Capítulo 2

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Desperté con el cuerpo hecho un desastre, me duele por completo. Mi bebé no ha dejado de moverse y empiezo a preocuparme. Supongo que Ashton ya no está en casa, maldito degenerado.

Voy al baño y me doy una ducha, necesito lavar mi cuerpo de ese espantoso recuerdo de ayer.

Al salir me pongo un vestido holgado y unas sandalias, tomo mi celular y llamo a Sandra.

—Hey, Dani, ¿Qué pasó? —pregunta preocupada.

—Ese maldito abusó de mi, me volvió a pegar —siento las lágrimas volver a mojar mi cara—. Quiero salir de aquí, quiero irme, no aguanto más este calvario de vida.

—Descuida, amiga, ya voy por ti ¿vale? Recoge todo antes de que ese cabrón vuelva, no quiero tener que matarlo yo.

—Está bien, Sandra, gracias.

—No hay por qué, Dani, ya mismo salgo para allá —y colgó la llamada.

Busqué una pequeña maleta e introduje mis pertenencias en ella lo más rápido posible. Bajé las escaleras a ver si había alguien en casa y solo vi a Margarita, la ama de llaves.

—Buenos días, Señora Lopez ¿desea algo? —dijo con una agradable sonrisa.

—No, Margarita, gracias.

—Oh, mi princesa, lamento que tengas que soportar todo esto, tu madre debe estar orgullosa de ti, por lo que has hecho sólo por salvarla, pero ahora no eres sólo tú —miró mi vientre crecido.

—Lo sé, Sandra viene por mí, anoche fue lo último que soporté. No es justo, ¿por qué a mi? —rompí a llorar otra vez y Margarita me abrazó.

—Descuida, mi niña, ahora puedes estar tranquila, darle una mejor vida a tu hijo y seguir adelante. Eres una arquitecta de prestigio y valor, y nunca pudiste ejercer tu trabajo. Ya nada te detendrá.

—Gracias por todo, Margarita, tú y Alexandra son las únicas de esta familia que me han apoyado y saben todo lo que he pasado. Por favor, si ella llama dígale que me fui, cambiaré mi número y en cuanto tenga el nuevo te llamaré para que se lo des a Alex también. Me iré por un tiempo a Alemania, daré a luz aquí y luego me marcharé.

—Ve por tus sueños, mi princesa —besó mi frente.

Escuché la bocina del auto de Sandra y salí respirando un aire nuevo, viendo la luz del día, que por cierto estaba hermoso. Entré al auto y Sandra me saludó con una hermosa sonrisa.

—¿Feliz? —preguntó.

—Más de lo que te imaginas, al fin siento que mis pulmones inhalan aire puro.

Ambas reímos.

Pisó el acelerador, todo el camino fui mirando por la ventana pensando en la nueva vida que fabricaré desde ahora, una vida donde haré todo lo posible para que mi hijo y yo no nos falte nada. Absolutamente nada.

Llegamos a la casa de Sandra, después de su boda nunca supe en qué casa se había ido a vivir con su familia. Sólo sabía que era en las afueras de la ciudad. Bajamos del auto y entramos, es una casa acogedora y muy bonita.

—Bienvenida, Dani, te puedes quedar el tiempo que quieras aquí. Por nosotros no hay problema —me dijo con una enorme sonrisa.

—Muchas gracias, Sandra, no tendré lo suficiente como para pagarte semejante gesto —le respondí con toda sinceridad.

—No tienes que pagarme nada, lo único que quiero saber es ¿Qué tienes pensado hacer?

Tomamos asiento en el sofá.

—Quiero que mi hijo nazca aquí en los Estados Unidos, pero después de un tiempo me iré a Europa a ejercer una nueva vida, lejos de Ashton, no quiero que me encuentre —dos lágrimas salieron de mis ojos.

—No, es mejor que te vayas a Canadá, si te vas a Europa todo será más complicado. Quiero que busques a tus padres y les expliques todo, ellos no saben lo que estabas pasando, y están conscientes de que ese sacrificio que hiciste fue por amor a tu madre —su mirada estaba llena de lástima y compasión por mí, ella sí sabía mi situación—. Además, según lo que he escuchado, la empresa de tu familia ha marchado bien estos últimos años, pienso que deberían irse todos a Ottawa, tu padre tiene una sucursal de Morgan's Contructions allí. Así que no todo será color negro —yo sonreí.

Ella tenía razón, no podía irme tan lejos, al parecer ella ya tenía todo planificado, jamás sabré como agradecerle.

—Pues no perdamos tiempo, ¿Qué haremos primero?

—Llamar a tus padres, la mejor forma es que vengan aquí.

Yo asentí.

—Pero descansaré un rato, me siento agotada, y mi rostro me arde.

—Ese hijo de puta —dijo dando un beso en la mejilla que Ashton me golpeó ayer—. Luego arreglaremos lo del divorcio.

Joder, no había pensado en eso, pero de verdad quiero quedar desentendida de todo lo que tiene que ver con ese enfermo.

—Está bien, iré a descansar..

Ella asintió y subimos a la segundo piso de la casa. Hoy sería el comienzo de una vida de armonía para mi familia y yo. De ahora en adelante seré una Señora Infierno.

Todas esas cosas horribles que pasé me enseñaron a ser alguien fuerte y fría, ya nadie tendrá control sobre mí, yo soy más de lo que algunos creen. Por poco común que se escuche, no me quedaba en la fortaleza de Ashton porque creía que cambiaría, siempre le tuve miedo, quería una vida digna para mi bebé y darle lo realmente merecía a pesar de tener como padre a un hijo de puta, pero yo puedo dárselo, avanzaremos juntos y esto sólo será un mal recuerdo. Dar el primer paso es lo más importante, y todo se hace más fácil cuando tienes quien te ayude, como Sandra lo ha hecho, no creo en casualidades, esto definitivamente estaba escrito en mi destino.

Hasta Ayer©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora