Parte 7

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Capitulo Siete

Hinata aparto el papel de seda y quedo sin aliento. Un rato antes, un mensajero de había llevado varias cajas. Había aceptado el pedido sorprendida, pero sabiendo al ver el remitente que llegaban de parte de Naruto. Aquello la había hecho preguntarse porque no se las habría llevado el en persona, pues debía estar a punto de llegar.

Ahora, mientras acariciaba la suave tela de raso blanco que había en la primera caja, sintiéndose presa de una multitud de emociones encontradas, entendió porque el ojiceleste había preferido mandar los regalos por mensajería antes de llegar. Sabia perfectamente que, cuando ella viera lo que le había comprado, le iba a resultar difícil resistirse.

La morena saco delicadamente el vestido de la caja y lo examino. Sencillo pero muy sensual, quedaría espectacular con su cabellera y podría lucir su generoso escote. Naruto la conocía bien y aquello era precisamente parte del problema.

Le había dicho que se pondría algo normalito para la boda, pero el había decidido lo contrario, le había mandado aquel vestido y el mensaje estaba muy claro: la quería convertida en un delicioso postre que tenía toda la intención del mundo de saborear.

El vestido era tan bonito que Hina sintió ganas de llorar. Siempre había soñado con una boda de princesa, pero aquello era una farsa, una boda de mentira y un matrimonio de mentira. Controlo sus emociones y abrió el resto de las cajas. En una de ella había unas preciosas sandalias de tacón alto, en otra un adorable vestido de niña de flores, Hinata sintió que el corazón le daba un vuelco al imaginarse lo contenta que se iba a poner Himawari.

Al abrir la última caja sintió que el deseo se apoderaba de ello. Contenía ropa interior de encaje blanco. Al instante, se imagino a si misma vestida con aquel conjunto mostrándose seductora para el. Enfadada, se aparto de la caja.

Evidentemente, a Naruto no le había costado nada acertar con la talla. Sin duda, conocía bien las formas femeninas, no en vano era un extraordinario playboy.

En aquel momento, llamaron al timbre. Un momento después, escucho a alguien corriendo por el pasillo.

-¡Mamá, mamá, hay una persona en la puerta!- grito Himawari.

-Ahora mismo voy.

Había quedado con Uzumaki en que se pasara por casa el miércoles por la noche para contarle a su hija que se iban a casar. Lo cierto era que la ojiperla ya había hablado con su hija, ya le había contado que se casaría con Naruto y que, a partir de ahora, se iban a llamar Hinata y Himawari Uzumaki.

Hyuga rezo para que el encuentro entre padre e hija fuera bien. Cuando abrió la puerta, se encontró con un Naruto con flores en una mano y una enorme peluche de zorro en la otra. A pesar del enfado de unos instantes antes, Hina se encontró sonriendo, al mirar al rubio a los ojos vio que a el también se le hacia divertida la situación.

-Lo he traído sentado en el asiento de copiloto- comento refiriéndose al enorme zorro. La niña la miraba con los ojos muy abiertos y Hinata se tapo la boca para no reírse- hola preciosa- saludo el rubio dando un paso al frente. Naruto la beso en los labios- es por Himawari- le dijo al oído.

La morena lo miro sorprendida y cerro la puerta mientras se preguntaba que tramaba aquel hombre, pero el Uzumaki parecía completamente metido en el papel. De hecho, ya había establecido contacto visual con su hija y le estaba sonriendo.

-Hola Himawari.

La pequeña se apretó contra la pierna de su madre, que se apresuro a pasarle el brazo por los hombros para reconfortarla.

-Hola- respondió la niña tímidamente.

Hina volvió a rezar para que todo fuera bien. Naruto alargo el brazo con el que sostenía el peluche.

La Venganza PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora