Versos.

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¿Cuantas veces se debe morir en una canción para hacer un buen verso?
Nunca fue mi plan ser buen escritor ni menos, sólo quise responder a lo que mis pensamientos aclamaban.
Aveces me siento mejor cuando la gente está pacheca, todas sumidas en sus pensamientos que nadie sobrepasa.
Sigo esperando 17 primaveras. No me recuerdo cuantas veces perdí la cuenta sobre todas las canciones que canté sin sentido.
Hoy sigo consiente aún a kilómetros de casa, sigo distraido entre bachas y borracheras.
No me saben los días de la semana. Hoy es una de esas mañanas que me despierto a medias medias.
Sigo encerrado buscando inspiración de tus labios aunque ya no estés conmigo, lo cual es extraño porque nunca te sentí.
¿Cuántas veces se debe morir en una canción para hacer un buen verso?
Nunca lo soñé ni lo planeé, jamás te mostré mi verdadero yo y sí, es cierto lo mio es la verde mientras lo tuyo es el Marlboro donde se junta el sexo, el amor y las personas.
Aveces escribo sin motivo aparente pero salen las cosas que nadie sabe, el resto de lo que no dije. ¿Sólo un borrachín?
No sé si te gustará el nuevo yo, tan sexista, pacheco y ocicón.
Pasó un taxi y pregunté por ti, no supo que decir, me miró y me gritó ¡loco, déjala de buscar!
Dime muza favorita ¿Cuantas veces se debe morir en una canción para hacer un buen verso? Y no es que seas la favorita, eras la única hasta que llegó la salvadora...
¿Cuántas veces debo morir? De a diario me dan las 3 fumando y escribiendo tu recuerdo, tus manos, tus senos, tu silueta diluida en mis pensamientos con alcohol y tantas drogas no tan lícitas.
Si te preguntan por mi, diles que me fui, que te te cumplí e inconclusa te dejé, diles que te besé y te dejé ir con el viento, diles mentiras, diles que no estoy contigo, que ya no tuve tiempo y que mis versos no son para ti.
Todavía me siento de noche, aunque el cielo esté físicamente iluminado.
Perdida en mis pipes te dejé fumada y enterrada. Me siguen sin saber las tardes de bebida en la plaza; la playa me sabe a ciudad, a urbanidad; el baile me revuele toda la cabeza y sigo preguntandome por donde te dejé, no sé si te quedaste libertad o quizás nunca te toqué.
¿Cuántas veces se debe morir en una canción para hacer un buen verso? Porque me has matado un millón de veces cuando cambiaste colores al panorama, estoy de acuerdo, no, no son efectos marihuanos.

Memorables esfuerzos perdidos de un lunes vespertino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora