Arreglo

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Una vez de haber dormido lo suficiente como para poder mantenernos despiertos y que Will trajera su camioneta del taller mecánico donde había sido llevado, empacamos las pocas pertenencias que habíamos llevado. Guardamos todo en el vehículo y partimos viaje de regreso hacia la cuidad donde vivimos.

Durante el viaje Mabel nos fue contando toda su experiencia del concierto, desde la parte en la que tuvo que empujar a muchas personas para poder quedar en frente hasta en que pudo conseguir su póster autografiado, aparte tenía unas fotos que nos corroboraba su historia. Conociendo a Mabel, habría hecho hasta lo imposible para poder conseguirlos, y así lo hizo, algo extremista y bizarra su travesía, pero después de todo es Mabel, cualquier cosa es extraña estando ella.

Will me dejó fuera de mí casa, se quería bajar y acompañarme hasta la puerta, pero vi las luces encendidas del primer piso y preferí que se quedara en el auto. Me despedí de ambos y cuando ya me encontraba frente a mi puerta saqué las llaves. Le hice una señal a Will para que se fuera, y así lo hizo, eso sin antes de regalarme una sonrisa de tranquilidad, la cual le devolví enseguida.

Suspiré cuando lo vi alejarse en su camioneta e introducí las llaves en la cerradura. En cuanto estuve dentro pude escuchar voces en el salón principal. Caminé hasta allá y me encontré con el televisor encendido y a mi madre sentada en uno de los sillones acurrucada con una manta mientras que bebía algo en una taza, lo cual supuse era café por el olor que desprendía. Siquiera se dio cuenta de mi presencia pues su vista estaba clavada en el televisor, como siempre viendo algún dorama.

Recién cuando me senté a su lado mientras dejaba mi mochila en el piso me miró, algo asustada pero una vez que sus ojos se toparon con los míos suspiró de alivio y volvió a mirar el televisor.

— ¿Cómo les fue? —preguntó dejando la taza sobre la mesita de centro.

Recordé de inmediato la última noche que había pasado con Will y automáticamente sonreí— Bien —dije casi entusiasmado—, Mabel la pasó realmente genial por lo que me contó, hasta logró consiguir fotos y un póster autografiado.

Sonrió sin mirarme— ¿En serio?, ¿cómo?

— Es mejor que ella te lo cuente, si lo oyes de mí es muy probable que no me creas.

No hubo respuesta de ella y me limité a mirar el televisor, no entendía para nada de que se trataba el dorama que estaba viendo, pero justo estaban en un escena donde los personajes hablaban de algo muy importante, que los mantenía lejos y tras unos gritos, lágrimas y abrazos se reconciliaran. Eso no habría sido muy relevante para mí, pero recordé en la situación que me hallaba con mi madre, estábamos igual, incluso peor. Desde que le conté nuestra relación no ha sido como antes, apenas intercambiamos un par de palabras y era, fin de la conversación, y eso no estaba bien, no, porque nunca hemos sido así, bueno sí, cuando estuve con Anna, pero eso era por mi iniciativa, esta vez es mi madre la que hace que me sienta muy mal, es muy probable que esto sea el Karma y estoy pagando por como había sido con ella. Me lo merezco, pero es inevitable querer que las cosas mejoren.

Debo arreglar esto aquí y ahora.

— Mamá... —llamé su atención y me miró—, tenemos que hablar.

Suspiró nuevamente adoptando una expresión seria— Si es lo que yo creo que estás pensando no tengo ganas de hablar —dijo de manera muy cortante.

Por un momento me iba a mantener callado y no trataría de hablar nuevamente de aquello, pero recordé lo mal que la había pasado y de las palabras de apoyo de Will. No tenía por qué guardar silencio esta vez.

— No.

Me miró formándose un ceño fruncido en su rostro— ¿Qué?

Me levanté y me puse frente a ella tapándole la vista del televisor— No mamá, hablaremos —dije seguro e incluso molesto.

Adicto al sexo (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora