Memorables esfuerzos perdidos de un lunes vespertino.

Amarilla.

Me dan ganas de ser opio, que me fumen, me respiren y me dejen ser. "A mi sí que me gustan tus piernas meserse como si fueran olas". Quiero tomar vodka, es incoloro como el agua pero saborizado como el veneno incierto.
Ver el cielo azul y conocer toda alma ajena a la mía.
Quiero intoxicarme y me dan ganas de morir de una sobredosis de vodka, Amarilla, que cosa tan seria.
He empezado a leer un libro que habla de personas drogadas y no pude evitar conocer y reconocer el sabor y sensación de mi hermosa María.
Aveces creo que soy adicta a mi María y no quiero traicionarla, me gusta la fidelidad. Te amaré. "A mi sí que me gustan tus piernas meserse como si fueran olas", que cosa tan seria, María.
Trip, trip, trip, que seria, Amarilla María, que sola luces ahí recargada en mi buró, te juro que hoy te saco a dar la vuelta. No seas tan seria que quiero llevarte pa' Marte.
Te amaré, no me condenes, no te condeno, te amaré.
Quiero ser peyote y me alucinen, quiero ser mi patria y un águila, quiero ser y no tener, es canto de mi alma, es serio, Amarilla.
Me libera y alienta tu sueño aquel de caminar desnudos y de manos, revolución.
Suelo mirar el faro que tienes como corazón, brilla tu presencia. ¡Qué cosa tan seria!
Me encontré un perro, no recuerdo su nombre, quizá sea Patricia o Leonela; me brindó su amor, su esencia fue compatible y la sentí, es mi recompensa, trip, trip, trip. Estaba muy gris. La marigua. Que seria María.
Amarilla, Amarilla María. Tu nombre he recitado mil veces desde que te encontré, trip, trip, trip, pesa, pesa, pesa el ritmo. No encuentro la intención, pesa de tus pies a tu cabeza.
María Amarilla me faltas.
Quiero ser jitomates y ratas, conocer rincones de tu ser. Pesa María, María pesas.
Seria, seria mi María.
No me dejes de ocurrir, poséeme mucho, ocúrreme. Aire. Llévame a Marte. Me hiciste poeta ¡qué seria cosa! ¡María, vuélveme milagro! Camíname el cuerpo, Amarilla.
Árbol de la inspiración, arde y llena todo de luz y tú postrada bajo él. ¡Qué inspiradora, María!