Capítulo 4

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Me había quedado dormida en la cama de Kol mientras él guardaba su ropa. Me desperté con el olor del pollo haciéndose en el horno. Empujé las sábanas hacia un lado y me levante. Kol no estaba en la habitación, seguramente estaría ayudando a mamá a cocinar. Mi hermano tenía un montón de buenas cualidades y habilidades, una de ellas era cocinar. Bajé las escaleras con cuidado, todavía tenía los ojos medio entrecerrados; efectivamente, Kol estaba tirando los restos de naranja mientras se terminaba de hacer el pollo.

-Veo que has hecho una buena siesta – me dijo mi madre, con un tono un poco molesto, seguramente porque no la estaba ayudando.

-Sí, bueno, he tenido que levantarme a las cinco de la mañana para recoger a Kol.

-En fin, despéjate y pon la mesa, Kat – rodé los ojos. Solo me llamaba 'Kat' cuando estaba enfadada, y no había dicho nada, así que decidí preguntarle.

-¿He hecho algo mal?

-Dímelo tú. ¿A qué hora llegaste ayer?

-A las once. ¿Pasa algo?

-Te dije que te quería pronto en casa.

-No sé cuál es el problema, si he ido a recoger a Kol con tiempo.

-Cuando te digo que vengas pronto a casa, es que vengas pronto.

-Lo sé, mamá, pero me surgió un tema.

-¿Qué tema?

-¿Podemos discutirlo luego? – no me respondió, así que cogí un mantel y los cubiertos y puse la mesa, sin decir nada más.

A la media hora ya estábamos todos sentados en la mesa brindando por la llegada de Kol. Mi padre, como no, inició una conversación un tanto inquietante:

-Kol, ¿cómo está Chloe?

-Ehh... - Kol titubeó – bastante bien.

-¿Cuándo podremos conocerla por fin? – preguntó mi padre, insistente.

-Papá, ya sabes que es muy tímida, y últimamente hemos estado un poco distanciados.

-¿Cómo? ¿Distanciados? – preguntó mi padre con sorpresa - No estarás portándote mal con ella, ¿no?

-Papá, claro que no. Solo que...

-Solo que ella está siendo un poco controladora – interrumpí – eso es todo, papá – me miró con desorientación.

-Bueno, si tú lo dices, espero que lo arregléis – Kol me miró, agradecido por que haya interrumpido.

-Tengo algo que deciros –dije por fin – ayer por la mañana fui al Royals y...

-Oh, ¿ese sitio que está cerca de tu universidad? Podrías traerme algo alguna vez – interrumpió Kim.

-No será necesario, voy a trabajar allí – miré a mi madre, en busca de una muestra de decepción, pero para mi sorpresa...

-¿De verdad, Kat? – mi madre abrió los ojos como platos y curvó una sonrisa.

-Sí, necesito una distracción, y así no os tendré que pedir dinero para todos mis caprichos.

-¿Una distracción? – preguntó mi padre - ¿para qué necesitas una distracción si tienes que estudiar? Lo que necesitas es concentrarte – bajé la cabeza, arrepentida de habérselo contado a todos a la vez.

-Erik, no creo que sea una mala idea. Kat siempre hace lo que se le dice, y no es algo malo que haya conseguido un trabajo – mi padre miró a mi madre con decepción, por haberle contradicho. Últimamente mi padre estaba diferente. Ya no era el padre cariñoso que llegaba tarde del trabajo y se ponía a jugar y abrazar a sus hijos, ahora llegaba, cenaba y se iba a la cama.

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