-tranquila Taylor... Todo va a salir bien - era la voz de Ray que inundaba mis oídos con palabras alentadoras, mientras me cambiaba para la cirugía, mi cuaderno azul estaba en la cama del hospital al igual que mi tablet, decí traerlos conmigo, mi madre y padre se hallaban en la sala de espera junto a Arthur
-Sra. Thompson ¿lista? - dijo la doctora al entrar con unos enfermeros y una camilla, aunque no era cierto que estaba lista asentí - subase por favor
-espera - dijo Ray agarrándome por el brazo, me agarró por la cintura y me jaló hacia él, en sus ojos azules se mostraba la preocupación y tristeza, me besó intensamente en los labios sin importar las personas que estaban allí - sal de allí sana y salva ¡prometemelo!
-te lo prometo cielo - dije mientras me montaba en la camilla
-te amo mi preciosa Tay - dijo éste mientras me alejaba
-yo también Te amo Ray - dije casi en un grito
Mientras íbamos camino al quirófano, mi miedo más crecía, ya que había escuchado que a veces se quedan personas en mitad de la operación, al llegar me pusieron la anestesia
-sólo relajese... - fue lo último que escuché a la doctora
Los ojos los sentía pesados y el cuerpo lo sentí desvaneciéndose y volviéndose encontrar de mí voluntad
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10 de Octubre 2010
El día del accidenteEl revólver lo apunte primero hacia Sonia, le disparé rápidamente al igual que ha Estefani, Fabiola y Mark, mi madre se incaba delante de mí con sus lágrimas empañando su vista
-soy tu madre Taylor, no puedes hacer esto
-te equívocas, si puedo hacer esto y yo no tengo madres zorra, le disparé una en el hombro, otra en la cabeza y una en el corazón
-Tay que... - dijo mi papá entrando bruscamente, se detuvo al ver los cuerpos muertos en el piso - ¿que has hecho Taylor? - dice preocupado
No lo escuchó lo suficientemente bien, estoy sumida en un limbo de felicidad y libertad absoluta, no me arrepentí en ese momento de mis acciones, mi papá saca su teléfono y comienza a llamar, allí donde la razón y la cordura regresan a mí y me arrollan, lloró fuertemente con mi vestido de novia lleno de sangre caigo al suelo de rodillas
-¿que hecho? - pienso en voz alta
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7 de septiembre 2000
Nacimiento y muerteLa lancé por los aires, desde ése preciso momento la satisfacción me embarga, hasta que no llega el piso, no termina ese sentimiento es extraño sentir eso y no tener remordimiento de conciencia, los cesos de la bebé se encuentran esparcidos en el suelo, mientras Elena llora desconsoladamente, yo me arregocijo hasta que la miró directamente hacia sus ojos llorosos y es por esa mirada que me doy cuenta... Que algo va mal conmigo y necesitó ayuda.
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Los párpados los sentía pesados, el cuerpo muerto y al igual que los párpados extremadamente pesados, decidí abrir los ojos lentamente, lo que vi fue oscuridad un poco iluminada por las luz emando de la puerta, dos túmultos causaban sombras en mi rostros, sus voces se escuchaban vacías a lo lejos, mi vista era borrosa, pero podía saber que era un hombre y una mujer hablando, poco a poco se iban intensificando las voces en mis oídos.
-Ray... Tu esposa esta bien y sana, no tienes porque preocuparte, lo que falta es que reaccione y ya - dijo la doctora que me atendía
-lo sé doctora, es que... No puedo pensar ni siquiera en que simplemente éste inconsciente, no sé... Es una sensación extraña de protegerla
-Ray, ya La señora Thompson esta fuera de peligro, lo único que ahora necesita es descansar y hay que evaluar su procedimiento de recuperación
-entiendo...
En eso me di cuenta lo cuanto Ray me quería, tenía el conocimiento de que nuestro amor y aprecio era mutuo, pero no tenía idea alguna que su amor era hasta tal punto de quererme proteger, muchas personas en mi vida que había mostrado apreció y me había abierto emocionalmente hacia ellos, me habían traicionado, burlado y lastimado a mi pobre corazón, ninguno de ellos me quería proteger, los únicos que de verdad me han querido es mi padre, mi actual madre y mi nana Martha, y ahora Ray, al fin el sufrimiento de mí corazón roto, sería remendado por este hombre que tanto adoraba, sabía perfectamente que el sería la cura perfecta de mí sufrimiento.
-Ray... - dijo la doctora volteandose hacia mí
-Tay - dijo éste con lágrimas en los ojos mientras se acercaba a mí - al fin has despertado mi preciosa - dio un beso en la frente y luego me dio un beso corto en los labios, una simple opresión de labios que hicieron que mi cuerpo a dolorido se reactivará
-¿que hora es? - pregunté bajo los efectos de la anestesia
-11 de la noche cielo - era bastante tarde, había entrado a quirófano en la mañana
-¿cuantas horas llevo inconsiente?
-4 horas Tay
-¿cuando saldré doc? - dije preguntándole a la doctora que estaba en el umbral de la puerta
-dentro de 3 días - dijo camino hacia nosotros, me miró curiosa y le pidió un permiso a Ray para revisar me, comprobó el suero que me suministraba una pequeña bolsa que se encontraba junto a la cama, la cantidad de oxígeno y los latidos de mí corazón - todo esta en orden por aquí - dijo con una sonrisa
-¿como salió todo?
-bien señora Thompson, lo que ahora necesita es descansar y tratar de seguir todas las indicaciones para que se mejore - sólo asentí - bueno... Hasta mañana
Y así salió de la habitación
-¿donde están mis padres, Arthur y Martha?
-vinieron cuando estabas inconsciente, ya se acabaron las horas de visitas, así que se fueron
-¿vendrán mañana?
-si, por supuesto - se sentó en él único sofá declinable- y ¿como te sientes Tay?
-adolorida
-¿mucho?
-si - dije con una pequeña sonrisa
-me encanta tu sonrisa, por un momento pensé... Que jamás la vería
-siempre la verás Ray, estoy aquí contigo y nunca te dejaré
-¿me lo prometes?
-te lo prometo

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Fingiendo
Teen FictionEsta es la historia de Taylor Beck una mujer de 25 años atormentada por su pasado, tiene que enfrentarse al presente, el cual le esta cobrando la factura de sus antiguos errores, los cuales volverá a cometer junto con un nuevo aliado, que le traerá...