Capítulo 24

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John.

He traído a Danielle a mi empresa, quiero que conozca a mi personal y que ellos la conozcan. Al igual que yo ella puede opinar cuantas veces se le venga en gana, es parte de mí y Mack Adams es de mi propiedad así que ya saben a lo que me refiero.

—Buenos dí..as —Marlen dirige la mirada hacia Danielle su cara es de muy mal gusto.

—Buenos días, Marlen, ella es Danielle, mi novia —traga con dificultad— y al igual que yo puede dar ordenes y mandarlos a la mierda si le place.

Quiero ponerle claro que ni se le ocurra acercarse o juro por mi vida que lo lamentará.

—Un placer —dijo de mala gana—  John, tienes reunión a las cuatro, y en tu agenda hay una visita al hospital.

—Gracias, Marlen. Ah, otra cosa, Señor Adams para ti, no te equivoques. —y salí de la recepción.

Todos los demás empleados se encariñaron rápido con Danielle, lo que me gusta. Quiero que se sienta igual de cómoda que en su empresa.

—¿Qué te ha parecido? —rodeo su cintura con mis manos y la acerco a mi.

—Me encanta tu empresa, pero la tal Marlen no me agradó para nada —cambió de gesto.

—De ella ni te preocupes, es lo que menos debe importarte —besé sus suaves labios—. ¿Irás conmigo al hospital?

-Claro, mi amor.

****
Danielle se ha ido a comer algo a la cafetería en el cuarto piso, yo aún arreglo papeles mientras planeo la navidad para nosotros. Es la primera navidad después de cuatro años que las paso con alguien más y no sólo con mi familia.

La puerta de mi oficina se abre bruscamente y alzo la vista para encontrarme con Marlen de frente.

—¿Qué se te ofrece? —pregunto serio.

—¿Es en serio? —bufa.

—Explícate mejor.

—Ella es tu nueva presa —dijo, su actitud pasó de ser una oveja a un lobo con el corazón lleno de rencor y enojo.

—No es mi nueva presa, es mi novia. Y pobre de ti si te le acercas Marlen, no quiero que la contamines —le advertí.

—¿Ah si? ¿Dónde demonios tienes la cabeza? ¿Tú con una chica? ¿En una relación seria? No me hagas reír, John —se burla.

—Haz lo que se te de la puta voluntad, pero lejos de Danielle, ¿te quedó claro? —me mira enojada— no tiene que importarte lo que yo haga o deje de hacer, para mí siempre serás una noche más.

Se le notaba el vapor salir de su cuerpo, a mí no me importa.

—Lamentarás algún día haberme utilizado, pero éste cuerpo no lo codiciarás más.

—Realmente me da igual, ahora tengo uno mejor y para el resto de mi vida, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer —le señalé la puerta.

Se giró  y al abrir la puerta se encontró con Danielle a la que le mostró una sonrisa hipócrita. Ella me mira confundida, pero le hago ver que no es nada importante.

Hasta Ayer©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora