Soldado espacial

Capitulo XXXVIII

Les ordené que comprobaran sus armas, las recargaran y las tuvieran listas para ser usadas cuando fueran necesario. Íbamos a entrar pero no estaba dispuesto hacerlo sin saber en que terreno nos moveríamos, de manera que llamé por radio al centro de mando para que me confirmaran que estancia había detrás de esa puerta. Nadie me contestó, insistí y lo único que conseguí fue un gruñido por respuesta parecido a esto:

- ¡ Grrrrrrr...!

Era una prueba irrefutable de que el centro de mando había caído en manos de los Necromorph, lo que no concebía ¿cómo?, si lo dejamos encerrados y todos estaban sanos, o al menos lo parecían como yo. Esta bastante claro que cabe la posibilidad de que hubiera alguno infectado, incluso que hayan más infectados entre nosotros que todavía no se hayan transformado, como yo. Pero como descubrirlos, si los registrabamos para saber si alguno estaba herido tambien querrán una prueba de que yo no lo estaba, si me negaba levantaria sospechas y si lo hacia descubrian que los engañaba, algo que no les sentarían nada bien, y ese tipo de mentiras terminan por matar la confianza. La única opción que me quedaba seria estar con los ojos bien abiertos y vigilar a todos muy de cerca, pero yo no me encontraba en plenas condiciones  para hacerlo, necesitaría ayuda.

La única persona que podría facilitarmela era Shanon, pues ya conocía mi estado físico y no había dicho nada, no queria implicarla en esto pero la necesitaba, de manera que se lo propuse. Como era natural en ella acepto de inmediato sin pensaar en las consecuencias que conllevaba eso. Tendría que infiltrarse entre sus compañeros, bueno sus congeneres mejor expresado y espiarlos para saber si alguno ocultaba una herida anterior de un Necromorph, algo que podría resultar muy peligroso, sobre todo sino se percataba de la transformación y ella se hallaba cerca podria ser su victima. Pero como ella se jactaba constantemente en decir: hay que ser positivo y quizás nada de esto sucederá.

El incoveniente que había era que teníamos que entrar uno por uno por las dimensiones de la puerta, situación que podría aprovechar el enemigo para prepararnos una emboscada y liquidarnos uno a uno a placer, facilmente. Le eche valor y decidí que yo sería el primero en entrar, aunque no se si es valor o el saber de quien no tiene nada que perder. Le retire el seguro a mi fiel M-16, me agaché para observar que nos encontraríamos dentro. Lo que pude ver es que se trataba de la sala de recreo del personal de seguridad pero sin rastro de los Necromorph. Aunque sabíamos perfectamente que se encontraban ahí ya que no existía otra salida. Me incorporé con el arma siempre en posición de disparo, resople y penetré hacía lo desconocido, detrás de mí lo hicieron mis hombres, sin titubear ni un solo momento. A continuación todos los demás incluido Shanon. En un principio nada veíamos parecía haberse desvanecido en el aire, nos desplegamos abarcando toda la sala y seguímos avanzando.

De pronto una bola de energia salio de detrás de una barra de bar que se hallaba al fondo de la sala, rapidamente se dirigio hacia nosotros hasta que estallo en mi franco derecho haciendo desaparecer a todos los hombres que hay se encontraban. Los calvonizó algunos a otros los desmenbro completamente los que quedámos sanos nos lanzamos al suelo de inmediato y abrimos fuego a discrección. Durante unos minutos les disparábamos todo lo que teníamos y a todo lo que se moviese. Fue tal la potencia de fuego que del humo que se formo de la polvora que gastamos no nos dejaba ver absolutamente nada, estaba convencido o casi que no podría haber sobrevivido nada o nadie, pero por desgracia ya conocíamos la resistencia de los Necromorph a nuestras armas por lo tanto no tenía muchas esperanzas de que nuestro ataque hubiese resultado efectivo, aunque seguro que intimidatorio si. Hize señales para que todo el mundo dejara de disparar, no quise gritar para no delatar mi posición al enemigo por si la desconocían. Nos mantuvimos allí tendidos un buen rato,sin querer levantarnos por miedo a lo que pudiera suceder, estabamos estupefactos por lo que les había ocurrido a nuestros compañeros. Pero no podíamos permanecer por más tiempo así, los hombres que quedaban  me preguntaban con la mirada que hacer ahora. Obté por lo único lógico que se podía hacer que era rectar hacía adelante, hacia donde se produjo el disparo, al verme los demás hicieron lo mismo. Me levanté de un salto al llegar a la barra, quería sorprender al Necromorph que se hallaba ahí escondido, pero el sorprendido fui yo ya que con sola una de sus garras me agarro por el cuello y me levanto del suelo poniendome a la altura de su cara. Le vacie el cargador de mi M-16 en su pecho, pero mo le hize mella en su resistente cuerpo, ni siquiera le hize sangrar sieso era posible. Lo unico que consegui fue que por un instante aflojara un poco la presión que ejercia sobre mi cuello para que mis pulmones volvieran a exhalar un poco de aire. Alzó el brazo que le quedaba libre, el izquierdo y comenzo a generar otra bola de energía que cuando alcanzo una buena dimensión la lanzó sobre todos mis hombres haciendoles volar por los aires despedazos. O al menos eso era loque creí que sucedio pero cuando la polvareda que se armó debido a la explosión se asentoalcanze ver a Shanon como se arrastraba hacia la salida herida gravemente.

- Te quiero - me gritaba llevando este diario bajó el brazo. Me dijo que cumpliría la palabra que me dió que embarcaría este diario en una cápsula de escape y la expulsaría a espacio para que vagara hasta que una nave lo recogiera. Después iniciaría la autodestrucción de la base, si nosotros no podíamos quedarnos con ella  no la tendría nadie y rezaría para que con esto terminase todo, que los Necromorph se destuyeran y no volviera a empezar en ningún otro lugar y todo lo aquí escrito sirviera para dar a conocer al mundo que unos pocos hombres y mujeres dieron su vida por los Estados Unidos de América. Además de dejar de creernos los amos del mundo ya que hay vida mas allá de nuestro sistema solar y como ha quedado demostrado más poderosos que nosotros, así que teníamos que dejar de jugar a ser Dios. Estas, fueron las últimas palabras que pude oír pues mis pulmones ya no se expandían para capturar el tan necesario oxígeno que necesitaba para seguir viviendo.