Wade se había acercado y que me estaba agarrando por los hombros.

-Skull acaba de tener un accidente de coche... Hay que ir al hospital... Él -no pude seguir con la frase, el miedo atenazaba mi corazón.

-Vamos ahora mismo -dijo mientras me soltaba y como si esa noticia hubiese borrado todo su dolor, se vistió deprisa, agarró las llaves del coche y me cogió la mano para guiarme hacia el coche de Skull, el cual había dejado las llaves en la entrada.

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¡Hola! Por fin he vuelto, siento a espera su gracias por vuestra paciencia. Pero estas últimas semanas han sido un caos y mi tiempo para escribir ha sido casi nulo. Y es que he aprendido a temer la palabra 'mudanza'. ¡Ha sido un caos! Encontrado algo era imposible y entre todo lo que había que hacer y el comienzo del curso, mi ordenador ha cogido una gran capa de polvo :(, pero por suerte eso se acabó. Así que esperó que os guste este capítulo y que lo hayáis disfrutado. Un fuerte abrazo!

Soy Tuya ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora