capitulo XXIII

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En un tiempo record conseguimos llegar a la salida de la mina, nos encontrabamos exahustos por el enorme esfuerzo realizado. Con una rapida ojeada pude comprobar el tiempo que hacía fuera, un fuerte viento era lo unico que me separaba de la subestación. Un poco de ímpetu por nuestra parte  y estariamos a salvo.

Le pregunte a mi compañero si aún le quedaba alguna mini bomba, su respuesta fue afirmativa, algo que me complacio bastante. Le solicite que me la diera, a continuación sin darle más explicación le roge que abandonara la cueva lo más rapido que le fuera posible y se dirigiera hacía la subestación sin mirar atrás. Yo le seguiria inmediatamente detrás de él. Pero antes me aseguraria de que nadie volviera a entrar aquí y lo primordial que no saliera ningún Necromorph. Eso lo conseguiria volando la entrada, al menos a mí eso me parecia.

La programe para que hiciera explosión en cinco minutos, tiempo razonable para que yo pudiera alejarme. La coloque donde creí que el derrumbamiento seria mayor y sali corriendo de allí. Debido al fuerte viento que soplaba en el exterior me supuso un tremendo esfuerzo poder engancharme en el cable que me mantendria con los pies en el suelo y evitaria que me arrastrara flotando al espacio profundo. Recorrí los cien metros que había hasta la compuerta de entrada a la subestación en treinta minutos. Me fue muy dificultoso tener que luchar con el viento, me encontraba bastante fatigado para más inri una alarma de mi traje comenzo a sonar incesantemente. Era el primer aviso para que recargara las bombonas de oxigeno, ya que estaba en la reserva.

Mi compañero se peleaba con el pulsador de acceso a la subestación, le negaban la entrada algo que se me figuro extraño. Al llegar yo golpeé la compuerta con toda la fuerza que fuí capaz, los de dentro hicieron caso omiso a nuestra llamada, es más requerian que nos marcharamos. Estaba confuso, no entendía la oposición a la que eramos objeto. Pero no cederia a sus exigencias, ya que nos iba la vida en ello. Apenas teniamos oxigeno para un par de minutos y no podiamos perder el tiempo en discusiones que no nos llevaban a ningún sitio. Me acerque al intercomunicador de la compuerta, simplemente le dije al soldado que se encontraba al otro lado que o la abría inmediatamente o la volaria con mi arma.

El soldado me respondió que él cumplia las ordenes recibidas, que no estaba autorizado para tomar esa decisión, tendría que consultarlo con su superior. Le comunique que no había tiempo para eso, le informe de mi graduación y que yo asumia toda la responsabilidad. Pero que debia abrir la compuerta ya, o me vería obligado a cumplir con mi amenaza. Le apunté con mi arma para ayudarle a decedir.

De inmediato oí como los cerrojos hermeticos se abrían. Entramos, pasamos a la sala de descontaminación y después nos despojamos de los cascos. La verdad que fue un alivio hacerlo, pués el unico oxigeno que me quedaba era el que contenia mis pulmones. Cuando hube exhalado un par de veces le pregunte al soldado que no nos permitia la entrada cual era el motivo para no hacerlo. El me respondió que no sabía nada que solamente cumplia con las ordenes que le habían dado.

Le rogé que me guiara ante su superior, más bien le obligue a punta de pistola porque él se negaba a abandonar  su puesto de guardia. Recapacito ante mi irrefutable argumento. Nos guio por la subestación, hasta que me dí cuenta hacía donde nos conducia. ¡ No me lo podia creer ! pero nos llevaba al despacho del cabo Steel, le libere de su servicio ya que reconoci el camino y preferi hacerlo solo. Tenía una cuenta pendiente con ese mal llamado soldado. Para mí era un vil mercenario que había traicionado a sus subordinados, a todo en lo que yo creía y hasta el dia de hoy el codigo de honor por el que me regia. Lo más grave es que todo esto simplemente lo había echo por un puñado de dolares a cambio de la vida de sus congeneres.

Acelere el paso dejando atras a mi compañero, le ordene que se fuera a descansar, que me dejase solo. Lo que tenía que hacer me veia capacitado sobradamente, además solo me incunbia a mí y a nadie más. Mi furia aumentaba a cada paso que daba, pués por más rapido que andaba más lejos se me figuraba que se encontraba el dichoso despacho, os podeis imaginar la ganas que tenía de encontrarme con el cabo cara a cara.

Lleno de ira abrí la puerta, le sorprendi guardando varios fajos de billetes en su petate, los suficientes para comprender que no era su salario mensual. El se dio la vuelta rapidamente hacia mí asombrado, no esperaba mi visita, me daba por muerto. Solo queria de él una explicación de por que había traicionado a sus hermanos de armas por el vil dinero, necesitaba entender ¿ porque ? .

Yo pensaba que por muy mal que le hubieran tratado aquí arriba deberia haberse revelado contra el que le oprimia, que en este caso eran los de la compañia minera y los miembros corruptos del gobierno que lo consentian, en particular los del ministerio de defensa. Pero jamás con los compañeros que estan sufriendo la misma situación que tú, además que eran los unicos que realmente podrian ayudarte a cambiar la condicion en la que te hallabas.

No supo o no quiso contestarme, solo se le ocurrio intentar sobornarme diciendome que tenía el suficiente dinero para que los dos pudieramos vivir comodamente en cualquier lugar paradiasico del universo toda la vida sin preocuparnos de nada solo en divertirnos.  Además todo estaba preparado para la huida, pués en el hangar numero uno le esperaba una nave con todo lo necesario para trasladarnos a la Tierra. Eso fue ya la gota que colmo el vaso de mi paciencia, pretendia que me olvidara de todos los cadaveres mutilados que había visto o de como esos monstruos se comían a mis hombres, eso nunca lo olvidaria por muchos años que viviera. Pensar que con el dinero limpiaria mi memoria hasta tal punto de olvidar todo lo vivido me ofendia profundamente y mi rabia aumentaba por momentos.

Extraje mi arma personal de la funda que llevaba en la cintura, el al ver lo que hacía se arrodillo con los brazos cruzados en la cabeza suplicando que no le matara. Incluso pude ver alguna lagrima en sus ojos. Apelaba que estaba desarmado, que si apretaba el gatillo y le disparaba que diferencia habría entre nosotros. Estupido de mí, por un instante me deje convencer por su palabreria, tiempo que aprovecho él para sacar su arma que llevaba adherida a la espalda. Por suerte su arma brillo ante la luz  y logré ver el destello que emitio. Por desgracia para él siempre e sido un excelente tirador. Con un solo disparo tuve suficiente, cayó al suelo muerto con un agujero en la frente. No le di la oportunidad para asesinarme como hizo con su guardian, pero si tuvo la suya de salvarse.

Este asunto por lo que a mi respecta estaba zanjado. Ahora iba a informarme de cuantos supervivientes lograron volver de la mina, sobretodo si lo consiguio Shanon, es lo que esperaba con toda mi alma.


Soldado espacialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora