Corría, el sonido se fue, solo oía la fuerza con la que pisaba el suelo, mi fuerte respiración se aceleraba y la vista se me nublaba. Giré la cabeza a ambos lados, no veía a Mikel. Eché la vista hacia atrás, Mikel tampoco estaba, me detuve, ya nada me perseguía pero aquella sombra debía de haber atrapado a Mikel.
- Joder que asco todo de verdad, yo ya no se que hacer.
Me estaba volviendo loco, aquello era una pesadilla, me acerqué al otro extremo, donde se encontraba la sombra al principio y a mano derecha había una pequeña puerta. Entré, era distinta a todas las demás; estaba algo iluminada por unos pequeños agujeros que dejaban entrar la luz del techo, dando más claridad que el resto del edificio. Parecía un despacho, había una mesa muy deteriorada con muchos papeles que miré por encima y no parecían ser relevantes. Una alfombra de estampados florales cubría gran parte del suelo y una lámpara preciosa con cristales tallados que colgaban de ella, daban a la habitación un toque muy fuerte de elegancia. Pensé que en aquella habitación no se me había perdido nada pero me quedé observando la alfombra, que estaba doblada por una esquina, la levante para ponerla bien y entonces encontré una trampilla. Estaba cerrada con un candado, traté de forzarlo pero era muy rígido. Me levanté y fui abriendo cajón a cajón de la mesa y no había ninguna llave.
Salí , el piso de arriba ya estaba más que ojeado, así qué decidí bajar por las escaleras de caracol al comedor. El comedor era muy muy grande, daba con tres puertas, una de ellas a la sala de calderas. Decidí tomar una a mano derecha que era la que más cerca tenía de mí posición. Al entrar supe de inmediato que se trataba del gimnasio. Era muy obvio saberlo ya que estaba repleto de banquillos, una grada con un campo de baloncesto bastante grande, una red de voleibol , porterías con un pequeño recinto de fútbol sala y demás. Desde el gimnasio caí en la cuenta de que debería de haber una puerta que diese acceso al patio exterior del instituto.
-Buah donde estará esa maldita puerta.- Me dije a mí mismo mientras trataba de buscarla.
Avancé por el campo de baloncesto, el gimnasio era ahora el único lugar en el que me sentía más o menos cómodo, estaba totalmente iluminado por los focos y luces del recinto. En uno de los banquillos había una botella de agua cerrada, que no parecía tener mala pinta,no dudé ni un segundo en beber de ese agua. Seguí andando cuando de repente las luces se apagaron y un único foco me alumbraba a mi solo. La fuente de luz provenía de la casilla de comentarios, el lugar desde el que se comentan los partidos.
- No se quien habrá dado la luz ni el por qué pero creo que lo correcto será subir hasta ahí para ver que a pasado.
Hablar solo me hacía sentirme menos solo en aquellas situaciones, todo lo que pensaba y mis decisiones las decía en voz alta. Logré subir a la casilla entre los bancos del público. Cuando pisé la primera baldosa de la casilla la luz se encendió y el foco desapareció. En aquel lugar no había nada, solo comandos, interruptores para controlar las luces, el marcador de canastas y demás aparatos que hacían posibles los partidos. Abrí todos los cajones de un mueble que había allí con la esperanza de encontrar algo útil y no había nada. Me acerqué al cristal desde el cual los comentaristas daban sus discursos y de repente tres focos se solaparon entre ellos, en el medio del campo, iluminando a una chica y un chico, que desde aquí arriba parecían atados.
- Pero si son Axel y Lucy , ¿Quién les a atado? Joder.
Me dirigí hacía la salida, o eso pensaba yo, cuando de repente al acercarme a la puerta apareció la sombra y sin darme cuenta me golpeó de lleno.
Perdí el conocimiento.
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Si has llegado hasta aquí significa que estás leyendo mi historia, o eso quiero suponer.. te lo agradezco mucho. Para el siguiente capítulo me gustaría que dejaseis en los comentarios lo que creéis que va a vivir Daniel cuando se despierte o que me dejéis alguna idea sobre lo que pueda pasar, si alguna me convence mucho, puede que la incluya en el próximo capítulo o más adelante.
Gracias!
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Lo Desconocido
KorkuHola, me llamo Daniel, tengo 26 años, soy el típico que se pasaría la vida entera jugando a videojuegos o metido en Twitter, viendo la tele con un bol lleno de palomitas y esparramado en el sofá, o simplemente vagueando por casa pero, ese es el conc...