Capítulo 14

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Nos habíamos sentado en el sillón-hamaca a tener conversaciones poco relevantes sobre la vida.

-¿Perros o gatos?

-Gatos.

-¿Gatos? Los perros son más divertidos y no te ponen esa cara de asco que tienen los gatos. Oh, espera, ¡por eso te llamas Kat! - Le pegué un codazo en el estómago, "molesta" por lo que había dicho.

-Vale, mi turno. ¿Qué harías si te dieran a elegir entre repetir otra vez tu carrera o... vivir toda tu vida sin dientes? - Finn empezó a reír a carcajadas.

-Definitivamente repetiría mi carrera, por muy dura que sea. ¿Quién podría vivir sin dientes? - Continuaba riéndose. La música del primer piso nos llegaba por el conducto de ventilación (sí, había uno) pero esa vez era más lenta.

-Si me hicieran elegir entre repetir el colegio o vivir sin dientes definitivamente viviría sin dientes.

-¿Tan malo fue? - Estaba recostado en el sillón y tenía la cabeza apoyada mirando al cielo y las pocas estrellas que habían.

-Meh...

-Bueno, me toca. ¿Qué harías si te dijeran que van a hacer una película de zombies y que tú puedes salir en ella? ¿Elegirías ser un zombie o un superviviente?

-Creo que elegiría ser superviviente. Aunque probablemente moriría en la primera escena.

-Probablemente yo también. - Se giró para mirarme y nos quedamos callados un rato.

-Vale, a ver, tengo una difícil. ¿Ciego o sordo? - Dije incorporándome.

-Definitivamente sordo.

-¿En serio? Yo creo que no podría, amo demasiado la música. Es decir, si hiciera algo que tiene mucho que ver con la vista elegiría ser sorda. Aunque pensándolo mejor, no quiero ser ninguno de los dos. - Me recosté de nuevo en el sillón, mirando al cielo.

-Pero eres criminóloga.

-Sí, bueno, no lo sé.

-¿No lo sabes?

-No... no sé si me gusta o qué.

-Oh, eres una de esas personas...

-¿Qué significa eso?

-No es a malas. - Dijo mientras movía las manos. - Conozco a mucha gente que se equivoca al elegir, pero no te preocupes Katherine, digo, Kat, tarde o temprano te decidirás. Solo tienes que esperar tu turno.

Mi turno. Jamás llegaría mi turno.

-¿Sabes qué? Para ser pintor y arquitecto dices muchas metáforas.

-Me gustan las metáforas.

-¿Por qué elegirías ser sordo?

-Por tres cosas. Uno: no podría ver la naturaleza, que es lo más hermoso que existe y lo que me inspira para pintar. ¿Alguna vez has ido fuera de la ciudad a algún lugar con poca luz y te has tumbado en el césped con el sonido de los grillos a ver las estrellas? Esa manta enorme de bolas brillantes que no se ve desde la luminosidad de la ciudad. - Pude oír un suspiro.

-Lo hacía, de pequeña. Solía contar las estrellas hasta que me quedaba dormida en el regazo de papá, pero eso fue hace mucho.

-Deberías repetirlo. - Noté como sus labios se extendían, formando una gran sonrisa.

-¿Y las otras dos cosas?

-Lo segundo: no podría ver a mi único hermano crecer. Él es la persona más importante para mí, así que es algo que realmente deseo hacer, no quiero separarme de su lado.

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