Capítulo 17

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-I'M DANCING IN THE MIRROR, SINGING IN THE SHOWER! LARATI LARATA LARATAAAAA SINGING IN THE SHOWER...

-¡KAT! – Kim abrió de golpe la puerta del baño.

-¿Qué pasa?

-Tu estúpido teléfono no para de sonar.

-¿Y no podías contestar? Estoy en la ducha, ¿no me ves?

-Es Finn.

Había pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos y apenas nos habíamos escrito, así que decidí contestar.

-Cantas muy bien.

Maldita Kim cuando cuelgue te juro que voy a raparte ese cabello rizado que tienes.

-Deja de bromear. Parezco una morsa afónica. – Pude escuchar su carcajada por el otro lado del teléfono.

-¿Qué tal tus exámenes?

-Pues han resultado mejor de lo que esperaba, ¿y los tuyos?

-Bastante bien. ¿Ya te has decidido? La carrera, digo...

-No me agobies, por Dios, me queda medio año aún. Además, ¿no habías dicho que lo vería todo desde mi avión de papel? Bueno mi avión resulta que está en mantenimiento así que no estará disponible por un tiempo.

-Puedo ser tu avión de papel, si quieres.

¿Qué significa eso?

-Muy gracioso. – Fue lo único que se me ocurrió decir.

-¿A qué hora te recojo?

-¿Qué?

-Quiero verte.

-¿Y si yo no quiero verte a ti? ¿Vas a obligarme?

-Eres un...

-¿Asco? Lo sé. Me lo dicen a menudo.

-En serio, Kat, quiero verte. – Me sonrojé. Lo odiaba.

-Voy a salir con mis amigos a cenar y luego a un pub, ¿quieres venir?

-No era lo que planeaba pero bueno, iré. ¿Hora?

-Nueve en la dirección que te voy a mandar. Puntual.

-Nos vemos a las nueve entonces.

Colgó. ¿En qué pensaba al invitarle con mis amigos? Ni que fuéramos nada.

-Te gusta Finn, ¿por qué lo tratas tan mal?

-¿Estabas escuchando todo este tiempo?

-Tú me enseñaste a ser así.

-No me gusta Finn.

-Por Dios, deja de negarlo ya. Está más que claro que sientes algo por él y por eso lo tratas tan mal. Eres odiosa. Si sigues haciéndolo él al final se cansará y se alejará de ti por lo antipática y sarcástica que eres. – Salió por la puerta dando grandes pisadas. No sabía qué responder, ni siquiera sabía qué pensar. Kim me había dejado con la boca abierta. Probablemente tenía razón, pero no iba a ser tan fácil, al menos no para mí.

***

-Gabe, chócame los cinco. – Me quedé con la mano colgada en el aire esperando a que me chocara.

-No te voy a chocar los cinco. Tu "gracia" no ha tenido gracia.

-Eres deficiente mental. No la entiendes. – Me choqué los cinco yo sola.

-Los que hacen eso lo son, y tú lo acabas de hacer.

-Eres un...

-Asco. Tú más. Ahí viene, es mi hora. – Me giré para ver como Finn salía de su coche.

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