Capítulo 5 - ¡Tu casi novia te cayó!

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- Ok, declaro inaugurada la primer reunión de... - Andrea dió una pausa a su discurso - ¿De qué es esta reunión?

- No se, y no me importa - se quejó Esteban.

- Respira hermano - empezó a decir Manuel - vamos a ser un equipo, así que lo primero que necesitamos es armonía.

-Equipo... ¡Equipo! - grito Lorena.

-Bueno y ti ¿qué te pasa? - dijo Juanes.

-Nada - dijo Lorena un poco asustada - es que me encanta la palabra equipo. Y retomando lo anterior, Manu tiene razón, debemos aprender a convivir los cuatro, a pesar de nuestras numerosas... Diferencias.

-¡Asi se habla nena! - dijo Andrea entusiasmada.

-Mira Lorena, solo estoy aquí, para pasar más tiempo con Andreita. Trataré de no peliarme contigo ni con Manuel, pero no prometo nada.

-¡Con eso basta! - gritó Manuel.

-De acuerdo. Aclarado el tema de las diferencias, ¿cómo nombraremos estas reuniones?

- Reuniones de amor y amistad - dijo Manuel aplaudiendo.

- Amm. ¿Los juegos del hambre?. - dijo Juan con sarcasmo.

-¡Par de tontos!, Lorena, querida, tú que opinas.

-¿Qué opino?... Creo que no hay necesidad de bautizar nuestros encuentros. Solo hagámolos y ya.

-Esta bien, cariño. Entonces, queda inaugurada la primera reunión sin nombre.

(...)

-¡Que no! ¡Niña, he dicho que no! - dijo Andrea después de dos horas de discusión con Lorena.

-Ja... Les dije que esta reunión se convertiría en los juegos del hambre - dijo Esteban burlón.

-Cariño.... Sabes que te adoro, pero... ¡quisieras callarte! - Gritó Andrea.

-¡Bom! ¿oiste eso huerfanito? ¡tu casi novia te cayó!. - dijo Manuel.

-Escuchame idiota, tu ni te metas... ¡y no me digas huerfanito!

-¡Silencio! - gritó de repente Lorena, su grito sirvió de algo, porque los otros tres se callaron - Lo primero que dijimos hoy es que debería existir armonía entre nosotros.

-Esta bien - respondieron en coro, sus compañeros.

Una hora después...

-En un rato mi padre vendrá a recogerme. Dejemos hasta aquí por hoy. Ya se que no hicimos mucho. Pero al menos repartimos los papeles. Mañana nos reunimos en la casa de Lorena. Manuel, no es por ofender, pero tu casa es horrible, y no pienso volver aquí. - dijo Andrea vanidosa.

-Emm. Si, en cuanto a eso. No creo que la abuela de pecas me deje entrar después de lo que le hice en el centro comercial.

-Tienes razón. ¿Que clase de abuela deja entrar a la casa, al chico que le pego a su nieta?. Es mejor en tu casa, hermano - dijo Manuel

- Uno, no me digas hermano, y dos, en mi casa no se puede.

-¿Por qué no? - preguntó Andrea.

-Eh... Es que mi papá... No creo que los deje pasar.

-¿Y por qué? - preguntó esta vez la chica morena.

-¡Que les importa! ¡Es mi familia! ¡Son mis problemas!. Saben, mejor me voy. Llegaré tarde a casa. - dijo Esteban furioso. Y sentía algo de culpa por no decirle a sus compañeros la verdad. Pero bien sabía que si la decía, corría el riesgo de que demandaran a su padre adoptivo. Lo cual lo llevaría nuevamente al orfanato.

-Hola mi amor. ¿como te fué en la casa de tu compañero?. - dijo Laura.

-Bien, mami. - respondió Esteban a su madre adoptiva.

-¿Por qué llegas tan tarde, jocencito?. Sales del colegio a la una, son las... ¡Cinco!. - preguntó Rodrigo.

-Cariño. ¿Recuerdas que te dije que tenía un trabajo en la casa de su amigo?. - Le dijo Laura a su esposo.

-¡A ti no te pregunté!. Pero si, si me lo dijiste ahora que recuerdo.

-Si. Estaba en la casa de un amigo.

-¿Amigo?. ¡que ingenuo que eres!. ¡tu no tienes amigos! ¿quién podría quererte a ti?

Los amigos también rompen corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora