Capitulo XIII

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Will no sabía qué decir mientras seguía a Samantha hasta la camioneta. Era obvio que estaba muy afectada. Lo único que pudo hacer, mientras se montaba en el vehículo, fue maldecir a ese Lucas O'Brian, donde quiera que estuviera. Pero, en aquellas circunstancias, no le parecía en absoluto suficiente.

—Me siento como una estúpida —dijo Samantha con un hilo de voz, cuando ya habían recorrido algunos kilómetros.

Will se echó a reír.

—No creo que en todo haya sido tan terrible —se oyó decir—. Mira a Zack. Es un buen niño. Necesita que lo orienten un poco, pero seguro que será una persona encantadora.

Samantha ensanchó su sonrisa.

—Es un niño magnífico, ¿verdad? —se puso repentinamente seria—. Pero si Lucas no es su padre, entonces ¿quién puede ser? Ahora no sólo corremos el peligro de que Cassie quiera quedarse con el niño, sino también su padre.

Will asintió. Ya había pensado en eso.

—Parece bastante obvio cuál es el motivo por el que Cassie se interesa por Zack después de todos estos años. Y si el padre de Zack apareciera de repente…

Will secundó sus sentimientos mientras giraba hacia la ciudad, preguntándose cuál podría ser el siguiente paso. Cuanto más profundizaban en el caso, mayores parecían ser los problemas de Zack. Will intentó no pensar en que Zack estaría esperando ansioso su regreso, ni en la bicicleta que le había prometido al niño. Y no podía soportar la idea de entregar aquella criatura a las autoridades.

—Cinco partes de un juego —murmuró Samantha—. Cassie y Mercedes han recibido una cada una. Ahora sólo quedan tres.

Un recuerdo asomó a la cabeza de Will mientras miraba la caja que descansaba sobre el regazo de Samantha.

—¿Cómo fue enviado ese paquete?

Samantha bajó la mirada.

—Parece que como paquete especial.

—¿Te acuerdas del cartero con el que nos hemos tropezado en Whiz Kidz? ¿Y del paquete que se le ha caído al salir del ascensor?

Samantha se enderezó en su asiento.

—Creo que era idéntico al que tienes ahora encima. Iba a nombre de alguien llamado Arnold algo.

—¿Arnold Zingler?

—Sí —preguntó Will, mirándola—. Entonces ¿lo conoces?

—¡Guess!

Arnold había cambiado su nombre por el de Bradley Guess cuando había montado aquella empresa con Lucas. En la universidad todo el mundo lo llamaba Buzz. Entonces él también tenía una copia del juego. ¿Pero y qué? Todavía faltaban otras dos.

Samantha se sintió un poco más optimista. Y esperaba que Will también lo estuviera.

Will se detuvo en una señal de stop y se frotó el cuello. ¿Por qué tendría la sensación de que estaba esperando a ocupar el lugar dejado por otro?

Samantha sentía renacer la esperanza. Lucas había enviado una copia del juego a su socio. ¿Eso significaría algo? Samantha pensaba que era posible. Sobre todo si Lucas sospechaba que Buzz podía ser el padre de Zack.

Recordó entonces que Buzz ni siquiera había preguntado por el niño y algo se heló en su interior. Pero ¿qué había dicho cuando estaban a punto de irse? Algo como que todo aquello estaba siendo terrible para el niño. Unas palabras que adquirían un nuevo significado a la luz de lo que habían averiguado.

Una novia misteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora