¿Sueño o pesadilla?

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Pasaron 2 semanas rápidamente de un reposo absoluto, me habían hecho una serie de exámenes para verificar mi progreso, el cual fue exitoso, no hay más cáncer ni síntomas extraños, ahora me hallaba llegando a un parque muy hermoso en la ciudad de Nueva York
-¿en que piensas? - preguntó Ray con los ojos fijos en la carretera, habíamos rentado un volvo de última generación, decidimos ir de paseo por una semana, Ray dijo que acampar nos sentaría bien, después de unas semanas de tensiones, al fin la pequeña nube negra que nos había envuelto se había disipado.
-nada, simplemente disfrutó del paisaje - era verdad, el paisaje te envolvía y te atrapaba por completo, mi mirada estaba completamente pérdida en aquel paisaje cálido, en muy poco tiempo llegamos al parque y al entrar, tuvimos que seguir con el auto, para buscar un buen puesto donde acampar, entre la maleza y arbustos nos perdimos, fuera del sendero indicado, era como una pequeña selva relajante, Ray paró el auto, se bajo de el rápidamente, él llevaba puesto unas gafas de aviador oscuras, tenía sus bermúdez, zapatos cómodos y una camisa blanca, yo tenía puesto un vestido lila de lunares blancos, tenía mi cabello rosa en una coletilla y unas sandalias muy bajas, bajé seguidamente de él, busqué en el asiento inmediatamente el repelente, me lo aplique hábilmente
-ten - dije extendiendo el repelente hacia él, Ray fue hacia mí, antes de agarrarlo, me besó tiernamente en los labios y luego lo tomó
-piensas en todo ¿no? - dijo con una sonrisa ladeada
-¿saco las cosas?
-si Tay - me dio las llaves y él se dedicó a echarse repelente mientras sacaba todo de la maletero del volvo, después de terminar Ray agarró unas cuantas maletas y se fue, luego lo seguí con algunas maletas que podía llevar
Caminamos poco hasta la orilla de un hermoso lago, la vista era magnífica, el sol se reflejaba en el agua y como resultado salía un hermoso arco iris
-¿es aquí? - pregunté embelesada por el paisaje
-si mi preciosa - dijo poniendo las maletas en el suelo
Duramos arreglando todo dos horas, una perfecta tienda para dos, la fogata, las sillas alrededor de la misma, una cama inflable matrimonial, las maletas y objetos de alto valor dentro de la tienda, las sábanas, las almohadas y la comida
-al fin terminamos - dijo Ray sentándose, se había puesto los lentes en la cabeza
-¿que comeremos? - pregunté
-pan con malvadiscos y chocolate
-eso no
-¿que quieres cenar?
-ve y pesca trucha o atún - le dije mientras sacaba una caña de pescar y se la tendía
-esta bien - dijo tomándola y dándome un beso en la mejilla
Me dedique a encender el fuego, tomé de mí bolso, un chesquero y la encendí, el sol comenzaba a posarse en el horizonte y el calor se iba disipando, necesitaba un baño antes de que oscureciera, Ray tenía unos minutos de haberse ido, no podía dejar las cosas solas mientras que me bañara y sinceramente no quería bañarme sola, busqué en mi bolso mi teléfono y me di cuenta tristemente que no había señal, estaba aburrida sin nada que hacer, así que decidí pasar mi tiempo leyendo cada unas de mis poesías.
El tiempo pasó rápidamente, Ray llegó con 4 grandes truchas, las pusimos de inmediato a asar
-¿ya te bañaste? - preguntó Ray quitándose la camisa
-te esperaba a ti - él sonrió pícaramente, se comenzó a quitar la bermúdez y los zapatos, y se dejó la ropa interior - ¡muevete! - dice riendo, me había quedado viéndolo directamente sin parpadear, es que era muy difícil no observar a Ray, su cuerpo estaba muy bien tonificado, su cabello rubio cuadraba a la perfección con sus hermosos ojos azules, me zafé de mí vestido y mis sandalias, me quite la coletilla y me metí al agua junto con Ray, nadamos por un rato mientras se cocían las truchas, luego salimos, nos secamos y vestimos.
Me puse un top rosa y un short jean, Ray se vistió solamente con un pantalón ajustado de color negro, ambos estábamos descalzos, serví la comida y saqué el jugó de fresa que habíamos traído para tomar, Martha me lo había dado para mí viaje
-mi amor
-¿si?
-cuando estuve pescando vi mucha gente a los alrededores - dijo Ray y tomó un poco de su jugo - me gustaría que llevarás la navaja contigo - dijo éste sonriente
-esta bien cielo, la llevaré siempre conmigo - dije y le devolví la sonrisa - Ray...
-¿si?
-aquí no hay señal, me gustaría que cuando salieras solo te llevarás el intercomunicador
-esta bien Tay
**********
Desperté cansada y agotada, abrí los ojos con pereza, sentí un dolor agudo en la pierna, al ver era la navaja que me pinchaba, la tenía amarrada a mi pierna, un hilo de sangre corría por la misma, la aparte, era un pequeño pinchazo nada grave, busqué las cosas, pero no estaba ninguna de las maletas dentro de la tienda, salí en busca de Ray
-RAY -grité, no escuché una respuesta - RAY - volví a llamar, en eso escuchó unos pasos aproximándose así mi
-¿que ocurre Tay? - dijo, él tiene la caña de pescar en la mano y de ella guinda un pescado
-¿donde están las cosas?
-en la tienda ¿no? - dice preocupándose, sólo negué
-las llaves del auto estaban allí - dije recordando
Corrimos ambos hacia donde habíamos colocado el volvo, Ray tiró su caña de pescar al ver que el sitio estaba vacío
-mira - le dije al ver las marcas que había hecho las llantas del auto, comenzamos a seguir el rastro, Ray iba adelante y yo detrás de él con paso apresurado, al llegar, el auto estaba estacionado descuidadamente sin ninguna supervisión en un puente pequeño, nos a cercanos y notamos que tenía seguro, más adelante se escuchaba voces y música, caminamos en silencio hacia los sonidos, posados entre la maleza, vimos a un grupo de adolescentes, tomándose fotos con mi teléfono y leyendo mi poesía, sentí que la sangre me hervía, Ray se mostraba inexpresivo al ver tal escena
Todas nuestras pertenencias estaban en posesión de esos niños, los cuales fumaban una sustancia en vuelta en un papel, sabía exactamente lo que era, droga la cual fumaban mientras reían y bailaban, traté de acercarme a ellos, pero Ray me detuvo, me hizo una seña que esperará, al parecer estaba tratando de contener su enojó
-calmaté - me dijo - son unos niños
Tenía razón, además de que eran muchos para nosotros dos, aproximadamente eran 9, 3 chicas y el resto chicos, no pasan de unos 16 años, el mayor parecía de 17 y al parecer era el líder de todos, después de observar por un corto tiempo, decidimos acercarnos
-buenas noches - dijo Ray, me aferré a su brazo, todos respondieron, dejaron de hacer sus cosas - me parece que esas cosas son nuestras
El chico de 17 se acercó a nosotros, era un chico de cabello rojo y ojos azules
-y ¿que? - dijo riendo, Ray se mantuvo neutro, yo tenía la sensación de irá que se mezcló con mi deseo irrefrenable de matar, traté de contar hasta diez, pero no podía contra esas sensaciones y sentimientos que luchaban por ser liberadas
Traté de avanzar y Ray me detuvo nuevamente, me miró a los ojos
-yo me encargó - me susurró
Avanzó más hacia él
-no sabes con quien te metes niño - dijo Ray sonriendo
-yo creó que es al revés anciano - el chico hizo una seña con la cabeza y todos de inmediato rodearon a Ray, vislumbré una navaja que tenían uno de ellos, otro un cuchillo y por último un hacha
Esto era como un sueño, matar a alguien por defensa propia era lo mejor, porque no tenías que ocultar de que has matado, pero estos eran niños y sinceramente no quería volver a matar a niños, no quería hacerlo, por ello luchaba contra mis instintos, me quede estática sólo observando, no sabía que hacer, al parecer Ray estaba igual que yo, sabíamos que si atacábamos ellos terminarían mal, pero sino hacíamos nada nosotros somos los que terminaremos mal

FingiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora