Capitulo Tres
Cuando Naruto llego a su despacho dos días después, Hinata había decidido que iba a hacer como si el encuentro que habían tenido en la sala de conferencias del Uzumaki Grand no hubiera sucedido.
Mientras se dirigía a los almacenes, apretó los dientes, decidida a mantener aquella relación en el terreno puramente profesional aunque le costara un gran esfuerzo.
La ojiperla sentia la presencia de Naruto detrás de ella, autoritario, seguro de si mismo y masculino, y deseo haberse puesto algo mas serio para ir a trabajar aquel día en lugar del vestido de tirantes y las sandalias que había escogido.
Cuando entraron al almacén, bastante aislado y en el que no había casi nadie, Hina pensó que prefería estar en cualquier otro lugar. El ojiceleste miro a su alrededor y se fijo en las estanterías que los rodeaban y que estaban llenas de materiales.
-Veo que aquí reina el desorden- comento divertido- ya estaba empezando a pensar, al ver la austeridad de tu despacho, que aquí no se movía ni un clip.
-Es que todavía no he tenido tiempo de arreglar esto- respondió la mujer.
Al instante, se dijo que importaba muy poco lo que el creyera. No quería darle ninguna pista sobre su vida privada, así que se dirigió al fondo del almacén en busca de las muestras que quería y Naruto la siguió, parándose al lado.
-Esta es la muestra del papel que me gustaría poner en las paredes de la sala de conferencias- cuando el rubio alargo el brazo para aceptar lo que ella le entregaba, sus dedos entraron en contacto y Hinata sintió un escalofrío por todo el cuerpo- como veras, no es del todo blanco, pero casi. Yo creo que esta bien así- continuo decidida a ignorar la sensación.
-Muy bien- murmuro Naruto, aunque sus ojos estaban concentrados en ella y no en la muestra que tenia en la mano.
La Hyuga se volvió hacia otra estantería.
-Y estas son muestras de las telas que me gustaría utilizar- continuo tocando un rollo de tela- y este es el terciopelo azul oscuro.
La morena lo observo mientras Naruto tocaba el cuero con sus manos bronceadas y, al instante, sintió una fuerte descarga eléctrica. Enfadada consigo misma y con las intenciones de distraer al Uzumaki, le ofreció la muestra de terciopelo con más fuerza de la necesaria.
-Como puedes observar, el color tiene una profundidad y una riqueza que le dan una distinción especial. No es una simple tela azul marino, es mucho más. Es suave y, además, fácil de limpiar.
El ojiceleste alargo el brazo y toco la tela lentamente. Hina trago saliva. Le era completamente imposible mantener aquella conversación sin que el sexo acudiera a su cabeza.
-Tienes razón- comento el mirándola a los ojos- es de pecado.
Hinata vio que la miraba divertido y lo maldijo. Era evidente que el se estaba dando cuenta perfectamente de lo que le estaba ocurriendo. En aquel momento, sonó el teléfono y la ojiperla dio un respingo. El enarco una ceja.
-Tenemos teléfonos en el almacén- le explico Hina apresurándose a contestar- es por si hay que localizar a alguien mientras esta trabajando. *Mas bien, mientras te esta seduciendo un cliente con la mirada*- eso no salio de sus labios- "¿Si?"
-"Hinata, soy Shion."
¡Menudo momento tan oportuno para recibir una llamada desde su casa! La morena se dijo que tal vez, no hubiera sido buena idea decirle a su secretaria que le pasara cualquier llamada importante.
-"¿Ocurre algo?"- pregunto mirando a Naruto de reojo.
-"No, era para comentarte que saldremos"- contesto la muchacha- "a lo mejor, cuando vuelvas a casa no estamos. Quería decírtelo para que no te preocuparas."
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La Venganza Perfecta
FanfictionPROLOGO El multimillonario de la ciudad del Remolino Naruto Uzumaki podía conseguir a cualquier mujer que quisiera y lo hacia, pero ahora el solo deseaba tener a Hinata Hyuga. Años atrás, 4 para se exactos ella había puesto fin a un apasionado roman...