capitulo XX

21 0 0
                                    

No cesamos de disparar en todas direcciones ni un solo instante, durante cinco minutos aquello se convirtio en el mismisimo infierno. La potencia de nuestras armas era brutal, en un momento se podia producir tal devastación, que incluso las paredes de las cuevas se venian abajo, nada podria sobrevivir a nuestro ataque. Como creia que la acción había sido muy efectiva grite a mis hombres para que cesaran de disparar y comprobar hasta que punto habiamos reducido al enemigo. Reajustamos los focos de los cascos para observar con mayor claridad los daños que sufrieron los Necromorph, tuvimos que esperar un poco a que el polvo que levantamos se asentara en el suelo ya que no nos dejaba ver absolutamente nada.

No daba credito a lo que mis ojos estaban viendo, esas criaturas continuaban allí de pie, observandonos sin mover ni un solo musculo de su cuerpo. Mire hacia el suelo para verificar a cuantos habiamos abatido, ninguno, no conseguimos eliminar ni a uno solo. Eso o que eran muy rapidos en evacuar a sus muertos, algo que no creia posible. Que probabilidades de supervivencia teniamos si no eramos capazes ni de herirlos, la moral de los hombres menguaba a pasos agigantados. Tenia que actuar rapido para no sufrir un amotinamiento generalizado, el cabo Stell esperaba su momento para actuar y este era muy propicio para ponerlos a todos en mi contra.

De repente la cueva empezo a iluminarse, con una luz anaranjada. El resplandor provenia del pecho de esas criaturas, cada vez era más intensa. Era hipnotica, no se lo que tendria, pero no podiamos dejar de mirarla. No hacia más que parpadear intermitentemente, a cada momento más rapido y todos al unisono. Perfectamente sincronizados como si se estuviesen preparando para algo, nosotros estabamos paralizados, inmoviles sin comprender a que se devia todo esto y lo que era más importante sin saber como reaccionar.

De pronto las luces dejaron de parpadear para quedarse fijas, ellos seguian en la misma posición, no se movieron ni un centimetro. Vi como una bola de fuego, aunque lo correcto seria decir una esfera de energia pero como no entiendo mucho de estas cuestiones, creo que esta lo suficientemente explicado, se les estaba formando en el pecho rapidamente. Se irguieron completamente y sin esperarnoslo comenzaron a lanzarlas contra nosotros a una velocidad vertiginosa. Una tras otra nos bombardeaban desde todos los flancos. El primer soldado que fue alcanzado desaparecio literalmente, reducido a cenizas. El panico se apodero entre nosotros, algunos de los hombres no supieron aguantar en su posición como un buen soldado y salieron huyendo sin rumbo fijo. Momento que los Necromorph aprovecharon para lanzarles esas bolas de energia produciendo el mismo resultado que anteriormente he relatado. Los demás retrocedimos un poco, hasta parapetarnos detras de unas rocas donde continuamos disparando sin cesar. Mi plan era intentar contenerlos todo lo posible para emprender la retirada, lo más segura que se pudiera.

Ellos continuaban su ataque sin contemplaciones, estaban haciendo estragos en nuestras lineas, con cada andanada que lanzaban algunos de mis hombres era alcanzado, el que tenia suerte moriria y el que no caia herido. Pero unas heridas tremendas, los brazos y piernas amputadas completamente, o más bien calcinadas. Vi como un joven soldado lloraba intentando volver a meterse los intestinos en el abdomen. Pedia ayuda, lo unico que queria era que un alma caritativa lo rematase. No deseaba caer vivo en manos de esas criaturas, preferia enfentarse a la muerte antes. Estaba preparado para ello desde el momento que ingreso en los Rangers, entendia que no le quedaba otra opción más que esa.

Me vi incapaz de hacer lo que él exigia, sabia que así dejaria de sufrir pero algo en mí no me permitia acabar con uno de los mios. En vez de eso me jugue la vida intentando sacarlo del campo de batalla, estaba a punto de llegar hasta él cuando un disparo que provino de nuestras linea acabo con su vida. Rapidamente me gire para ver quien se había atrevido a hacerlo sin mi permiso, pude comprobar que fue el cabo Stell el autor del disparo. Por un momento la ira se apodero de mí, estaba dispuesto a hacerle pagar muy cara su insubordinación, aunque en el fondo sabía que había echo lo que se tenía que hacer, me cabreaba que el unico que tuvo hagallas para realizarlo fuera él. Sin embargo estaba completamente seguro de que los motivos que tuvo para hacerlo no eran pensando en el bien del grupo sino en su beneficio propio, no obstante aún no sabia cuales.

Volví arrastrandome a mi posición lo más rapido que pude, ya que los Necromorph me descubrieron y fui el objetivo de todos sus lanzamientos con esas malditas bolas, por suerte no acabaron conmigo. Cuando estuve a salvo detrás de las rocas donde nos refugiamos me dirigí hacía donde ví al cabo Stell por ultima vez para pedirle explicaciones por lo sucedido y averiguar por que el soldado que debia vigilarlo lo había permitido.

No pude encontrarlo, seguramente huiria sabedor que tendria que hacer frente a las consecuencias de sus actos. A quien si halle fue a su guardian, estaba tendido detrás de una roca, lo habían apuñalado por la espalda. Sus armas de defensa personal desaparecieron, su kitt de alimentación también. Esa alimaña despues de matarlo lo saqueo, maldecí el momento en el que decidí mantenerlo con vida, debi de eliminarlo cuando tuve la ocasión, ya que imagine que nos la jugaria en cuanto se le presentara la minima oportunidad. Ya no se podia hacer mas , de nada serviria las lamentaciones solo esperaba encontrarmelo una vez más, seria la ultima. Ahora tenia que olvidar mis vendetas personales y pensar en como iba a sacar a los demás de esta cueva infernal.  

Shanon me reprocho mi comportamiento, alegando que ya nada se podía haber echo por cambiar la situación del muchacho, que fue una imprudencia a la par de una estupidez por mi parte que casí me costo la vida. Yo le recorde que el primer mandamiento de un Rangers es no dejar a ningún compañero atras. Ese era el codigo por el que me había regido desde que me incorpore al ejecirto y ahora ya era demasiado tarde para cambiar mi manera de actuar, además que yo no deseaba hacerlo. De nada serviria entonces todo lo logrado hasta ahora. Le dije a Shanon que se preparase para marcharse de allí. La unica solución que se me ocurria para que alguien saliese con vida de ahí era que un reducido grupo de hombres, cuatro y yo cubririamos la retirada de los demás. Cuando estuvieran a salvo los seguiriamos nosotros, si eso fuera posible.



Soldado espacialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora