Parte 9

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Capitulo Nueve

Al fin el dia habia llegado, la boda tuvo lugar en parque privado que había detrás del Uzumaki Grand, en el mismo lugar en el que se habían casado Sasuke y Sakura un mes antes.

Como habían avisado con poca antelación y habían invitado a poca gente, los medios de comunicación de la zona no se habían enterado.

En aquellos momentos, situada detrás de su hija y junto a su padre en el vestíbulo del hotel, esperando a que comenzara a sonar el Cannon, Hinata agradeció profundamente aquella relativa intimidad.

Estaba bastante nerviosa, para no decir aterrada.

Aquella semana les había tenido que contar a su familia y a su jefe que se iba a casar deprisa y corriendo con Uzumaki Naruto. Sus padres y hermana sabían que el rubio era el padre de su hija, así que les había dicho que se habían vuelto a encontrar cuando habían regresado a vivir a el Remolino y que se habían dado cuenta de que estaban hechos el uno por el otro.

Aun así, su madre había mostrado su preocupación. No estaba segura de que Hina estuviera tomando una buena decisión, pero su hija se había mantenido decidida a casarse con el padre de Himawari.

Informar a sus compañeros de trabajo había sido un poco más complicado. Se habían sorprendido mucho al enterarse de que se iba a casar con el Uzumaki. Ninguno de ellos sabía que había mantenido una relación cuatro años atrás porque siempre había sido muy discreta.

La mujer de mirada perlada se vio obligada a explicarles su pasado, pero sin detallar mucho y sobre su reencuentro de hace poco, diciendo que había sido un gran error al dejar su relación. Tras asegurar que la cuenta Uzumaki seguiría allí y que ella iba a continuar haciéndose cargo de la reforma con gran profesionalismo, todos quedaron satisfechos.

Lo más difícil había sido el anuncio a los medios. Ayudo a Naruto a redactar un comunicado que iban a publicar justo después de la boda. Hinata repaso una y otra vez con mucho cuidado las palabras de aquel comunicado en el que anunciaba la boda y hacían público que Himawari era hija de Naruto.

De repente, escucho la melodía que estaba esperando. Los invitados se giraron hacia ella. La morena los miro. No faltaba ni siquiera Uzumaki Kushina, a pesar de que el ojiceleste le había advertido que su madre estableció desagradables comparaciones entre su situación y el dolor causado la infidelidad de su marido.

Hinata miro a Naruto. Solo tenia ojos para el mientras avanzaba por el pasillo, entre los invitados. El estaba muy serio, su expresión parecía de granito, pero sus ojos brillaban llenos de promesas sensuales. Ella se dijo que aquella mirada la tenia muy practicada y que no debía dejarse engañar. Aun así, cuando llego a su lado y se giraron hacia el sacerdote, sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas y se estremeció de pies a cabeza.

Muchas veces había deseado que su hija tuviera a su padre cerca y ahora el rubio se había ofrecido, le gustara a ella o no.

-Nos reunimos hoy aquí para ser testigos del matrimonio entre Hinata y Naruto...

Mientras el sacerdote hablaba, ella miro a su casi esposo de reojo. Estaba serio, mirando adelante, sin moverse. Sin embargo, debía sentir que Hina lo estaba observando porque giro hacia ella, así que ella se apresuro a parpadear para que no viera las lágrimas que le nublaban la mirada. Si se mostraba fragil estaba segura que se desmoronaria alli mismo.

-¿Quién entrega a esta mujer a este hombre?- pregunto el sacerdote.

-¡Yo!- exclamo Himawari haciendo reír a los invitados.

Ambos casi esposos también se rieron. De repente, la ojiperla se dio cuenta de que hacia más de cuatro años que no oía reír a Naruto. En un abrir y cerrar de ojos, le toco pronunciar en voz alta sus promesas.

La Venganza PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora